My phrasebook

Siempre recibimos cuando damos.

Una canción

domingo, 2 de enero de 2011

Un año, un camino, una vida

Acabo de fijarme en una moneda de 2 euros donde la inscripción Appel 18 Juin se distingue casi más claramemte que la efigie de De Gaulle (aquel mismo que una universitaria asaltada por una alcachofa del CQC confundió con un hacedor de goles). Me ha arrancado una sonrisa este enésimo ejemplo de chauvinismo franchute al tiempo que recordaba la famosa arenga del militar, el mismo día que he visto El discurso del rey. Una buena película que nos muestra la conversión del amable Bertie en Jorge VI, muy a su pesar. Una historia de Hollywood que, contra la costumbre, no pone su mirada en la realeza sino en las flaquezas del ser humano. Aún así, el pueblo inglés llegó a venerar a su monarca de la II Guerra Mundial, de igual modo que sus vecinos del Canal de la Mancha veneraron a su viejo militar.

Se dice que en esta época faltan líderes. ¿Acaso lo necesitamos? Y se deberá eso a que los políticos suspendan en oratoria, carisma, eficiencia y honradez. Me pregunto.

La sensación de hastío hacia la política nacional viene aumentando en los últimos años pero no parece ser el detonante de un cambio en nuestras estructuras. Demasiado utópico en el 2011 pensar en cambiar el sistema, ¿no creen?

Estrenamos un año en el que el panorama dista del entusiasmo de años anteriores. Dentro de unos años recordaremos esta crisis pero sería interesante ver cómo salimos de ella y comprobar la fortaleza que adquirimos de la misma.

Pero los mejores deseos se ven enfangados por la vulgar realidad de este año electoral (y el venidero). Nos esperan meses de tediosa actualidad con dos monigotes enfrentados en el más espantoso y ridículo espectáculo que nos ofrecerán los políticos. Coparán los medios de comunicación y minarán nuestro poder adquisitivo (bastante cara nos sale la política en este país).

Francamemte estoy cansada de esa dinámica. Por eso en el 2011 brindo por la gente anónima, y por los días a días. Brindo por mi hermana que es ejemplo de abnegación, brindo por mi amiga A. que es ejemplo de sencillez, brindo por mi amigo J, que es ejemplo de paciencia, brindo por el Dr. A. P. que es ejemplo de profesionalidad, brindo por mi vecino M. que es ejemplo de generosidad. Brindo por el que sonríe tras caerse y por el que llega a una cumbre cogido de la mano a otra persona.

Y brindo por todos aquellos blogs que me han entretenido, emocionado, enseñado y hecho reflexionar con su lectura en estos años de blogosfera. Este pequeño blog resurge del silencio. Nunca el silencio fue tan fecundo, créanme.

Un saludo a todos y reciban un fuerte abrazo que les daría en persona pero que en el mundo virtual tiene el mismo calor.

martes, 26 de octubre de 2010

Lo que siempre quise hacer

Ayer salí de casa a las 7.30 y volví a las 21.45. Todo el día fuera. Trabajando, almorzando y luego haciendo diversas actividades. Por cosas del ajuste de horarios me falta o me sobra tiempo; en el peor de los casos cruzo los dedos para que haya una combinación de Tussam y en el mejor de los casos doy un agradable paseo por las afueras del Parque de Mª Luisa y leo un poquillo.

Los lunes y los miércoles estoy asistiendo a clases de inglés e italiano. Los martes y los jueves doy clases de español a extranjeros y voy a natación (ejem, esto se ha quedado en un debo y no quiero, como fue lo último que planifiqué en proporción directa a las ganas que tenía: cuando llegué al gimnasio no quedaban plazas). Los viernes es mi día de descanso. Una generosa ración de sillonball para mi maltrecha columna vertebrral (extiéndese el término de maltrecho a las rodillas y a toda la espalda). Y los fines de semana son variables como el tiempo (nunca mejor dicho, ¿os habéis fijado que el buen tiempo qué está haciendo se estropea los findes?).

Recuerdo 3º de Bup como un año cultureta y en el que supe que lo que más me gustaba era precisamente lo que hago ahora: salir de casa y no regresar hasta la noche. Tener las mañanas ocupadas (estudio/trabajo actual) y tener las tardes libres. Para ir a conferencias, exposiciones, apuntarme a cursos, al gimnasio, ir de compras evitando así las aglomeraciones y anticipándome al "no quedarme sin lo que vi". Y entre cada estadía, equiparables en realidad a dos mundos contrapuestos pero imprescindibles: el trabajo me da el tiempo y el dinero para el ocio y el ocio me libera de la carga del trabajo; el almuerzo. Si en época de vacaciones adoro desayunar fuera, me encanta almorzar fuera en días laborales.

En la época de Cefoec (aquellos que me conocen, saben que fue una de mis mejores épocas de mi vida), solía quedar para almorzar algún día al mes. Ahora como fuera dos días a la semana y como es cuestión de horario me apaño con unos sandwiches. Lo que ahorro repercute en mis excursiones del Románico y los viajecitos que estoy planificando.

En realidad son días solitarios pero precisamente ese matiz es el que me distingue y sobre todo me apetece. Y como aprender es lo que más me gusta, por eso me gusta apuntarme a cursos y asistir a cosas que me interesan. Nunca entendí que para hacer tales actividades necesitara acompañante pero aún así es inevitable que me pregunten "¿y vas sóla?" o que recalquen "que no conzco" cosa que deja de ocurrir a los dos minutos de haberme sentado en algún sitio.

Sólo hay una "pega" a mi estilo de vida actual. Este blog. Ainss, qué abandonaíllo lo tengo al pobre. De la Blogosfera ando medio desconectada. Sigo algunos blogs, los que me llegan a través del Facebook, fundamentalmente, pero los ojeo desde el ordenata del departamento y poco más. Ganas no me faltan, ni temas, pero Cronos debería regalarme algunos minutejos.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Una gótica en tierras castellanas

El pasado sábado 11 me fui a Soria en pos del Románico. Antes de contaros la formidable excursión, lo que descubrí y cómo me fue en mis transportes solitarios, os hablaré de la web porque merece la pena conocerla y puede que os guste también apuntaros.

Se trata de Arteguías, una web amateur que no por ello acumula unos cuantos años de presencia en la red y atesora, nunca mejor dicho, un buen número de buenas fotografías y de información práctica del Románico en concreto y de la Historia Medieval, en general. Conocía la web y seguro que más de uno ha pasado por la misma porque a través de Google imágenes está muy bien posicionada. Pero fue este verano cuando descubrí de casualidad que organizan excursiones para conocer el Románico. Específicamente lo de Románico porque la web va ligada a la asociación Amigos del Románico y he descubierto que hay un movimiento singular en torno a la sensibilidad y características de ese estilo medieval, tan castellano, por otra parte.

Salvo ilustres ejemplos en Baeza, el Románico no se da en el Sur, como se sabe, por eso, nuestra sensibilidad artística se nutre del Gótico y especialmente del Barroco. En mi caso, que soy medievalista, también me identifico más con el arte urbano, burgués, afrancesado y de ingeniosas soluciones que representa el gótico. Pero como me gusta mucho el Arte y me queda tanto por descubrir, aquí mismo en la península, me entusiasmó la excursión. Como le comenté después a mi amiga P., me recordaba la época que salía con J.A. y nos parábamos en medio de la carretera a ver cualquier castillo o ermita (así descubrimos, por ejemplo, Frómista, camino de Silos, vi un cartel y solté un tremendo "¡paraaa!").

Y todo en un día. Con J.A. era igual. Nuestro límite eran los 300 kms. Desde Madrid, la cosa cambia, por eso, esta excursión la planifican en un día, da tiempo de sobra. Pero me gustaba tanto la idea y me apetecía tanto ir que hasta me pareció pintoresco moverme desde Sevilla y para ahorrar money y tiempo no se me ocurre otra cosa que irme en autobús de noche. La ida y la vuelta.

Me pegan esas excentricidades. Pero no he sido la única. Pregunté cuántos iban de la capital y me encontré con bilbaínas, catalanas, gaditanas, almerienses y hasta uno de Canarias. El viaje en sí puede resultar caro: son 89 euros. Yo utilicé la picaresca de presentar mi carnet de la Universidad de Sevilla para que me hicieran un 10% de descuento como estudiante. Incluye el transporte, entradas a monumentos, documentación, explicaciones del guía y el almuerzo. Que no suele ser en cualquier venta del camino. Pensé que se apuntarían jubilados y gente de mediana edad en general. De hecho fui la más joven del grupo, lo que no me sorprendió. Pero sí me llamó la atención el entusiasmo de la gente por el Románico y su escasa, por no decir nula relación con la Historia y el Arte, en cuanto a profesión pero sí en cuanto a conocimientos. Han hecho cursos, asistido a conferencias y leído libros para empaparse del tema. Y su formación es bastante buena pues los términos -arquivoltas, sogueado, tetramorfos, alfices...- que salpicabn las explicaciones les era más que conocidos.

