My phrasebook

Siempre recibimos cuando damos.

Una canción

lunes, 31 de mayo de 2010

How I Met Your Mother

Los lunes no serían lo mismo sin Cómo conocí a vuestra madre (HIMYM). No miren en la teleguía. Todo se debe a mi propia programación pero es que no hay mejor día que el lunes para disfrutar de esta estupenda sitcom.

En mi caso se une el hecho de que llego del trabajo por la noche, mientras que otros días lo alterno con trabajo a primera hora de la tarde hasta el viernes que libro desde las tres. Es lo que tiene una semana de auténtico barullo laboral en cuanto a sitios, horarios y tareas. Por eso, a cada día que veo la tele (entre semana, los findes son más de cine y leer) le corresponde su dosis de humor, adrenalina, reflexión, entretenimiento o pura evasión que es lo mejor que te da la tele.

Cómo conocí a vuestra madre es un soplo de aire fresco que entra a raudales entre tantos misterios por resolver (¡ojo! que me encantan pero proliferan demasiado), las TSNR (tensiones sexuales no resueltas) que normalmente yo dejaría bien atadas y las kilométricas tramas que abusan de cliffhangers. Como sitcom cumple con todos los requisitos: capítulos autoconclusivos, de corta duración, escasos personajes y ambientes muy localizados. Evidentemente no falta la sucesión de gags pero es precisamente en su toque de comedia donde traspasa los límites de mera comedia de situación. Es una serie cómica, más que una comedia. Las risas a carcajadas, ruidosas, estallan al mismo tiempo que uno aplaude a rabiar y se retuerce de risa en el sofá. Tus propias risotadas ahogarán las canned laughter que la acompañan.

¿Y quién es el cómico que participa en ella? Ninguno. Awesome! No es al estilo Seinfeld ni ha sido (ni será) cantera de cómicos del Saturday Night Live. Habla de un padre que tiene su increíble historia de amor. Pues bien, no he visto una serie donde se hable tanto de amor y no sea romántica al uso. Quizá la habilidad de los guionistas estriba en esa dualidad cómico-romanticismo. A mí, desde luego, me tiene enganchada en las dos vertientes.

Un día cualquiera acababa de encender la tele, cenaba, terminaba el telediario y veía en el periódico que echaban a continuación. Veo que en La Sexta empieza una nueva serie. A ver qué tal.

Un voz en off nos traslada al año 2030. Pero afortunadamente no salen platillos con cylones de por medio, sino un padre nostálgico que le cuenta a sus hijos adolescente (sospechosamente parecidos a los de hoy día) cómo conoció a su madre a partir del año 2005. Él es Ted Mosby (Josh Radnor). Es mono pero no es guapo. Tiene un buen trabajo pero una mierda de jefe. Es encantador pero también un tío enrrollado, vive en Nueva York y tiene los mismos gustos frikis de su/mi generación. Pero está enamorado. Él no lo sabe pero lo está. En realidad vive en permanente estado emocional de "chico conoce a chica-chico se enamora de chica". Hay quién le gana en eso. Ahí está su amigo de la universidad, Marshall Erikesen (Jason Segel) con su eterna novia Lily (Alyson Hannigan). Y hay quién suspende en eso. Ahí está su amigo Barney Stinson (Neil Patrick Harris), ególatra, infantil, y con un sofisticado código de ligues.

En el primer capítulo se produce el desencadenante de toda la serie: Marshall y Lily van a casarse después de un prolongado noviazgo que empezaron en la facultad (en la litera de arriba de su cuarto compartido con Marshall, como se encarga de recordar Ted) y de vivir juntos compartiendo casa con Ted. Ese mismo día conoce a Robin Scherbatsky (Cobie Smulders), de apellido impronunciable y canadiense, lo que será motivo de chistes continuos (es la versión actual de los chistes sobre Saint Olaf de Las chicas de oro)

¿Será Robin la elegida por Ted como madre de sus retoños?

Desde luego, el personaje de Robin, sin ser mi favorito, es sorprendentemente atractivo. No es fácil hacer de tía buena y resultar entrañable a la vez. Y su sentido del humor es el contrapunto perfecto a las payasadas de Marshall, las inseguridades de Ted, las cursildas de Lily (el único personaje que no acabo de encajar) y las filosofías de Barney.

