My phrasebook

Siempre recibimos cuando damos.

Una canción

viernes, 26 de marzo de 2010

Un alto en el camino

Pintura de Ernest Descals (Paso del Cristo de las Aguas por el Arenal de Sevilla)

Llega la Semana Santa y Sevilla acude a su promesa de encontrarse a sí misma, en sus gentes, en sus calles y en su fiesta. Un año, dicen, que vivimos para una semana. Una semana que dura una eternidad y que transcurre con la fugacidad con que se apaga un cirio.

Una semana que es una vida, y una promesa de que se renuevan todas nuestras esperanzas. Un encuentro con el Señor que acude con la fidelidad de quien siempre sale a nuestro encuentro.

Para aquellos que puedan descansar unos días, les deseo que hallen alegría y reposo en estos días y que tengáis buenos paseos y buenas lecturas.

Saeta

sábado, 20 de marzo de 2010

El diablo viste de Zara (*)

A raíz del post anterior, frente al pegajoso bombardeo que hace el Corte Inglés (sin ir más lejos, mientras posteaba, habré escuchado el anuncio el triple de veces que el resto de los anuncios del post) a la hora de anunciarse, he caído en la cuenta de que hay una marca de ropa que no se anuncia. Vamos que no se gasta un duro en publicidad, siendo una de las empresas españolas que más factura cada año y que se ha convertido en emblema del comercio español en el extranjero. Hablo de Zara, la marca insignia del conocido grupo textil Inditex. Este año, en medio de la atroz crisis, han superado sus ventas, sobre todo en las tiendas internacionales y se codea con marcas como Disney o Coca Cola, habiendo superado a Levi's. ¡Ahí es nada!.

Muchos se preguntarán qué tiene Zara para triunfar. Habría que preguntarse qué tiene para gustar a millones de personas (ya no sólo a mujeres). Para cuestiones financieras, bursátiles y acaso de microeconomía, ni los expertos tendrán respuestas.

Hablaré de mis recuerdos de cuando se implantó en Sevilla y un poco de lo que me haya comprado por allí. Supe de la tienda de Zara por L., nuestra vecina de José Laguillo, que era la moderna (y la liberal) del barrio. Hablo de los años 1986 ó 1988. No soy capaz de ponerle fecha exacta, la verdad, y en Internet no he dado tampoco con ningún dato de cuándo se abrió aquí la primera tienda. Lo que recuerdo es que por aquella época L. solía enseñarle a mi madre y a mi hermana la ropa que se compraba. Y a mí me encantó un chubasquero naranja con su forro a cuadros, ¡qué era reversible!. Me pareció lo más underground y cool a la vez. Ya conté que mi trendsetter de entonces era M., la dependienta de Reguera. Mi vecina, independiente, sin compromisos, sin hijos, que viajaba un montón, le iba a la zaga. Y también recuerdo que nos contó (me veo a mí misma escudriñando detrás de mi hermana y de mi madre que estaban en el quicio de la puerta y no me dejaban cotillear a gusto) que se lo había comprado en la nueva tienda que habían abierto en la Campana, en la esquina de Alfonso XII, antes de llegar al Simago. La tienda sigue abierta allí. "Se llama Zara", dijo el nombre porque no le sonaba a mamá y "aí"(**). Yo pensé que era una marca inglesa y que se llamaba así en honor de la hija pequeña de Ana de Inglaterra. Mi madre y mi hermana veían aquella ropa muy moderna y por aquella época, mi hermana, pija entre las pijas, se compraba la ropa en Don Algodón.

Poco después, recuerdo a mi hermana comprarse ropa en Zara. Recuerdo dos anécdotas al respecto: que copiaba los modelos y se los hacía nuestra modista, como una chaqueta azul con cremallera y otra de tapicería y que le mintió a su mejor amiga diciéndole que la misma blusa que tenían ellas dos, no era comprada por ella sino un regalo. La camisa, de cachemira en tonos verde musgo y burdeos, ciertamente era ideal, ¡yo llegué a ponérmela! (***)