Y el mes que viene, más.

Os dejo con una foto tomada en el interior de la Ermita de San Baudelio. En un próximo post os cuento las peripecias de la excursión.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Crisis

Llevo días apesadumbrada y en constante reflexión. Darme cuenta de los hechos, asumirlos e integrarlos en la dinámica de mi día a día me cuesta bastante.

Podría tratarse de mera cuestión sentimental pero la hondura de las acciones me llevan a remontarme muchos años atrás y plantearme muchas cuestiones de mi forma de ser y cómo interactúo con las personas.

Con aquellas personas que me han mostrado un cariño que no he visto o que no he correspondido como merecían. A estas alturas me planteo el amor que sentí por J.A. y sobre todo me ronda por la cabeza qué he sentido por J.

Me aferro al trabajo porque es la única parcela lógica que veo ahora en mi vida. Es una isla diminuta en medio de borrascas que descargan ráfagas de dolor, tristeza, perplejidad, inseguridad acrecentada; vestigios de posturas acomodaticias que luchan por permanecer en mi vida cotidiana alimentándose de las horas de soledad.

Me irritan los cambios sobrevenidos, el tener que aprender de los errores cometidos. Busco la calidez uterina de mi mundo de antaño donde la inseguridad y la alegría desmedida campaban a sus anchas. Me siento vieja para crecer, para creer en la fuerza positiva que puede tener una crisis en mi vida, donde podría salir apostando por la imaginación que me regenerara.

En el cielo gris de hoy las nubes se mueven gráciles aun cuando no sopla el viento. Pero giro la cabeza ante la metáfora de la ventana. Aferrándome al ayer, al pasado, a las horas fallecidas, a los porqués. Con destellos de serenidad para querer relativizar las cosas. Con ansias de que pasen los días y los momentos, con tardes larguísimas y noches cortísimas. Sin hablar y en permanente soliloquio imaginario.

Recomponiendo las piezas del puzzle que no encajan, planteándome mil vías de reconstrucción, frenando en vano en la caída y avanzando a tientas en el desaliento.

Deseo permanecer sola; tal es el miedo a herir a los demás. Incluso a mi hermana que es a la que más debo cuidar. Anhelo pasar de puntillas entre la gente, no más huellas que se borrarán, no más lazos que se romperán. Lo curioso es que llevo años respirando en mi burbuja y no era consciente de lo que transpiraba.

El hacer el bien puede convertirse en una obsesión y ahora me planteo el daño que puedo llegar a hacer. Y el tinte de estulticia que lo tiñe todo puede llegar a ser insufrible. Seguiré reflexionando. Sobre lo ocurrido, sobre mi forma de ser y sobre cómo encauzar mi vida.

viernes, 27 de agosto de 2010

Abriendo puertas

Eeooo

¿Hay alguien ahí?

Esperad un momento que encienda la luz, ¿ahora? ya se ve un poco mejor que estaba esto en plan cuarto oscuro. Voy levantando las persianas, los postigos, abro las cancelas, los portillos, voy a descorrer las cortinas, aparto los visillos.

La luz de la tarde aún nívea se filtra a través de la cristalera y va inundando la estancia. Ya se ven los posts aunque la barra lateral parece estancarse.

Poneos cómodos, el sofá ya no lleva sábanas de funda, os sirvo un café y unos pastelillos, o una limonada y unos helados, o unas gambitas con oloroso de la tierra. Id pasando, hacia el final queda sitio, sí, allí hay donde sentarse, he puesto varios pufs. Suena la música que se entremezcla con el bullicio y las risas. ¿Muchos chapuzones en la playa, te pudiste leer aquel libro que siempre empezabas? Qué fotos más simpáticas del Camino de Santiago, oye tú vienes muy delgado, ¿cómo? que tu chico pilló una salmonelosis, anda y lo llevásteis a Terra Mítica.

Gracias a todos por venir. Brindemos por el reencuentro, ¿no os parece?

miércoles, 14 de julio de 2010

Un verano diferente

Este año también me toca trabajar en verano, y aunque no serán los dos meses completos ésa no es la principal diferencia con años anteriores. Este año trabajo pero no es lo mismo como cantaba aquél.

Estaré trabajando en julio y en agosto. Sólo me corresponde una quincena (en realidad 11 días hábiles que se convierten en 19 días), así que descansaré del 13 al 31 de agosto. Pero este fin de semana puede que haga una escapada. Me he cogido el lunes y aunque los planes inicales se han desbaratado puede que surja algo o simplemente me vaya a la playa.

Este año me encuentro muy animada y haciendo muchos planes y llevando a cabo ya algunos proyectos. Sigo estudiando francés, colaborando en el proyecto de las Salesianas y en el otro de cooperación (el de la foto de la columna de la derecha), y saliendo mucho.

También me encuentro animada con el trabajo porque desde junio estoy en un destino nuevo que me ofrece bastante posibilidades para el invierno. De entrada tengo una interinidad más larga que la del año pasado y que puede serlo aún más (no digo cuánto por si se estropea xD).

Tengo muchas ideas para el blog y con ganas de escribir pero ahora por una cosa u otra paso menos tiempo con el ordenador, así que por primera vez voy a descansar en la Blogosfera. Será toda una novedad. Acostumbrada a ver los cerrojazos de muchos blogs y continuar ininterumpidamente (hasta ahora mis vacaciones eran en septiembre pero sólo laborales pues como sabéis posteaba en julio, agosto y septiembre). El próximo 30 de julio este blog cumple 3 años. Han sido 36 meses ininterrumpidos de posts y de incursiones en la Blogosfera. La celebración, por todo lo alto, será en septiembre. En julio sí haré alguna reseña. Puede que postee algo, sobre todo porque las ganas no me faltan y tengo un par de post relacionados con el verano. El resto, con todas las ideas que se me ocurran, lo escribiré pero aguardará en el cajón de los Borradores.



Les blogueurs, je vous souhaite un bon été et bonnes vacances
A los blogueros les deseo buen verano y buenas vacaciones

martes, 15 de junio de 2010

Y el mundo marcha

Lo que empezó como un problemilla del ordenador (tardaba en encenderse) ha acabado convirtiéndose en todo un apagón tecnológico (me quedé sin internet cuando la madre de todos los virus atacó mi equipo). Y en parte sigue pues me han puesto un disco duro provisional mientras intentan reanimar el mío. Tengo internet desde el viernes pasado pero ha sido el período de tiempo más largo que, a la par consciente e inconcientemente, he estado sin conexión a Internet. Durante los primeros días me resultó un fastidio, luego la avalancha de trabajo (terminando un curso de la Universidad por la tarde que ha coincidido con el final de las clases en la academia en plena época pre-Selectividad) me dejaba tan escaso tiempo libre que no me daba cuenta de la ausencia y este finde me he involucrado en un proyecto que ha surgido en las Salesianas que me va a ocupar parte del verano y espero continuar en septiembre.

Hay una idea que me acompaña últimamente: que el mundo y las cosas son "así" y son tan "asín" que son irremediables. Quién habla de Haití, quién hablará de Sudáfrica. Sus desgracias y alegrías quedarán en las hemerotecas pero el día a día de haitianos, de sudafricanos y de los seis mil milones de almas que habitamos este mundo cambiante y sin embargo siempre desafiante para el hombre; sigue en su sempiterna marcha, sólo interrumpida cuando nos apeamos de este tren en marcha.

Desde jovencita sentí el impulso de cambiar el mundo pasando antes por mi propio cambio, como decía Gandhi. Siempre he pensado que a nivel global, hay cosas que no cambian, que ha habido y habrá injusticias y guerras, muerte y destrucción. Y que en medio de todo mal siempre habrá un bien, una buena persona, una buena acción. Y que no hace falta irse a las misiones porque es tu vecino el que lo pasa mal. Hoy día con la crisis económica este hecho es más palpable aún. Pero hasta qué punto estamos anestesiados. O es que necesitamos otra revolución francesa que trastoque los órdenes establecidos.

Pero qué somos si no gotas de agua en el océano o granitos de arena en el desierto.


La vida es aquello que transcurre mientras hacemos planes, dijeron en cierta ocasión. Pero tiene una belleza y una fuerza que nos lleva a querer vivirla, exprimirla y dar lo mejor de cada uno. Porque cada uno es único y lo que aporta será también único.