Barney es punto y aparte. Es un personaje que nace con un Suit up (Póngase traje) y que tiene una historia que contar para cada mujer que se ha ligado (o querrá que se ligue su amigio Ted). Curiosamente yo confundí al actor que lo interpreta con el que hace de hermano mayor de Malcolm, pero se trata del que hacía de niño doctor y que en sus intervenciones en galas de premios se está revelando como todo un showman.

Las teorías sobre las mujeres, los ligues, las relaciones sexuales, sus frases y latiguillos; son todo un puntazo. Es el perfecto ejemplo de yuppie trasnochado de esta década que se ve en ocasiones empequeñecido ante el idealismo ecológico de Marshall, las buenas intenciones pedagógicas de Lily y el buen rollismo de Ted y Robin hacia sus congéneres. Precisamente las intenciones de los tres de no lastimar son las que más veces meten la pata. Barney es genial, es le-gen-da-rio.

A los personajes televisivos de hoy día se les exige más que a los de antes. Si antes simplemente les pasaban cosas, ahora evolucionan. La televisión -norteamericana, of course- está viviendo una auténtica edad de oro con unos productos muy buenos que por fin levantan el sambenito de ser la tele la hermana menor del cine. Pero no se puede comparar un guión cinematográfico cerrado con el de una serie. Y más hoy día cuando la prolongación de una serie depende de cuestiones económicas de audiencia y caprichos de productoras y no del final que quieran darle voluntariamente sus creadores y guionistas.

Se compara mucho a HIMYM con Friends. Para algunos es su sucesora y otros cuantos no bajan a Friends de su pedestal de reina de la sitcom. Friends es una buena serie que marcó una época. Quizá yo la vea más del lado romanticón que del cómico y me fije más en las chicas que en los chicos (al revés de lo que me pasa con HIMYM). Cómo conocí a vuestra madre le debe mucho a Friends. Toma elementos suyos a los que ya nos hemos acostumbrado los televidentes: un grupo de amigos treintañeros residentes en Nueva York cuyas vidas después del trabajo transcurren en un bar de encuentro. Pero se nota que los creadores de HIMYM dan un paso más, haciendo una serie más elaborada, reuniendo diversos géneros (en realidad hoy día ninguna serie de televisión responde a un sólo género) e introduciendo un estilo en la narrativa bastante ingenioso aunque no sea una novedad: los flashback.

La voz en off encaja perfectamente (hay quien le parece abusivo ese recurso, a mí en cambio suele gustarme). Y recordar el pasado de los personajes permite modificarlos continuamente. En cada episodio se relaciona la vivencia actual con una del pasado de un personaje. No hace falta que se esmeren en las modas o en que coincidan los looks. La gracia está en ver cómo influye el pasado en el presente.

Un día cualquiera pusieron la serie a las 2 de la mañana. Pasé a verla a través de Internet y salí ganando. No sólo puedo verla cuando quiera, sin publicidad y a mi ritmo sino que preferí verla en VO. Ahí sí que se sale ganando, por las voces y escuchar los gags originales.(*)

Cómo conocí a vuestra madre es muy divertida, tiene sus momentos entrañables y un guión más elaborado de lo que parece. Todo eso en 25 minutos incluyendo el paparará de la sintonía. It's legendary!

(*) La misma frase estrella de Barney cada vez que hace un Hi5 se entiende cuando la escuchas en inglés. Es un juego de palabras entre legen-dary y dairy (producto lácteo), que aquí ni siquiera se han molestaod en adaptar. It's gonna be legen- wait for it and I hope you're not lactose intolerant 'casuse the second jalf of that word is- dary!. Sería algo así como "¡Eso va a ser -y espero que no sufras intolerancia a la lactosa, porque es -la leche!"

lunes, 3 de agosto de 2009

Música de anuncio (11)

Recuerdo que en los 80, entre tantas cosas buenas de la década, echaron los sábados una serie sobre las aventuras de unos niños al más puro estilo de Los Cinco. Recuerdo que era una pandilla de chavales que siempre vestían de azul y que andaban subidos a los árboles y enfrentándose a adultos malos malísimos. Recuerdo que se llamaba Secret Valley y antes de la llegada de Internet era capaz de tararear la musiquilla de cabecera de la serie. La recordaba con mayor nitidez que las aventuras que narraba la propia serie que llegó a tener una versión española, más pintoresca y con un profesor chiflado subido a un globo, al más puro estilo steampunk, recuerdo.