Cuando empecé la carrera y estaba adquiriendo mi autonomía indumentaria (el primer rompehielo fue comprarme en Cou mi abrigo negro; me lo compré en Zara con el regalo navideño de mi abuelo Diego - 20.000 ptas. - invocando que era el abuelo el responsable de la compra; y digo "mi" porque lo conservo y es iiideal). Pues eso, que en mi época de jovencita, Zara era lo más in aunque a mí lo que me gustaba era su colección Trafaluc (esperad que mire para asegurarme la etiqueta de mi camisa de pana con punto de cruz y puños de cuadros; sí, ya sé que no se lleva, pero calienta tela en invierno y como uso chalecos de cuello vuelto no se ve y si me pasa algo en medio de la calle no se enfada mi madre porque no tiene el cuello estropeado :D). Y conservo la camisa (ésa no la uso, se le hizo un siete hace poco) que me ponía cada primer día de universidad que es de For Sail (esa colección ya ni existe). Mi madre, cuando íbamos de compras -siempre fue así, ahora compro absolutamente sola-, decía que la ropa estaba muy mal hecha, así que yo también me hacía ropa con la modista, sobre todo mis trajes de chaqueta que estrenaba cada Domingo de Ramos. En realidad, ni yo misma me aclaraba. Lo mismo un día era hippy, que pija, que un muy nada femenina. Como dice mi madre hoy día, y con razón, "tú mucho rebelarte de adolescente y ahora que haces lo que te da la gana vistes muy clasicona".

Pues eso que me compraba trapitos en Zara pero siempre compraba en otras tiendas. Me encanta descubrir tiendas nuevas y hoy día me pateo incluso barrios o zonas por donde no suelo transitar. Mis amigas, en concreto R., se lo compraban t-o-d-o en Zara. ¡Qué horror!. Vale que la ropa de El Corte Inglés era horterilla y que la de Mango a mí me parecía de puticlub (hoy la sigo viendo demasiado de lingerie y nunca le vi un estilo definido) pero hay otras tiendas. Es verdad que hoy hay más variedad. Yo me compro la ropa en Precchio, bastante, y en Amichi (aquí más en rebajas), en Pimkie cuando estoy más delgada y hay cazadoras vaqueras y blusones hippilongos chulos, en Springfield cuando tengo el ramalazo de look dandy, en el Corte Inglés hay algunas cosas sueltas, más que nada en Sintesis, Yera, han caído un par de caprichos de Liz Clairbone (la moda de esa americana me hace gracia aunque no esté de moda) Y la ropa sport a lo campiña inglesa de Lloyd's me gusta bastante. Bueeeno, subo de planta, me encanta las firmas de vaqueros, añoro las sudaderas Liberto, en verano, sólo entonces, me creo que estoy en la selva con el coronel Tappioca, y me gustan pantalones y chalecos de Sfera. Luego están los puestos de los hippys en el Duque, las tiendecillas de Regina (la zona cercana a Feria, claro, no las del principio, ¡qué contraste xD!), Amor de Dios, las cinco primeras tiendas a ambos lados del arranque de Alcaicería (tienen cosas súper originales). Uhmm no sigo que revelo mis sitios, jeje, de hecho me he callado la tienda que he descubierto este año :D).

Con R. llegué a coincidir varias veces y eso es algo que detesto y cada vez es más difícil no llevar algo que no te lo encuentres. Ver a alguien que lleva lo mismo que yo ¡no lo soporto!. Tengo la teoría de que hoy es fácil vestir bien. La gente, en general no tiene gusto propio, pero si entran en Zara y se encuentran los conjuntos ya hechos, la ropa alineada por color y buscan lo más parecido, nunca será lo mismo guapina, que llevan las tiparracas de Victoria Beckam (la tía más hortera del planeta, Armani eres un vendío), Kate Moss o Elsa Pataky, entonces sí visten medianamente bien, pero ya no será una chica que veas por la calle sino 10 por lo menos. Ésa es la razón de que no me llamen la atención las campañas de H&M y de que me guste el blog de mi paisano. Yo no soy una tía de lo más moderna, pero me he puesto cosas que no se han llevado y eso sí, en cuanto han empezado a llevarse, me lo he dejado de poner (blusas sin botones y con lazadas, broches, vestidos con petos). Y otras, llevo años poniéndomelas y para los restos (medias de colores, faldas vaqueras, gorros, camisas de rayas).

Pero es verdad, ahora que lo pienso, hace tiempo que no compro tanto en Zara. En realidad, siempre me pareció muy decadente ver la ropa amononada, totalmente desordenada, tirada en el suelo llevando cientos de olores sobaqueros. Y cuando te toca pagar me entra la vena feminista-anticapitalista-poschorra como diría Josito de "¡joder! ¿qué hago guardando cola y esperando un montón de tiempo??". Al menos las dependientas no son tan canis como en el resto de tiendas. No son obsequiosas como las sufridas del Corte Inglés, pero como llevan ya unos años trabajando suelen ser treintañeras bastante correctas. Y ya hay dependientes, de hecho uno de los primeros fue mi vecino M. (el que de chica me levantaba los polos para verme... las etiquetas de Lacoste). Hoy día, mientras más borde y más chicles masquen ruidosamente más opciones de que las contraten. He renunciado a preguntar. Entro, me pruebo y pago. Con un hola y un gracias).