Pasear con un amigo, almorzar con la familia, leer con un niño, saludar al vecino, sonreír al conductor del autobús, explorar tu corazón que es bien grande y tender una mano. O mejor aún, las dos que tenemos.


sábado, 29 de mayo de 2010

Demencia juvenil

* 15.45 horas

-¡Chicaaaa!!

Mi padre suelta una estentórea llamada. Yo pego un respingo porque en ese momento ando trajinando en mi cuarto. Ya estoy acostumbrada a que el tono de su voz sea diametralmente opuesto al contenido de su mensaje.

Está en la cocina con la lavadora y me deja instrucciones para el lavado. Ante su atónita mirada cojo un post-it y lo apunto.

- A las cinco la pones y a las 7 vengo yo y tiendo la manta.


* 17.30 horas (aproximadamente)

Pongo el termo del cuarto de baño. Me digo que a las siete habrá agua de sobra para que se duche. Entro en la cocina y veo el post-it sobre la encimera. Lo cojo con indisimulada satisfacción por no haberme hecho falta y lo tiro a la basura.


* 18.30

Salgo de la ducha. Empapada, antes de coger el albornoz (en realidad no me lo pondré, de mayo a octubre uso el natural drying casero), quito el enchufe. Sí, lo sé, estoy describiendo mi propia defunción. Me visto y salgo camino de la academia.


* 19.25

Entro en la academia y veo a un muchacho muy mono. Hasta las gafas de pasta roja no le desentonan. Salgo al patio donde está mi compañera S. fumando. Está sola y le hablo del que está sustituyendo a M. También le pregunto por J.A., un alumno mío que se ha apuntado este mes. Me dice que A. está todavía en inglés terminando un ejercicio.

Me voy a la sala de profesores pero la fotocopiadora está ocupada. Me dirijo a mi clase y van llegando mis alumnos. Se van acomodando y voy a empezar la clase. Antes, les voy diciendo que hoy terminamos el último tema y que la semana que viene empezamos el sprint final, animándoles a que hagan un último esfuerzo que les merecerá la pena. Tengo aún la abierta la puerta de la clase y veo venir al profe sustituto.

- Ya puedes usar la fotocopiadora, Virginia.

(¿Se acuerda de mi nombre? ¡Yo del suyo, noo! Eso no suele pasarme, claro que sus horas no coinciden con las mías y es la segunda vez que nos cruzamos. ¡Y qué manera tan curiosa de decirlo!!). Con estos pensamientos propios de la estación meteorológica en la que estamos me dirijo a la sala de profesores.


* 19.40

Estoy sola en la sala de profesores haciendo fotocopias. Suena mi móvil y hago un gesto de contrariedad. No me gusta dejar el sonido en el trabajo. Y el que me llama debe saber que estoy trabajando.

- Chica, ¿has puesto la lavadora?
(Unos segundos de silencio)
- La... ¿lavadora?
- Da igual, no pasa nada. (En un tono asombrosamente neutro)

No me da tiempo a decir que he puesto el termo. Mi padre es el perfecto ejemplo de que se puede arruinar a las compañías telefónias. Las palabras lavadora y termo se enmarañan en mi mente como si sus respectivos cables se enredaran cual ovillo de lana y un gato juguetón lo hiciera rodar de la sensación de haber hecho algo que me han encargado a la de no haber hecho algo que me han encargado.

Vuelvo a las hojas fotocopiadas y entro en la clase. Les reparto las fotocopias y durante los siguientes minutos lleno la pizarra (y espero que sus cabezas) de la trayectoria de la UE.

Termina la clase y veo a un alumno de Grado Superior esperándome. Me entrega un ejercicio que ha hecho para que se lo corrija. Veo su nombre escrito.

- Tú te llamas A. y no J.A.

El muchacho me dice que sí, muy bajito y sin darle importancia.

- Y yo llevo un mes llamándote con un nombre compuesto. La cosa es que cuando te llamaba A. es justo cuando pensaba que decía mal tu nombre.

Salgo de la academia y me voy a casa andando. El atardecer es precioso. El calor se ha alejado pero la luz aún brilla entre las jacarandas de la avenida.



Cuando llego a casa rebusco en la bolsa de basura. Allí estaban los pedacitos del post-it. Había escrito "enchufar..."

viernes, 21 de mayo de 2010

¡ Feliz en mi día !

Hoy es mi santo.

Sí, ya sé que hace poco fue mi cumple. Se me acumulan las felicitaciones y los regalos pero luego viene la sequía (hasta Reyes, nada xD).

Cae en un viernes que ya he planeado, o más bien he encadenado: cervecita con los compañeros del trabajo, café con mi hermana y cañas con las amigas. No está mal. Mi hermana me ha felicitado hace poco con un sms (solemos hacerlo a partir de las 12 de la noche) y en cuanto a los regalos, mi padre fiel a su costumbre, ya me ha dejado dinero en un sobre encima de la mesa (como estoy despierta, ya lo he visto, menos mal que no son los reyes xD). El resto, será sorpresa.

Me gusta mi nombre y me gusta celebrar mi onomástica. Así que lo comparto en el blog con Cine y Literatura de dos tocayas:



"Las olas" Virginia Woolf (1931)

El sol no había nacido todavía. Hubiera sido imposible distinguir el mar del cielo, excepto por los mil pliegues ligeros de las ondas que le hacían semejarse a una tela arrugada. Poco a poco, a medida que una palidez se extendía por el cielo, una franja sombría separó en el horizonte al cielo del mar, y la inmensa tela gris se rayó con grandes líneas que se movían debajo de su superficie, siguiéndose una a otra persiguiéndose en un ritmo sin fin. Al aproximarse a la orilla, cada una de ellas adquiría forma, se hinchaba y se rompía arrojando sobre la arena un delgado velo de blanca espuma. La ola se detenía para alzarse enseguida nuevamente, suspirando como una criatura dormida cuya respiración va y viene inconscientemente.

Poco a poco, la franja oscura del horizonte se aclaró: se hubiera dicho un sedimento depositado en el fondo de una vieja botella, dejando al cristal su transparencia verde. En el fondo, el cielo también se hizo translúcido, cual si el sedimento blanco se hubiera desprendido o cual si el brazo de una mujer tendida debajo del horizonte hubiera alzado una lámpara, y bandas blancas, amarillas y verdes se alargaron sobre el cielo, igual que las varillas de un abanico.

Enseguida la mujer alzó más alto su lámpara y el aire pareció dividirse en fibras, desprenderse de la verde superficie en una palpitación ardiente de fibras amarillas y rojas, como los resplandores humeantes de un fuego de alegría. Poco a poco las fibras se fundieron en un solo fluido, en una sola incandescencia que levantó la pesada cobertura gris del cielo transformándola en un millón de átomos de un azul tierno. La superficie del mar fue adquiriendo gradualmente transparenciay yació ondulando y despidiendo destellos hasta que las franjas oscurasd esaparecieron casi totalmente.

El brazo que sostenía la lámpara se alzó todavía más, lentamente, se alzó más y más alto, hasta que una inmensa llama se hizo visible: un arco de fuego ardió en el borde del horizonte, y a su alrededor el mar ya no fue sino una sola extensión de oro. La luz golpeó sucesivamente los árboles del jardín iluminando una tras otra las hojas, que se tornaron transparentes. Un pájaro gorjeó muy alto; hubo una pausa: más abajo, otro pájaro repitió su gorjeo. El sol utilizó las paredes de la casa y se apoyó, como la punta de un abanico, sobre una persiana blanca; el dedo del sol marcó sombras azules en el arbusto junto a la ventana del dormitorio. La persiana se estremeció dulcemente. Pero todo en la casa continuó siendo vago e insustancial. Afuera, los pájaros cantaban sus vacías melodías. "

"The waves"

The sun had not yet risen. The sea was indistinguishable from the sky, except that the sea was slightly creased as if a cloth had wrinkles in it. Gradually as the sky whitened a dark line lay on the horizon dividing the sea from the sky and the grey cloth became barred with thick strokes moving, one after another, beneath the surface, following each other, pursuing each other, perpetually.

As they neared the shore each bar rose, heaped itself, broke and swept a thin veil of white water across the sand. The wave paused, and then drew out again, sighing like a sleeper whose breath comes and goes unconsciously. Gradually the dark bar on the horizon became clear as if the sediment in an old wine-bottle had sunk and left the glass green. Behind it, too, the sky cleared as if the white sediment there had sunk, or as if the arm of a woman couched beneath the horizon had raised a lamp and flat bars of white, green and yellow spread across the sky like the blades of a fan. Then she raised her lamp higher and the air seemed to become fibrous and to tear away from the green surface flickering and flaming in red and yellow fibres like the smoky fire that roars from a bonfire. Gradually the fibres of the burning bonfire were fused into one haze, one incandescence which lifted the weight of the woollen grey sky on top of it and turned it to a million atoms of soft blue. The surface of the sea slowly became transparent and lay rippling and sparkling until the dark stripes were almost rubbed out. Slowly the arm that held the lamp raised it higher and then higher until a broad flame became visible; an arc of fire burnt on the rim of the horizon, and all round it the sea blazed gold.