Ahora veo el anuncio veraniego de Orange y reconozco la cancioncilla en esta versión de The Countdown Children.



No supe de ella por internet, sino primeramente por J. En una de nuestras sesiones de nostalgia, en la que cada uno iba contando su infancia viendo cuánto televisiva y cinéfilamente habían coincidido (prácticamente sólo en eso), le silbé la cancioncilla y me contó la historia curiosa de esa melodía.

Se trata de Waltzing Matilda, una popularísima canción australiana que no es su himno oficial pero que todos cantan y le tienen especial cariño. Es toda una referencia del folklóre australiano desde que fue escrita en en 1895 por el poeta Andrew Barton Paterson. Podríamos decir que es su Asturias, patria querida.



En cuanto al título, podríamos traducirlo como "vagabundeando". La canción narra las desventuras de un vagabundo que acampa al lado de una laguna y mientras toma té se acerca un oveja a beber. La roba para alimentarse y el dueño llama a la policía para que lo arreste pero el vagabundo salta al agua y muere ahogado. Su fantasma seguirá oyéndose en aquellos parajes invitando a los viajeros "bailar con el altillo"o waltzing matilda. El término no tiene nada que ver con una mujer propiamente, como ven, pero sí con el nombre de una mujer: con el nombre dado a una especie de hatillo propio de quien recorre los caminos y añora a las mujeres o puede tratarse del nombre que los inmigranes alemanes daban a sus pertenencias envueltas en un saco y que en la guerra se le daba a una especie de capotillo que "calentaba como una mujer".


La letra está salpicada de expresiones típicamente austalianas, algunas coloquiales y otras en desuso, además de juegos de palabras no siempre entendibles. En el enlace de la wikipedia viene la letra y una traducción aproximada. En esta otra web se explican algunos términos. Por su rebeldía frente a las clases adineradas ha sido propuesta como himno oficial pero se rechazó y en 1984 se aprobó como himno el Advance Australian Fair, que puede escucharse aquí.


La serie sólo utiliza la melodía pues la letra se ajustaba a las aventuras de los chicos y recuerdo que el estribillo era algo así como "my secret valley".

Pues eso, sigamos recordando...


En este estupendo blog para recordar series, viene una infromación detallada sobre Valle Secreto.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Thanksgiving with Friends

"El del rumor".- 8.9

miércoles, 18 de junio de 2008

Íntimo y sexy



(escuchar)

CSI Las Vegas en su séptima temporada (sí para aquellos que la vemos en T5) aporta una trama que enhebra varios episodios enredando a Gil Grissom en sus pesquisas en la mente de un psicópata constructor de escenarios de crímenes mediante maquetas.

Y otro enredo que deja perplejo al forense es la trama sentimental
con la que los asépticos guionistas han querido adornar una serie que podía vanagloriarse de no liar a sus protagonistas. Hasta ahora.

Salvo la boda exprés de Warrick y el ex de Catherine, la serie avanzaba siempre entre casos a cuál más rocambolesco. Yo no veo la serie desde el principio, ni sé qé temporada pille. Lo que sí recuerdo perfectamente es el capítulo que me enredó. Y sobre todo el momento, porque ya estaba empezado. Era Catherine la que resolvía el caso y lo hacía aplicando una teoría que no sé si científica pero sí de tintes psicológicos: la madre era la culpable de la muerte de la hija (en el interior de unas atracciones del castillo del terror) porque había fingido recordar, cuando en realidad, había inventado la historia. Recuerdo que hasta apliqué el experimento (la diferencia estriba en la dirección de la vista) a mi madre y hermana, jeje. Es curioso, como aquel caso no alardeaba de sofisticción de pruebas biológicas o químicas y que no fuera Grissom y sus reflexiones (o bichejos) los que me engancharan a la serie.

De hecho, la serie me gusta, y mucho, por las tramas de los casos y de laboratorio y no siento predilección por el persoaje de Grissom, como tantos otros fan que arrastra. Sólo me fijo en el buenorro de Gary Dourdan y las chicas me parecen repelentes, a la altura de la pedantería del protagonista. En cambio, me hace gracia la simpleza del inspector de policía o las chiquillerías de Eric.

