Empezamos la 2ª temporada de Sugerencias de Verano y os invitamos a viajar. Se puede viajar sin trasladarse, sólo con la imaginación, sin salir de casa.
En este viaje nos desplazaremos pero no seremos conscientes de que estamos viajando. Sólo hay que tener los ojos muy abiertos, la mente despejada de ideas y muchas ganas de descubrir todo lo que nos rodea, estemos donde estemos.
* Punto de partida: Estación de Oriente, Lisboa
En este viaje nos desplazaremos pero no seremos conscientes de que estamos viajando. Sólo hay que tener los ojos muy abiertos, la mente despejada de ideas y muchas ganas de descubrir todo lo que nos rodea, estemos donde estemos.
* Punto de partida: Estación de Oriente, Lisboa

El arquitecto Santiago Calatrava dejó su impronta en mi ciudad surtiendo de filigrana el paso del río Guadalquivir. La ciudad se renovaba para la Exposición Universal de 1992 y seis años después, la ciudad lusitana para un acontecimiento similar, le confiaba la construcción de la Estación de Oriente. Un magno proyecto para revitalizar el transporte metropolitano y ferroviariao.

Las maneras apuntadas en el Aeropuerto de Bilbao se consolidan y se redefinen en la que puede considerarse la construcción más escultórica de Calatrava. Siendo ésta de dimensiones mucho mayores, no destaca sólo por su grandiosidad sino por una estilización de las formas que nos evocan el esqueleto de una catedral gótica. La estructura no está al servicio de la edificación sino que se muestra (como en el High-Tech), en la ductilidad de los materiales, en este caso con una graciosa exquisitez. Aquí la ingeniería se pone al servicio de la obra aportando los cálculos y el desarrollo de nuevos materiales. Donde mejor se observa es en el interior, con ese bosque ramificado de palmeras de vidrio y acero. Una sorpresa aguarda al curioso que se adentre a la zona comercial. Las estructuras de las nervaduras son tan accesibles que se mezclan con el utilitarismo de una escalera mecánica o la entrada de las tiendas.

No obstante, a la entrada se comprueba la inmensa proporción del edificio que como símbolo de la renovación de la ciudad, era el objetivo que perseguían quienes encargaron la obra. A todo ello se suma la funcionalidad más absoluta de un espacio donde decenas de miles de viajeros toman un autobús, un metro o un tren.

* Próxima parada: Metro de Moscú

Cuando uno se sumerge en el metro moscovita la primera impresión que recibe es que parece encontrarse en el Gátchina. Como si hubieran encontrado bajo tierra un palacio que se encontrase en perfectas condiciones, con sus arañas de cristal, las pinturas enmarcadas en dorados bruñidos, las molduras de los techos abovedados nobles materiales como el mármol.


Empezó a construirse en 1935, prolongándose la apertura de estaciones hasta mediados de los años 60. Cada estación tiene su propia decoración. Entre las principales, destaca la Kíyevskaya, dedicada a la amistad con el pueblo de Ucrania, de ahí que sea el motivo predominante en las vidrieras y pinturas. Cuidado con perderse pues hay túneles a gran profundidad por aquello de los refugios de la Guerra Fría.

* Una encrucijada: Ponte Vecchio, Florencia




* Aterrizaje: Aeropuerto de Pekín


La luz se filtra a través de más de 300 claraboyas triangulares, atraviesa miles de tragaluces y nos envuelve en los tonos cálidos que recuerdan a la Ciudad Imperial.
Cuando partas hacia Itaca
pide que tu camino sea largo
y rico en aventuras y conocimiento.
Kavafis
Sugerencia de verano: cuando viajas, todo es un descubrimiento.