The light struck upon the trees in the garden, making one leaf transparent and then another. One bird chirped high up; there was a pause; another chirped lower down. The sun sharpened the walls of the house, and rested like the tip of a fan upon a white blind and made a blue finger-print of shadow under the leaf by the bedroom window. The blind stirred slightly, but all within was dim and unsubstantial. The birds sang their blank melody outside.

He puesto el comienzo de la novela pero hay un fragmento en boca de Rhoda que me gusta. Es un personaje que rehúye de todo compromiso y busca la soledad, en realidad es un trasunto de la propia Virginia.

"Todos mis buques son blancos. No quiero los pétalos rojos de los geranios y de las malvas del huerto. Quiero pétalos blancos que floten cuando inclino el cuenco. He recogido los pétalos y los he puesto a nadar. Aquí pondré un faro. Y ahora voy a balancear mi cuenco castaño de un lado a otro, para que mis barcos naveguen con oleaje. Algunos se hundirán. Algunos se estrellarán contra los arrecifes. Uno navega sólo. Este es mi barco. Penetra en las heladas cavernas en las que ladra una foca, y cadenas verdes pendientes de las estalactitas se balancean. Se alzan las olas. Sus crestas se enfurecen, fíjate en las luces de los mástiles. Se han desperdigado, han naufragado, todos salvo mi buque, que remonta la ola y se desliza en la galerna y llega a las islas en las que los papagayos parlotean y las lianas..."


lunes, 17 de mayo de 2010

Todo en una mañana

El viernes estuve de gestiones varias. A primera hora quedé con mi hermana a desayunar aprovechando que ella tenía que ir a la calle Albareda. Fuimos a La Ibense de la Constitución pero nos encontramos con que la han cerrado (entonces estaba de obras pero por la prensa nos hemos enterado del traspaso). Nos quedamos un buen rato pensando en un sitio para no volver atrás al Horno. Le digo que por el Arenal sólo hay bares de tapas. Me entero entonces que a mi hermana le pasa como a mí: no nos gusta desayunar en un bar de tapas, preferimos una cafetería. Al final ella es la que cae en Los Ángeles, una pastelería en Arfe.

Dos medias tostadas, un café y un zumo y un par de cigarros entre charla y charla cada vez más compenetrada entre hermana mayor -otrora la Rotermeyer y hermana menor -la chica-. En lo mejor de la conversación nos tenemos que recoger.

Mi hermana vuelve a su vorágine laboral y yo me dispuse a ir a Tomás de Ibarra, ya saben, a la institución que somos todos. Pero el destino en forma de itinerario hizo que me encontrara con mi ex. Charlamos un rato poniéndonos al día. Me da la enhorabuena por el trabajo. Tienes lo que querías. Pues sí. Soy consciente de que me ha sonado con soberbia y le comento que estoy de interina y que entre cese y nombramiento siempre hay días sueltos como éste. Alguien que se cruza conmigo me dice un hola. Es A. Le saludo apresuradamente con la mano y por la sonrisa creo adivinar que se imagina con quién estoy hablando. Mi ex también ha reparado en él. Estas cosas sólo ocurren en los sueños, cuando deciden si entras o no en el cielo y te encuentras con todos tus ex.

Llego a Hacienda y ya en el detector de metales (¡qué exageración!) veo una cola de mil demonios. Cojo número y tengo 40 por delante. No me he llevado nada de leer. Al rato alguien suelta un 20 minutos que cojo ávida. Me dispongo a lerlo minuciosamente. Noticia por noticia, carta del lector por carta, viñeta de Cutlas por viñeta, que me encanta. Al buen rato saco el Plauto del bolso y releo pasajes sueltos. Por fin me toca pero resulta que lo mío es por cita (a fecha de hoy lunes, no queda cita para todo el mes de junio).

Me voy para la Facultad de Filología pero antes paso por una papelería. Cuando llego a la Biblioteca de Clásicas hay un cartel diciendo que hoy cierra a las 13 horas. por no-se-qué seminario en vez de las 14h. Miro el reloj y son las 13.10. Al salir noto que me tocan en el brazo, O me cae algo. Me vuelvo pero no veo nada ni a nadie. Y cuando sigo andando al mover el brazo un enorme saltamontes pega un brinco desde la manga de la chaqueta que llevo. Verde militar para más señas. ¡Qué susto me llevo!

En Correos me toca otra cola. Esta vez hay un Adn que trae otro cupón para la Fnac. Es el 3º que cojo. Estoy tan abstraída que se me pasa mi número en dos más. Menos mal que me atienden.

Me paso por la Fnac pero no hay ningún clásico que me llame la atención. Paso por Filella y se me antoja un tronquito de chocolate. ¿Lo han cambiado de sitio?. No, es que no quedan, ni siquiera el de crema. La voz sensata del régimen acude en mi ayuda para no tomar otra cosa.

Casi llegando a casa me llama mi amiga A. Me propone ir el sábado a San Telmo que hay puertas abiertas. Me sorprende la propuesta pero no me apetece. ¿Ya lo conoces? Y tanto. ¿Es con guía verdad? Yo estuve así en el 2002. Le propongo quedar sólo para comer y quizá ir al cine pero me dice que irá con la hermana y dejamos la comida para el domingo. Conforme.

Llego a casa y ha vuelto la conexión a Internet. ¡Hurra!

jueves, 6 de mayo de 2010

De piratas y pirados

Desde hace meses es un tema candente en la red. He participado en varios fotos pero no tengo una postura clara al respecto. Resulta más fácil opinar en base a unos argumentos sólidos y optando claramente por una postura ante un choix cornélien y, sin duda, uno se encuentra más cómodo en un terreno fácil de transitar. De ahí mi renuencia a postear sobre el tema, que finalmente no me decido a soslayar.

Voy a ir presentando una serie de ideas, opiniones e interrogantes que me surgen con este tema, a riesgo de que el post quede deshilachado.


* Algo que siempre me ha parecido curioso es el tema de la propiedad intelectual. Aunque conozca el origen del copyright en el Estatuto de la reina Ana (1710), siempre me ha parecido una tomadura de pelo y algo que se ha mantenido durante tanto tiempo, más por los ingresos que genera que por ser algo "que siempre ha existido". Yo me pregunto:

¿Sólo la propiedad intelectual es la que genera derechos de autor?.

Yo respondería que no y recurro al siguiente ejemplo:

¿Acaso se paga por utilizar una obra de ingeniería, sea un aeropuerto, un puente o similar? El arquitecto o el ingeniero que los realiza ha cobrado por su trabajo, pero sólo en una ocasión, no va a recibir nada porque millones de personas utilicen su obra (o inclusen admiren, por darle el carácter estétido que tienen las obras intelectuales).

Sí, pero nadie va a copiar esa obra, pueden replicarme. Es algo relativo. Sin duda es más fácil "copiar" un texto, plagiarlo y hoy día en Internet "coger por la cara" cualquier cosa que se te antoje. Pero estoy segura que si Norman Foster detectara una similitud entre su HSBC Tower (un rascacielos bastante sobrio que no destaca a primera vista por un elemento identificador) y otro edificio, denunciaría al estudio de arquitectura que fuera.

Así que por muy extraña que parezca mi postura, sobre todo porque soy bloguera y por tanto produzco textos (en teoría, soy consciente de que me ha quedado muy ampuloso eso), no entiendo que se le pague a un autor el resto de su vida por utilizar su obra. Y mucho menos que ese derecho se herede. ¡Es el colmo!. Si ya el derecho de autor propicia la holgazanería (qué suerte tengo de vivir a costa de aquello que hice hace años), la transmisión de ese legado encumbra el sino que hay en tantas vidas (qué suerte que mi tatarabuelo escribió aquello que todavía se lee aunque no sea mi caso).


* También me llama la atención, y desde pequeña (ya saben que me es inevitable mirar atrás) la gratuidad de algunos objetos como la tele. Con el tiempo supe que no era mi padre el que pagaba una cuota (con la factura de teléfono ya tenía bastante entonces) sino el Estado y la publicidad los que costeaban las cadenas de televisión. Y desde mi ingenuidad pensaba, si cuando compramos un aparato de televisión no aportamos nada y los fabricantes no son los de la cadena, ésto sale gratis. De hecho, en los primeros años de la Televisión en España, sí se pagaba una cuota que más tarde se suprimió. Creo que en Gran Bretaña sí se paga pero desconozco el tema. Aunque algo sí pagamos: cuando compramos un televisor en el precio va incluido una cuota.