Pero volviendo a la tensión sexual que siempre ha envuelto a los protagonistas de CSI Las Vegas, Grissom estuvo tentado por la domnatrix Lady Heather pero su puitanismo rechazaba esa opción. Y los guionistas hicieron caso omiso a los shippers "grillows" (aquellos que apostaban por Grissom y su mano derecha, Catherine).

En cambio en esta temporada, la que menos estoy siguiendo por causas ajenas, son Sara y Grissom los que mantienen una relación tan sutil y discreta que nada sabemos. Encuentros al acabar la jorana con largos silencios y profunda miradas sustituyen el revoltijo de sábanas que hay en cualquier serie.

Pero el pasado lunes, la escena del afeitado de barba estuvo cargada de la tensión sexual de más alto voltaje que recuerdo. A mí misma me resulta excitante ver a un -tu- chico afeitarse. A lo Gillete, ofcors, que siempre podrás mangarle o prestarle (de las nueeeevas). Pero eso de ser una la que le afeite la barba tiene su morbo. Por eso me resultó tan sexy la escena, de la que hay una discusión lingüística en un foro perdido:

Sara: ¿Confías e mí?
Grissom: (VO) Íntimamente. (Doblaje) Totalmente.
Pero es lo de menos, la propuesta era de lo más sugerente y la escena de lo más íntima. Y muy sexy.

Spoiler: es una psicópata la maquetista que tenderá una trampa a Grissom secuestrando a Sara, personaje que junto al de Warrick desaparecen tras 8ª temporada.

miércoles, 11 de junio de 2008

Pájaro espino a la española: La Señora

(En el anterior post hablaba de series afines a ésta, en esa cruzada histótica emprendida por Tve. En realidad se trata de un único post escrito originariamete el 30 de mayo pasado.)

Con La Señora, ha pasado otro tanto (me refiero a la tendencia de crear artificiosamente éxitos televisivos). Tuvo la suerte de que se estrenara de forma discreta y así salvar los 13 capítulos del lote (¿por qué son 13, 3 meses y 1 semana, los capis de cada tanda). Tal y como están las audiencias, que una serie no sea retirada de la parrilla al capítulo cuarto (fatídicos cuartos) ya se considera un éxito. Y por supuesto si la serie aguanta hasta el final, ya se alarga hasta su desinfle extenuado, temporada tras temporada. Resulta mucho más barato contar con el equipo artístico, creativo y técnico, por no hablar de decorados, y te evitas la apuesta arriesgada del producto novedoso. Además, piensan en nosotros los telespectadores que nos "encariñamos" tanto con los personajes. Así que ya tenemos 2ª temporada de La Señora ante un capitulo que han anunciado como de desenlace final. Un timo.

Pero dado que esta serie sí la he seguido con cierta asiduidad, me detendré más en ella. Para empezar, reconozco que estuve pendiente de ver el arranque de forma expresa. El guaperas de Rodolfo Sancho y la estética de los alegres años 20 sirvieron para engatusarme.