Pues eso, estamos acostumbrados, para bien o para mal, a encender la tele o darle al mando creyendo que lo que vemos se nos da gratis como el maná del cielo. No reparamos ni en la factura de la luz.

No obstante, eso mismo es lo que ocurre con Internet. Cuando decimos que vemos pelis gratis es falso. A mí me sale a 43.65 euros al mes (sí, ya sé que pago más que nadie) las descargas de películas, series, música, libros y programas que hago. Pero cuando navegamos por la red tenemos la misma sensación que con la tele, que es algo que se nos viene dado y que lo usamos sin complejo y a nuestro antojo. No quiero parecer más rara de lo que soy, pero yo he tenido mis cuitas morales cuando he visto un estreno desde Cinetube y no he ido a cine. Mi hermana, que a legalista no le gana nadie (y no sólo por su profesión) me echó una bulla cuando le pasé el Cardio de Miguel Bosé en un Cd virgen. Para ella eso es robar. Para mí no lo es, pero sí me paro a pensar si afecta eso a la industria y al empleo (pregunta que siempre me ronda cuando salgo del Corte Inglés del Duque y paso por la sesión de discos, desde hace años, vacía).

En el Fotogramas de este mes, la firma invitada corresponde a un abogado que está al frente de la Federación para la Protección Intelectual. Con esa presentación, no hay duda de lo que va a decir pero es que mientras leía el artículo, apocalíptico a todas luces, me entraba tal congoja que acababa pensando que cada vez que le doy al play de VLC para ver Cómo conocí a vuestra madre estaba firmando la carta de despido de un pobre desgraciado. Desgraciado, no porque tuviera una birria de contrato o de sueldo sino porque los malos internautas eran quienes lo mandaban al paro.


* Un viernes vi a unos chavales de botellona en la Plaza Padre Jerónimo de Córdoba. Eran pocos pero allí estaban los canis con litronas, los móviles reggaetoneando y haciendo el bulto en los columpios. Miré con desaprobación aquello porque es la primera vez que les daba por irse allí. Hace unos años el Ayuntamiento se gastó un dineral en arreglar el mobiliario irbano y los azulejos de la plaza Cristo de Burgos. Lo hacía después de una década de botellona. Y la emblemática Plaza de España, va por su tercera recuperación urbanística (menos mal que no voy a tener niños, ¿a dónde los llevaría un domingo?). Como en tantas cosas, se espera a que se la situación se desmadre, se haga insostenible y/o cause algún desperfecto para poner remedio.

Yo conozco desde hace muy poco las páginas de descargas. En la actualidad no concibo Internet sin ellas por lo que hubiera preferido que las suprimieran hace ya tiempo. Pero, por qué hay qué suprimirlas.

Éste es el quid de la cuestión.

Pienso que el masivo uso de Internet en los últimos años, no sólo cuantitativamente sino alcanzando a sectores de la sociedad que por estatus, formación, edad o cualquier otra índole personal no se hubieran relacionado con esta tecnología, ha destapado el afán lucrativo de grandes empresas de los medios de comunicación. Internet está perdiendo el carácter aparentemente gratuito que siempre tuvo. Y es algo que no entiendo. El que evolucione hacia una especie de club de pago, no habiendo nacido con esa idiosincrasia y todo se deba a que los que ya de por sí están forrados pretenden aumentar sus emolumentos sacando partido de un invento
tecnológico que ni siquiera es suyo. Puestos a pagar, prefiero costear un monumento a Tim Berners-Lee.

Y a ello se suma, el apoyo de los gobiernos a esas pretensiones demonizando a los ciudadanos internautas. Es consecuencia del Capitalismo que el poder gubernamental se alíe con los agentes económicos del sector de la cultura pero debe ser una consecuencia de la Democracia que los millones de ciudadanos anónimos decidamos de común acuerdo que es lo que queremos y que nuestros representantes legítimos actúen en consecuencia. Es una utopía, lo sé, pero más surrealista me parece que un juez se encargue de enchironar al que hace descargas en Intenet. Y sí prescindimos de la figura judicial y pasamos al acoso y derribo directo de la Administración, eso ya es de república bananera. Y de eso trata la ley Sinde.

No sé si les ha llegado un correo que pone distintos ejemplos de penas en este país. Todos los ejemplos vienen a decir que hagas lo que hagas, hasta matar a una ancianita desvalida, no será peor que intercambiar un archivo en la red. Cabe preguntarse:

¿Descargarse la 6ª temporada de Mujeres desesperadas es lo mismo que robar ese pack de la Fnac?

Si hago lo segundo, cometo un delito y perjudico económicamente al propietario (por no hablar de los daños colaterales que pesen sobre los empleados). ¿Qué pasa con lo otro?

¿Es un delito? ¿Se perjudica económicamente a la productora?

A lo segundo, respondería que sí. A lo primero no me resulta tan fácil contestar. Si eso no es mío, no debo cogerlo, aunque me llegue a través de otros (de lo contrario, la Panto sería inocente de que un alma caritativa le ingresara dinero en su cuenta).

Así de simple.

* Yo no podría vivir sin Internet. Me declaro absoluta fan del mismo, cada día me gusta más y confieso sin pudor que muchas horas de mi ocio giran en torno suyo. Cada uno es libre de hacer el uso que quiera de Internet. De igual modo que veo Sé lo que hicisteis a la hora que echan Sálvame, me descargo pelis y no videojuegos. El uso que le doy a Internet es de ocio pero lo que recibo del mismo es mucho más que entretenimiento. Los productos que me descargo de Internet pertenecen a la Cultura y por eso mismo no debería reprobarse y mucho menos prohibirse ese uso. Montgomery Clift sólo hizo 17 películas pero no todas están a la venta. Gracias a las descargas de Internet, las he visto y las guardo. Y así podría poner miles de ejemplos. Y sí se trata de dar las gracias, también la hago extensiva a esos cybersamaritanos que suben los archivos. Porque todo lo que se baja, se ha subido y yo, debo reconocerlo, no he subido ninguno. Por pereza, desconocimiento o lo que sea, pero no lo he hecho y otros se han toamdo su tiempo y molestia desinteresadamente. Hay hasta un tal Juanito al que tendremos que sobornar en un mundo Sinde..

¿Y qué me dicen de la posiblidiad de ver películas y series en VO? Es la mejor forma de practicar el actual English y no ver cosas tipo curso beginners como John Smith gets up at 7 a.m. He works in an office and he has lunch at 12 a.m.

Parto de la premisa de que la Cultura no es gratis. Es precisamente lo que más alegan los que defienden el uso libre de descargas. Y yo ahí difiero enormemente. Todo tiene un coste en esta vida, distinto es que el coste no recaiga en ti. Ver la tele no es gratis y usar Internet tampoco lo es. Sí resulta indignante que España tenga las cuotas de Adsl más altas de Europa y que el gobierno no haya movido un dedo.


* El otro día le pregunté a mi hermana qué era eso del humo negro de Perdidos. Me dijo que Cuatro había vuelto a cambiar la emisión de la serie y acabó diciéndome que había decidido no ver más series de televisión. Que se enganchaba y cuando menos se lo esperaba la inmisericorde cadena de turno la cambiaba de día, de hora o directamente la suprimía. Comprendo que el perfil internauta de mi hermana no sea el habitual pero no es la única a la que le pueda pasar eso. Sobre todo viendo el panorama tan cutre de la tele. En realidad, no lo reprocho. He sido teleadicta antes que internauta. Y me da igual lo que echen porque he cambiado depantalla pero puedo seguir disfrutando de las pelis y series que me gustan. Si os habéis fijado, apenas nombro la música. Es algo típico de mí, lo poco melómana que soy o tal vez que apenas hago descargas de canciones. Pero sí las escucho en Internet vía Goear para el blog o por el Youtube. Y no lo hago por Spotify porque es de pago. Bueno, hay una versión por invitación pero no me ha llegado.

Por cierto, qué pasa con Youtube. Debería cerrarse o dejarse sólo como la cyberversión de Videos de primera. Pero lo mismo pasa con los medios de comunicación o prácticamente con cualquier web. Yo compro el Fotogramas (y no en versión pocket) porque me gusta mucho la revista, ojearla, leerla y algunos números hasta los colecciono. En cambio hay semanas que no compro el ¡Hola! pero no dejo de pasarme por su web.

Todo lo que existe en Internet es copia. Porque el original no existe en la red sino en manos de su propietario o del servidor. Las fotos, los textos, las imágenes, las películas, las canciones. Todo lo que vemos en Intenet es "copia de". Esto lo ha escrito en su nuevo libro Enrique Dans, conocido gurú de las nuevas tecnologías. (Por cierto, aprovecho para recomendaros el entretenido blog televisivo de su mujer Chica de la tele). Yo misma acabo de reproducir una idea que no es mía. Por honradez intelectual (algo que escasea entre los ávaros propietarios de intelectualidad que no de cultura) y por cortesía, cito las fuentes. En mi blog tengo el llamado Creative Commons que equivale a que cualquiera puede coger lo que pongo (includo modificándolo) pero citándome. Por eso me molestó profundamente cuando en un ocasión vi un texto de mi blog sobre MC copiado alegremente en un post. Insisto en que la clave es citar o pedir permiso. Pero la libre distribución de contenidos es una riqueza cultural que no debería frenarse ni impedirse. El propio Dans es autor de numerosos libros y su postura me recuerda a la de tantos músicos, cineastas, escritores, que siendo autores y creadores están a favor de una libre distribución de sus creaciones. La idea de empecinarse en que lo mío es original y sólo vale eso, me parece cuánto menos ridícula. Ya los griegos supieron darle más importancia al cómo se contaban las cosas que a qué se contaba.

Se trata de que la cultura llegue a cuantas personas sea posible y no se quede en un reducido círculo. En definitiva, ¿qué autor quiere tener un público de 3 gatos?. Joe Strummer consiguió sacar un álbum al precio de un sencillo porque muchos de los seguidores no se lo podían permitir. Pero la cuestión es que les llegara a ellos su música.

Pues a través de Internet me llega el cine, la televisión, la música y los libros que me gustan.

No me gusta un Internet mercantilista que nada tenga que ver con el que he conocido. Y si se trata de que unos ganen dinero que no sea a costa nuestra.

Quizá una posible vía fuera la de Spotify pero yo preferiría que se basara en la publicidad. Por ejemplo, yo tengo un blog en Blogger porque no me supone ningún desembolso directo. Si no existiera me vería obligada a comprar un dominio y no estoy segura de que lo hiciera (lo habría creado ya). Quizá podrían unificarse las webs de descargas o que las gestionara directamente las productoras y distribuidoras. Ellas recibirían dinero de la publicidad (aunque sea con ruiditos como el Test de la muerte-cara Jackson) y nosotros no tendríamos que hacer un desembolso extra. Porque cuando nos gustan tanto un producto, queremos lo mejor. Por eso, yo sigo comprado películas y libros.

Prefiero un mundo ConDescargas, más variado, entretenido y enriquecedor que un triste mundo de prohibiciones SinDescargas.

¡Ah! por cierto, ya no canto en la ducha por miedo a que la Sgae me multe. (vía Facebook).

martes, 27 de abril de 2010

Trigésimo cuarto aniversario


Un martes, 27 de abril de 1976, nacía en la sevillana calle de Trajano. Hoy martes, 27 de abril de 2010, cumplo otro año de la treintena y puedo celebrarlo trabajando, en la no menos sevillana calle de San Fernando, con la salud recobrada y la family. Y ningún J. me puede estropear el día :) ¡No pido nada más!

Me adelanto a la fiesta del finde y os invito a mi cumple. Pasad que hay tarta.



Y para nostálgicos como yo, ver la versión de Brenda en Beverly Hills 90210.

miércoles, 14 de abril de 2010

Yo no quería ser rey

- ¡Yo nooooooo soooy Can Carloooos! ¡Yo nooooooo soooy Can Carloooos!

Quién así gritaba toda desaforada, con las grandes coletas medio despeinadas, atravesando el ya de por sí largo pasillo de la casa, que se le antojaba más largo que la calle Torneo, con la voz próxima a la niña del Exorcista y que buscaba la impagable protección de la madre que estaba en el salón, viendo la tele o leyendo; era una niña que enarbolaba aquél grito para expeler la rabia que le provocaba tamaña injusticia. Quizá de tratarse de una novedad, hubiera obtenido algo más que una infructuosa sucesión de llantos lastimeros, consuelos intensos mas fugaces y una docilidad disfrazada en el anhelo de seguir participando. Sus posibilidades de tornar las reglas del juego eran bien ínfimas, pero en el fondo esperaba algo así.

Hablo de ello con conocimiento de causa. Viví los hechos y también me los contaron. Porque la niña, era yo.

Era yo la que no quería ser Juan Carlos que con mi lengua de trapo de 3 años unida, a mi particular bautizo de personajes (por aquella época el rubio de Hollywood no era otro sino Paúl Névan) o mi habilidad de adaptar lo que escuchaba por la tele en plan my way como hice con el barefoot hit eurovisivo cantando "Aquí, ¿quién maneja mi barca?"; quedaba convertido más en nombre de chucho (o de finca gerundense) que en ilustre monarca.

¿Y por qué diantres yo no quería ser Juan Carlos I?

En casa no había azules que me indujeran a seguir prefiriendo, 10 años después, al rival del Breve. Y la frase, en clave afirmativa, hubiera tenido sentido de tratarse de una pugna entre mi madre y yo por cuestiones disfrazatorias. Mi primer traje fue de princesa pero yo en la tienda preferí el de piloto de Motociclismo. Luego en el cole me vestí de ratón y de vaquero y ahí sí que disfruté con mi sombrero, mi chalequillo sin mangas y mis pistolas.

El rechazo a la figura del rey es una de las anécdotas más remotas de mi repertorio infantil. Como me la han contado, infinidad de veces, no estoy segura de acordarme por mí misma, tal otros recuerdos. Más que las imágenes en sí, que he reproducido ahora, se me quedó grabado el intento fallido de desquitarme del oneroso cargo. O de dudoso honor. Por eso, siempre digo que mi republicanismo afloró a edad bien temprana. El resto de la familia, cuya simpatía por la causa nunca fue acérrima, se ha convertido a un republicanismo pragmático que en los últimos tiempos, gracias a Felipe, insigne promotor de nuestra causa, linda con una clara antipatía.

En el juego infantil creado por mi hermana, la otra opción era ser la suegra. Ella siempre era la reina y me decía que yo era el rey. Nótese que mi hermana no decía el nombre, era yo, la que nominaba al susodicho pero dada la mala fama de las suegras (hasta que no tuve una, no vi la injusta fama), optaba por hacer el papel del rey, pelele en mano de mi hermana-reina que era la que mandaba. Por algo era la hermana mayor y cuando jugábamos a las compras yo tenía que ser Pepa la frutera y ella era la que venía a comprar. El rasgo freudiano de todas estas andanzas de mi infancia es que anteponía las ganas de juego a un minúsculo intento de rebelión. Eso sí, acudía al amparo de mi madre sabiendo que esta mediaría a favor mía, aunque eso sólo durara el trayecto de vuelta por el pasillo de casa hasta el cuarto de los juegos. Allí mi hermana andaba con el cetro y la corona -de papel maché- y yo, renacuajo de 6 años menos, me resignaba a mi destino.



Hoy, sabido por todos, es 14 de abril. Día para desear República en el saludo, para acariciar viejas banderas tricolores mientras suena en modernos altavoces de ordenador, el Himno de Riego.

Cuando yo aspiro a que haya una república en mi país, suelo caer en el eufemismo de no llamarla la tercera. Por algo tan simple y tan complejo a la vez de no compararla con su precedente. Como dice mi amigo J. "cuánto la quiero pero tan crítico debo ser con ella". Pero hay otra cuestión, y es presentar la república como un proyecto totalmente viable que no quede en mera fórmula política tapa-agujeros, presentándose como vieja sustituta remendona. El pasado, incambiable, ofrece soluciones que por desgracia pasamos por alto. Lo que no hicieron las generaciones de la Transición, queda adeudado para las venideras. En este punto, hago un inciso para referirme al derecho incuestionable que acoge a las víctimas de la dictadura franquista para buscar y enterrar dignamente a sus familiares. Y si es algo que practicaron, con acierto, países vecinos, merece la pena reflejarnos en ese ejemplo. Si nos sentimos protagonistas de nuestra historia y no meros ciudadanos cumplidores de leyes y pagadores de tributos, es menester que respondamos sí o no a lo que se nos impuso, la monarquía hereditaria.

Y si hablo de ese tipo de monarquía es porque rechazo la dualidad de figuras y opto por algo más simple como un Presidente de Gobierno que sea a su vez Jefe de Estado durante un máximo de 2 ó 3 mandatos. Aunque me inspiro claramente en EE.UU. y pongo un límite a la duración del gobierno, no estoy segura de optar sólo por dos legislaturas.