El primer capítulo fue una caja de bombones: una serie perfectamente presentada, rayando el virtuosismo del cine: localizaciones espectaculares que no están en Irlanda sino en un punto remoto de la costa cantábrica no desvelado y que han explotado jugosamente con caras secuencias de exteriores, una ambientación cuidadosísima con gran despliegue de vestuario y attrezzo y una sintonía de cabecera de tintes líricos que hermosea aún más los acantilados tan recreados fotográficamente. Una vez admirado el adorno de la serie, uno descubre pronto que la caja de bombones casi está vacía, pues es más pequeña de lo que cabría pensar ante tal despliegue de medios. El primer capítulo te llama la atención por esos elementos externos citados pero no te cautiva, no llegas a ver una pareja emblemática ni esa pasión desenfrenada que te anuncian. La trama es muy forzada, de escasa continuidad pues ni apenas queda nada que contar. Los capítulos 1 y 13 encajan como un telefilme. Así que estamos ante un bluff televisivo en toda regla. No hay sorpresas y la narración es lentísima. El peso de la serie recae en una pareja que no trasnmite química y a Adriana Ugarte el papel de Victoria le queda enorme y sale malparada la desconocida actriz de dislalia peculiar. Y lo curioso es que aunque se empeñan en mostrar a Rodolfo Sancho como el galán y maromo a tener en cuenta, éste tiene competencia dispar y variada. Encontramos actores atractivos, que no son tan publicitados, como Roberto Enríquez o el que hace de Salvador (Raúl Prieto) que con tanta musculatura minera en arengas de lucha obrera descamisadas te va entrando para la vista como quien no quiere lacosa, pese a la desgracia ocular (qudarse tuerto) que sufra; y hasta Raúl Peña con ese bigotito facha y su actuación de mequetrefe que te hace gracia de lo penoso que es no puede ocultar lo guaperas que fue en Upa Dance. Pero el que me hizo tilín a mí ha sido Alberto Ferreiro. Le dediqué un "descubriendo a" porque no fue un descubrimiento espontáneo sino un ir deteniéndome en su personaje, quedarme con su pronunciación cerrada de leve acentillo gallego y quedarme contemplando sus ojos oscuros y sombreados hasta decirme, ¡diantres!, qué me gusta este actor y encima me recuerda alguien que conozco. (¿se dará por aludido? jeje). Es tela de complicado encontrar una foto decente de un actor del que dijo Almodóvar que "de guapo te hace crujir". Pero en este video le hacen una entrevistilla.

Dejé de ver la serie hacia la mitad y la semana pasada sabiendo que estaba terminando tenía intención de verla pero recibí una agradable llamada telefónica (sí, me ocupó toda la serie, no crean que fueron minutillos, de hecho, ejem, desocupé mi oreja al filo de las 04.00 am) y hoy estaba con el ordenata pero reconozco que me pasé al salón cuando escuché al tuerto y a la madame. Luego vi la formidable paliza que le dan al marqués, el regreso del señor Márquez (al principio me chirriaba la cacofonía y no por confundir los personaje; luego le encontré su gracia) y en unos minutos te cuentan cosas que no han pasado pero que descubres tú ahora al final (como en todo culebrón que se precie) y no los protagonistas (la forma más burda de encadenar temporadas).

Supongo que veré el capítulo 14 y el 26 cuando lo emitan. El resto es una recreación paisajística y textil y así uno aprovcha para chatear, salir o ver otra cosa pero no se pierde el serial.

martes, 10 de junio de 2008

¿Cuál será la siguiente década que "estudiará" Tve?

El serial La Señora no deja de ser un culebrón de época más, que riza el rizo de afán histórico con que Tve se acerca a nuestra historia. Y digo nuestra porque no hace seriales sobre la Revolución Francesa, la Guerra de Vietnam o la era Thatcher, por poner tres ejemplos dispares que no forman parte de nuestra historia, acordes a los disparates históricos que nada tienen que ver con nuestra historia y con que pretenden confundir la memoria de los que vivieron los hechos o simplemente un producto televisivo siempre será más entretenido que un libro.

Primero fue la maniquea y embaucadora Cuéntame cómo pasó, que te contaba eso, un cuento con ropa de los 60. Luego había que explicar que les pasó a los padres de Antonio Alcántara y Merche, pero nada de la vida pueblerina que le hubiera tocado a Herminia, no, sino un culebrón de amoríos desclasados con mucha resistencia clandestina conta el régimen franquista pues ya se sabe que acabó con el mismo. Y puestos ya, vayámonos a los alegres años 20 cuya estética es tan llamativa y gusta tanto. El formato continúa siendo de serial y el que antes era republicano enamorado de una chica de clase media y familia tradicional es ahora un cura de pueblo que sigue enamorado de una chica de clase media y familia tradicional.

Cuéntame como pasó, con esa versión de sintonía de la estupenda melodía de Formula V perpetrada por Ana Belén y su hijo, tuve ocasión de tragármela porque a mi madre le encantaba dejándose llevar por suspropios recuerdos, por mucho que mi hermana y yo la tuviéramos por insufrible y que viéramos, uno tras otros, los innumerables fallos que tiene de ajuste con la época. Mi madre acabó reconociendo que Ana Duato es una pésima actriz y que por muchos platos ámbar de duralex que salieran en la serie, la trama era un bodrio de invento propagandístico. Después me tocó ver el principio de Amar en tiempos revueltos y curiosamente, después de tanto tiempo, estuve una semana con la costumbre de dejar la tele encendía y escuchar (sic) capítulos que nada tienen que ver con la sosa Ana Otero y Rodolfo Sancho.