No obstante, por mucho que haya voces que años atrás no hubieran dicho ni pío aunque no sean los más indicados (Anasagastis y Peñafieles varios) y que se trate de esta cuestión tan decisiva con el jolgorio con que se baila un politono en Telecinco, y que periódicos como Público insistan en que los jóvenes, Ni-Ni incluidos, no se sienten monárquicos; me temo que la respuesta sería un SÍ. Y entonces ya los republicanos ni tendríamos ese sueño de "¿y si fuera posible?" Y nos tuviéramos que resignar a este destino.

viernes, 26 de marzo de 2010

Un alto en el camino

Pintura de Ernest Descals (Paso del Cristo de las Aguas por el Arenal de Sevilla)

Llega la Semana Santa y Sevilla acude a su promesa de encontrarse a sí misma, en sus gentes, en sus calles y en su fiesta. Un año, dicen, que vivimos para una semana. Una semana que dura una eternidad y que transcurre con la fugacidad con que se apaga un cirio.

Una semana que es una vida, y una promesa de que se renuevan todas nuestras esperanzas. Un encuentro con el Señor que acude con la fidelidad de quien siempre sale a nuestro encuentro.

Para aquellos que puedan descansar unos días, les deseo que hallen alegría y reposo en estos días y que tengáis buenos paseos y buenas lecturas.

sábado, 20 de marzo de 2010

El diablo viste de Zara (*)

A raíz del post anterior, frente al pegajoso bombardeo que hace el Corte Inglés (sin ir más lejos, mientras posteaba, habré escuchado el anuncio el triple de veces que el resto de los anuncios del post) a la hora de anunciarse, he caído en la cuenta de que hay una marca de ropa que no se anuncia. Vamos que no se gasta un duro en publicidad, siendo una de las empresas españolas que más factura cada año y que se ha convertido en emblema del comercio español en el extranjero. Hablo de Zara, la marca insignia del conocido grupo textil Inditex. Este año, en medio de la atroz crisis, han superado sus ventas, sobre todo en las tiendas internacionales y se codea con marcas como Disney o Coca Cola, habiendo superado a Levi's. ¡Ahí es nada!.

Muchos se preguntarán qué tiene Zara para triunfar. Habría que preguntarse qué tiene para gustar a millones de personas (ya no sólo a mujeres). Para cuestiones financieras, bursátiles y acaso de microeconomía, ni los expertos tendrán respuestas.

Hablaré de mis recuerdos de cuando se implantó en Sevilla y un poco de lo que me haya comprado por allí. Supe de la tienda de Zara por L., nuestra vecina de José Laguillo, que era la moderna (y la liberal) del barrio. Hablo de los años 1986 ó 1988. No soy capaz de ponerle fecha exacta, la verdad, y en Internet no he dado tampoco con ningún dato de cuándo se abrió aquí la primera tienda. Lo que recuerdo es que por aquella época L. solía enseñarle a mi madre y a mi hermana la ropa que se compraba. Y a mí me encantó un chubasquero naranja con su forro a cuadros, ¡qué era reversible!. Me pareció lo más underground y cool a la vez. Ya conté que mi trendsetter de entonces era M., la dependienta de Reguera. Mi vecina, independiente, sin compromisos, sin hijos, que viajaba un montón, le iba a la zaga. Y también recuerdo que nos contó (me veo a mí misma escudriñando detrás de mi hermana y de mi madre que estaban en el quicio de la puerta y no me dejaban cotillear a gusto) que se lo había comprado en la nueva tienda que habían abierto en la Campana, en la esquina de Alfonso XII, antes de llegar al Simago. La tienda sigue abierta allí. "Se llama Zara", dijo el nombre porque no le sonaba a mamá y "aí"(**). Yo pensé que era una marca inglesa y que se llamaba así en honor de la hija pequeña de Ana de Inglaterra. Mi madre y mi hermana veían aquella ropa muy moderna y por aquella época, mi hermana, pija entre las pijas, se compraba la ropa en Don Algodón.

Poco después, recuerdo a mi hermana comprarse ropa en Zara. Recuerdo dos anécdotas al respecto: que copiaba los modelos y se los hacía nuestra modista, como una chaqueta azul con cremallera y otra de tapicería y que le mintió a su mejor amiga diciéndole que la misma blusa que tenían ellas dos, no era comprada por ella sino un regalo. La camisa, de cachemira en tonos verde musgo y burdeos, ciertamente era ideal, ¡yo llegué a ponérmela! (***)

Cuando empecé la carrera y estaba adquiriendo mi autonomía indumentaria (el primer rompehielo fue comprarme en Cou mi abrigo negro; me lo compré en Zara con el regalo navideño de mi abuelo Diego - 20.000 ptas. - invocando que era el abuelo el responsable de la compra; y digo "mi" porque lo conservo y es iiideal). Pues eso, que en mi época de jovencita, Zara era lo más in aunque a mí lo que me gustaba era su colección Trafaluc (esperad que mire para asegurarme la etiqueta de mi camisa de pana con punto de cruz y puños de cuadros; sí, ya sé que no se lleva, pero calienta tela en invierno y como uso chalecos de cuello vuelto no se ve y si me pasa algo en medio de la calle no se enfada mi madre porque no tiene el cuello estropeado :D). Y conservo la camisa (ésa no la uso, se le hizo un siete hace poco) que me ponía cada primer día de universidad que es de For Sail (esa colección ya ni existe). Mi madre, cuando íbamos de compras -siempre fue así, ahora compro absolutamente sola-, decía que la ropa estaba muy mal hecha, así que yo también me hacía ropa con la modista, sobre todo mis trajes de chaqueta que estrenaba cada Domingo de Ramos. En realidad, ni yo misma me aclaraba. Lo mismo un día era hippy, que pija, que un muy nada femenina. Como dice mi madre hoy día, y con razón, "tú mucho rebelarte de adolescente y ahora que haces lo que te da la gana vistes muy clasicona".

Pues eso que me compraba trapitos en Zara pero siempre compraba en otras tiendas. Me encanta descubrir tiendas nuevas y hoy día me pateo incluso barrios o zonas por donde no suelo transitar. Mis amigas, en concreto R., se lo compraban t-o-d-o en Zara. ¡Qué horror!. Vale que la ropa de El Corte Inglés era horterilla y que la de Mango a mí me parecía de puticlub (hoy la sigo viendo demasiado de lingerie y nunca le vi un estilo definido) pero hay otras tiendas. Es verdad que hoy hay más variedad. Yo me compro la ropa en Precchio, bastante, y en Amichi (aquí más en rebajas), en Pimkie cuando estoy más delgada y hay cazadoras vaqueras y blusones hippilongos chulos, en Springfield cuando tengo el ramalazo de look dandy, en el Corte Inglés hay algunas cosas sueltas, más que nada en Sintesis, Yera, han caído un par de caprichos de Liz Clairbone (la moda de esa americana me hace gracia aunque no esté de moda) Y la ropa sport a lo campiña inglesa de Lloyd's me gusta bastante. Bueeeno, subo de planta, me encanta las firmas de vaqueros, añoro las sudaderas Liberto, en verano, sólo entonces, me creo que estoy en la selva con el coronel Tappioca, y me gustan pantalones y chalecos de Sfera. Luego están los puestos de los hippys en el Duque, las tiendecillas de Regina (la zona cercana a Feria, claro, no las del principio, ¡qué contraste xD!), Amor de Dios, las cinco primeras tiendas a ambos lados del arranque de Alcaicería (tienen cosas súper originales). Uhmm no sigo que revelo mis sitios, jeje, de hecho me he callado la tienda que he descubierto este año :D).

Con R. llegué a coincidir varias veces y eso es algo que detesto y cada vez es más difícil no llevar algo que no te lo encuentres. Ver a alguien que lleva lo mismo que yo ¡no lo soporto!. Tengo la teoría de que hoy es fácil vestir bien. La gente, en general no tiene gusto propio, pero si entran en Zara y se encuentran los conjuntos ya hechos, la ropa alineada por color y buscan lo más parecido, nunca será lo mismo guapina, que llevan las tiparracas de Victoria Beckam (la tía más hortera del planeta, Armani eres un vendío), Kate Moss o Elsa Pataky, entonces sí visten medianamente bien, pero ya no será una chica que veas por la calle sino 10 por lo menos. Ésa es la razón de que no me llamen la atención las campañas de H&M y de que me guste el blog de mi paisano. Yo no soy una tía de lo más moderna, pero me he puesto cosas que no se han llevado y eso sí, en cuanto han empezado a llevarse, me lo he dejado de poner (blusas sin botones y con lazadas, broches, vestidos con petos). Y otras, llevo años poniéndomelas y para los restos (medias de colores, faldas vaqueras, gorros, camisas de rayas).

Pero es verdad, ahora que lo pienso, hace tiempo que no compro tanto en Zara. En realidad, siempre me pareció muy decadente ver la ropa amononada, totalmente desordenada, tirada en el suelo llevando cientos de olores sobaqueros. Y cuando te toca pagar me entra la vena feminista-anticapitalista-poschorra como diría Josito de "¡joder! ¿qué hago guardando cola y esperando un montón de tiempo??". Al menos las dependientas no son tan canis como en el resto de tiendas. No son obsequiosas como las sufridas del Corte Inglés, pero como llevan ya unos años trabajando suelen ser treintañeras bastante correctas. Y ya hay dependientes, de hecho uno de los primeros fue mi vecino M. (el que de chica me levantaba los polos para verme... las etiquetas de Lacoste). Hoy día, mientras más borde y más chicles masquen ruidosamente más opciones de que las contraten. He renunciado a preguntar. Entro, me pruebo y pago. Con un hola y un gracias).

En realidad, aunque Zara sea la obrera del rico panal de Amancio Ortega, la empresa cuenta con un puñado de firmas cada vez más diversas. Yo apenas entro en otras y creo que a más de una le pasa lo mismo. Sólo compro algo que me guste de Massimo Dutti, pero muy de año en año; en Stradivarius tengo complejo de ser la tía de las que están viendo ropa, en Bershka, peor aún, ya se les ocurrió en Facebook la sensación que me da. Después están Oysho, pero yo compro en Women'Secret; Zara Home, entré una vez y me espantaron las sábanas marrones y las vajillas azul marino. Yo en casa parezco hija de Titanlux: sólo quiero alegres colores. Buscando las webs para enlazar descubro que Uterque también lo es. Sé que es de complementos, pero lleva poco en Rioja y no he entrado. Y Pull and Bear donde habré entrado dos veces. Por cierto en Sevilla, la calle más comercial ya no es Sierpes (que languidece tristemente) sino Tetuán que en precios precrisis se quería codear con Serrano y cía. Pues el mejor sitio, las cuatro esquinas de oro están copadas por tres tiendas de Inditex: Zara, Stradivarius (¿sabrán las pantojas que entran lo que es?) y Massimo Dutti.



este año se llevan los zuecos de plataforma
(paso de ir a lo Leti)

En los últimos tiempos leo en las revistas que lo que hace Zara es copiar diectamente de diseñadores y pasarelas. Sobre todo de gente nueva estilo Hoss Intropia, Custo Barcelona, el tristemente fallecido Alexander McQueen, Stella McCartney. Ya digo que yo no compro con esa intención así que no me había fiajdo en eso. Pero es algo que luego he leído en algunos blogs.




(ejemplos de clones varios: de McQueen, de Cèline y de D&G)

Mi hermana decía que el éxito de Zara radica en su continua reposición de ropa. De siempre renuevan dos días a la semana y es verdad que hay muchísima variedad. La ropa se acaba pronto lo que incita al consumo rápido y masivo y siempre tienen las tiendas con la sensación de estar atiborradas lo que también redunda psicológicamente en comprar. Una tienda con poca o la misma ropa siempre es como un bar vacío. Luego está la proliferación de tiendas. Como política de la empresa, tienen abrir muchas y en los mejores sitios. Aunque eso se está extendiendo a otras marcas. En realidad ya no hay diferencias entre zonas de una ciudad. Por ejemplo la única franquicia que hay en Sevilla de Desigual está en los Arcos, supuestamente lo más cani.


Este vestido de Massimo Dutti sí me gusta

En Londres recuerdo que S. me dijo vamos a entrar a mirar y le dije, mira desde fuera, es como si estuviéramos en Nervión Plaza. Pues eso, que la ropa de Zara, que no se anuncia en revistas, ni en vallas publicitarias, ni en paradas de autobuses, ni en prensa, ni en la tele, ni, ¡en ningún sitio! es la que más se vende.

¿Por qué Coca Cola se sigue anunciando? ¿Porque hacen los mejores anuncios?


Vogue Alemania marzo 2010- Frida Gustavsson por Greg Kadel




(*) El título del post está recogido de este blog.


(**) Así llamaba yo a mi hermana cuando empecé a hablar, primero fue "í", y luego "aí".

(***) hay una camisa que se ha puesto, por este orden: mi hermana, yo y mi padre.

jueves, 11 de febrero de 2010

Recuperando, que es gerundio

¡Hola a todos!

Estoy bastante mejor, no recuperada del todo pero sí haciendo una vida normal, tal es el lote de endorfinas que ha liberado mi cerebro después del encierro navideño.

He pasado mes y medio en la cama, intentando no ponerme de malhumor, con las visitas de mi hermana y mi amiga A., todo muy peliculero porque las recibía a veces en mi cuarto y no estoy acostumbrada a las visitas ni a las formalidades sociales (poner una merienda, por ejemplo, cuando pude pasar la tarde en el sillón reclinable -nuevo, de Ikea- en el salón).

El Zaldiar ha obrado el milagro, o lo que es lo mismo, poneme hasta las cejas de calmantes. Menos mal que no me lo venden sin receta porque me hubiera convertido en adicta total. Ahora comprendo bien al pobre Jacko, pero el médico no deja de ser corresponsable.

A principios de febrero estuve unos días sin inet y cuando vino a arreglármelo un becario de la facu noté entonces que me encontraba bastante mejor, como poder bajar las escaleras de casa para abrirle la puerta. A partir de entonces deserté de la sábanas. Recuperé mis clases de oposiciones y de forma totalmente imprevisible, pero acorde a mi espíritu oportunamente intrépido, me salieron unas clases de español a extranjeros. Ya os los contaré en otro post.

Ahora me acabo de incorporar again y estoy haciendo vida normal. Las hernias siguen ahí, les gusta hacerse notar pero no llaman la atención. Yo las ignoro porque me pueden las ganas de hacer mi vida y hacer todas las cosas, que son muchas, que me gustan.

Recupero también el blog. Confieso que podría haberme asomado unos días antes pero el Facebook y el chat con franchutes me tienen absorbida. Sí, practico ahora el francés, más de lo que me hubiera imaginado :D. El 1 de enero empecé a aprender francés. Me agencié una gramática, un diccionario y un libro de verbos. También conseguí una versión bilingüe de Los tres mosqueteros. Cuando pude, acudí a internet donde hay infinitos recursos para aprender una lengua, cualquiera, y descubrí un chat para practicar con nativos u otros estudiantes. Todos los días me conecto un ratilllo y noto como voy avanzando. Pero sólo por escrito porque tengo el micro roto, por lo que no sé nada de pronunciación, pero no me importa. El año que viene ya tendré tiempo de interinidad como para apuntarme free al Instituto de idiomas. También me he comprado una gramática de suajili (me encantaría poder ir alguna vez a Kenia) y quiero encontrar alguna persona de allí que me de clases.

He leído por segunda vez el Quijote. Reconozco que la primera lectura fue la típica de colegio y siempre incumplía mi propósito de una lectura placentera y reposada en época de vacaciones. Este paréntesis de 24 horas encamada, ha sido el idóneo. He leído la Historia de la Filosofía de Russell, he redescubierto a Dumas (en español me he leído El conde de Montecristo), he disfrutado muchísimo, una vez más, con Dickens, Baroja, Stevenson, Zane Grey; las novelitas intrascendentes tardaron en reactivarse porque los primeros días ni ellas eran capaces de ahuyentar el dolor. He recuperado mis ciclos de pelis clásicas los martes (el de Hepburn & Tracy y el de cosecha 1941 -¡Qué verde era mi valle!, Ciudadano Kane, El sargento York, La loba, Sospecha, Bola de fuego, Sangre y arena, El halcón maltés- han sido dignos de La 2. He descubierto que es un peligro ver la tele (ver a diario una ración de 2 horas de Ángel Martín y llegar a reconocer -y encandilarme- sus expresiones y miradas, sus movimientos de manos con los papeles y sus ojos en blanco ante el catfight de turno) y he descubierto el encanto de la familia. Hace unos días, hice las paces con un viejo conocido de la blogosfera y he pasado unas veladas inolvidables con J. Yeah, he's back!

¡Ah! fiel a mi estrambótica palabra de "por cambio de destino, cambio de look", me he cortado el pelo y me he teñido el pleo.

Me siento llena de energía. I gotta feeling that this moment is gonna be a good, good moment..

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