Este último actor ha recogido el relevo paternal de "actor de la casa", pues aunque hizo sus pinitos de guaperas en la "tele amiga" con Al salir de clase, ha sido en los culebrones de la Primera donde ha encontrado su hueco acomodaticio. Hoy mismo lo entrevistaba, Lorena Berdún; sí, las manos aspavientosas esas que resultó ser una aspirante a actriz metida en un larguísimo casting de tutoriales pretendidamente didácticos de sexo y que siempre encuentra un programa para ella (en vez de encontrar el programa en cuestión una presentadora para él, pero mas vale que nos cereamos que es triunfo propio sino el responsable de contenidostendría que justificar su emperramiento con Carolina Ferre). Pues bien en esa entrevista insistían en la coletilla de que el guapo y joven actor de dilatadísima carrera siempre contaba con el cariño del público.

Ese estilo de crear y adornar falsas famas es muy propio del ente público. Nos venden un exitazo mientras lo están cocinando como si ya estuviera servido en la mesa de los telespectadores. Algo parecido pasó con Los Lunnis. Iban por el cpítulo 3 de Luna Lunera y ya pretendían convertir la serie en la referencia infantil de la generación actual. No, señores, los recuerdos infantiles necesitan calar por sí solos en la mente de los infantes para que con el tiempo sea la generación la que otorgue el emblema referencial al programa en cuestión. Así ocurrió con La bola de cristal. No hizo falta meter a la bruja Avería hasta en la sopa, bastaron los programas y el fin de la emisión del mismo, contando sobre todo con la calidad qe tenía per se, para convertir en referencial el programa de Lolo Rico.

Y retomando el tema de los seriales estos, la pregunta con que encabezo el post es pura retórica pues cada una de estas tres seriesse alargan para así completar la centuria. Eso sí, para Telecico quiso adelantarse recreando Los 80 y fracasó estrepitosamente.

Mañana postearé sobre La Señora.

miércoles, 23 de abril de 2008

Desperate Housewives

¡Qué buena es esta serie! ¡Me encanta!

(All 5 Promos & Opening)



Una noche de verano, sin haber visto la promoción, haciendo zapping cuando paré, vi unas casas residenciales de cuidadosos jardines y una voz en off de una mujer que todo lo hacía bien. La asocié a Pleasantville que acaba de ver hacía unos días, por ese estilo de vida tan pueblerino de los norteamericanos cuyas vidas al exterior de sus casas residenciales giran en torno a lo que acontece a la comunidad, tan enfática para ellos. Al margen del buen arranque de la serie y de la ironía que destilaba en esa mordacidad dirigida al american style de la Wisteria Lane que existe en cualquier estado como el Springfield de los Simpson, la serie combinaba una trama de misterio que me pareció muy original, sin olvidar al buenorro del fontanero Mike Delfino (James Denton).

Haciendo un repaso por sus personajes /actrices tenemos a la patosa y soñadora Susan Mayer -ahora ¡por fin! Susan Delfino- (Teri Hatcher, novia de Supermán), a la maniática de los buenos modales, de la limpieza y puritana Bree Van de Camp -ahora Bree Hodge- (Marcia Cross, la loca de Melrose Place), a la exigente y ácida Lynette Scavo (Felicity Huffman, después hizo la estupenda Transamérica, casada con William H. Macy; ambos ejemplos de "por fin nos conocen aunque tengamos 40 tacos") y la superficial y egoísta Gabrielle Solís (Eva Longoria, ni idea de su existencia previa). Forman un grupo que no pega ni con cola y hablan más de amistad en vez de ser amigas, peo ¿qué importancia tienen eso? Todas se conmocionan de la muerte de Mary Alice Young, personaje central del hilo argumental de la serie, por eso es presentada en los créditos como "and ... as". Creí que esta temporada desaparecía Eddie Britt (Nicolette Sheridan) aunque la incorporación de Katherine Mayfair (olvidada Dana Delany al igual que Playa de China) es el contrapunto perfecto como nueva inquilina.


Marc Cherry, padre creativo de Las chicas de Oro y que atravesaba una crisis de éxito y productividad ideó la serie tras una revelación de su madre tars oír en las noticias un caso de Medea actual. Nadie como un gay para extraer pinceladas amargamente divertidas de la psique femenina. Aunque tampoco hay que tomárselo demasiado en serio. A mí me gusta más la serie como espectadora y teleadicta que como integrante del género femenino.

Lo que más me gusta es la urdimbre del guión. Yo lo llamaría "encadenado". Me gustan los prólogos con ese hilo argumental entre distintas escenas, sobre todo cuando un personaje dice algo y otro es el que lo hace, por ejemplo. Cuando terminó la primera temporada ya estaba en Usa la 2ª y supuse que se alargarían unas cuantas más. Es lo que repruebo de las series, por mucho que me guste una, siempre prefiero cerrar su visionado con un buen sabor de boca. De hecho entre la 2ª y 3ª temporada dejé de ver algunos capis y por eso aún ando preguntándome qué fue de la mujer de Orson y peor aún, por qué Zach no vive con Susan y Mike. Pero esta 4ª temporada parece haberse beneficiado del "descanso" de guionistas. Si bien hay un nuevo misterio, ya digo lo que promete el personaje de la nueva y la semana pasada el capítulo fue de los mejores de toda la serie. ¡¡Cuánto me reí!! Fue un capi cuajado de momentos hilarantes (llegada de vecinos gays, la vida sexual de Lynette, la fiesta de embarazao de Bree y la infección entre los 4 amantes) sin misterios. Y aunque siempre tomé por irreales a estas mujeres por sus casas, trabajos y maridos, curiosamente, entonces las vi más amas de casa que nunca.

* capítulo de hoy

* web oficial

* Spoiler:

Esta temporada acaba con un tornado y en la 5ª temporada:

- El ex-marido de Katherine volverá a Wisteria Lane.- Alguien reclamará la custodia del pequeño Benjamin Hodge. - Mike conocerá a una misteriosa mujer en rehabilitación. - Gabrielle tendrá que enfrentarse junto a Carlos ante la situación de pobreza en la que vivirán, además de la ceguera de él. - El sobrevivir al cáncer y al tornado, hará que Lynette se vuelva más religiosa e intentará llevar a toda la familia a la iglesia.

miércoles, 30 de enero de 2008

Patrick Dempsey protagoniza el catálogo de Versace

El actor Patrick Dempsey quien ha saltado a la fama por su papel del Doctor "macizo" Derek Shepherd (así es llamado por Cristina, la amiga de Meredith Grey, la protagonista) en la estupenda serie Anatomía de Grey (en este post ya hablé de esta serie que es Melrose Place + Urgencias), ha sido elegido como imagen de la colección Primavera Verano 2008 de Versace.

A sus 41 años, casado y con tres hijas (una niña y gemelas), es ahora cuando se le conoce, si bien venía del cine incluso protagonizó una comercial y conocida peli, Sweet Home Alabama. Una comedia romanticona que vi en el cine en su día, aunque no me fijé en ti sino en Josh Lucas (el rol tuyo era de pijo de la ciudad y antipaticote con la protagonista frente al granjero tierno y cariñoso)

Su caso puede ser similar al de George Clooney aunque este último es más carismático y gracias a eso y a sus amistades (clan Soderbergh) ha sabido ser muy influyente en Hollywood.

Never Mind!

Yo sigo la serie porque me encanta. Vi el primer capítulo de casualidad y ya quedé prendada de tu personaje. Y de lo mono que eres. Porque para buenorro ya está Justin Chambers incluso Isaiah Washington tiene un cuerpo de infarto pero tú representas un tipo de hombre muy familiar, casi de andar por casa y que te despierte una mañana y te dé muchos abrazos y mimos. Bueno me callo que estoy desvariando con fantasías, jaja.

Cuando hace unos meses dieron la noticia de tu fichaje por la firma italiana de moda me extrañó mucho pues no tienes pinta o pose de modelo ni te veía en la linea de esa firma.

Pero aquí están las fotos:

Fotos realizadas por Mario Testino. Traje sastre gris Oxford con corbata a juego y camisa blanca. Muy clásico y muy guapo. Y las siguientes con gafas de la casa, barba de 3 días y una cazadora para darle un aire más rebelde:

En estas otras se te ve más "al natural" como el atractivo médico y ese aire meláncolico que tanto me gusta:

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