En realidad, aunque Zara sea la obrera del rico panal de Amancio Ortega, la empresa cuenta con un puñado de firmas cada vez más diversas. Yo apenas entro en otras y creo que a más de una le pasa lo mismo. Sólo compro algo que me guste de Massimo Dutti, pero muy de año en año; en Stradivarius tengo complejo de ser la tía de las que están viendo ropa, en Bershka, peor aún, ya se les ocurrió en Facebook la sensación que me da. Después están Oysho, pero yo compro en Women'Secret; Zara Home, entré una vez y me espantaron las sábanas marrones y las vajillas azul marino. Yo en casa parezco hija de Titanlux: sólo quiero alegres colores. Buscando las webs para enlazar descubro que Uterque también lo es. Sé que es de complementos, pero lleva poco en Rioja y no he entrado. Y Pull and Bear donde habré entrado dos veces. Por cierto en Sevilla, la calle más comercial ya no es Sierpes (que languidece tristemente) sino Tetuán que en precios precrisis se quería codear con Serrano y cía. Pues el mejor sitio, las cuatro esquinas de oro están copadas por tres tiendas de Inditex: Zara, Stradivarius (¿sabrán las pantojas que entran lo que es?) y Massimo Dutti.



este año se llevan los zuecos de plataforma
(paso de ir a lo Leti)

En los últimos tiempos leo en las revistas que lo que hace Zara es copiar diectamente de diseñadores y pasarelas. Sobre todo de gente nueva estilo Hoss Intropia, Custo Barcelona, el tristemente fallecido Alexander McQueen, Stella McCartney. Ya digo que yo no compro con esa intención así que no me había fiajdo en eso. Pero es algo que luego he leído en algunos blogs.




(ejemplos de clones varios: de McQueen, de Cèline y de D&G)

Mi hermana decía que el éxito de Zara radica en su continua reposición de ropa. De siempre renuevan dos días a la semana y es verdad que hay muchísima variedad. La ropa se acaba pronto lo que incita al consumo rápido y masivo y siempre tienen las tiendas con la sensación de estar atiborradas lo que también redunda psicológicamente en comprar. Una tienda con poca o la misma ropa siempre es como un bar vacío. Luego está la proliferación de tiendas. Como política de la empresa, tienen abrir muchas y en los mejores sitios. Aunque eso se está extendiendo a otras marcas. En realidad ya no hay diferencias entre zonas de una ciudad. Por ejemplo la única franquicia que hay en Sevilla de Desigual está en los Arcos, supuestamente lo más cani.


Este vestido de Massimo Dutti sí me gusta

En Londres recuerdo que S. me dijo vamos a entrar a mirar y le dije, mira desde fuera, es como si estuviéramos en Nervión Plaza. Pues eso, que la ropa de Zara, que no se anuncia en revistas, ni en vallas publicitarias, ni en paradas de autobuses, ni en prensa, ni en la tele, ni, ¡en ningún sitio! es la que más se vende.

¿Por qué Coca Cola se sigue anunciando? ¿Porque hacen los mejores anuncios?


Vogue Alemania marzo 2010- Frida Gustavsson por Greg Kadel




(*) El título del post está recogido de este blog.


(**) Así llamaba yo a mi hermana cuando empecé a hablar, primero fue "í", y luego "aí".

(***) hay una camisa que se ha puesto, por este orden: mi hermana, yo y mi padre.

jueves, 18 de marzo de 2010

Música de anuncio (14)

Esta vez no sólo recojo una canción de un anuncio sino que traigo hasta un total de cuatro, nada menos. Son varias las canciones que me gustan y entre que me costaba decidirme y que si esperaba, el anuncio dejaba de emitirse, opto por presentarlas todas:

* Los anuncios de Philadelphia son bastante tontorrones. Los últimos variaban en escenas y diálogos pero eran del mismo estilo. Por fin lo han cambiado. Extiende que se extiende con suavidad como el encanto que desprende la canción Spread a little joy de Lauren Kennedy.

(No encuentro la letra en Internet así que la dejo aquí)

Spread a little love today
Spread a little love my way
Spread a little something to remember
Spread a little joy and see
Need a little happiness to be
Living the life with me
Spread a little joy and see
Need a little happiness to be
Living the life with me








* Este anuncio es inédito en España pero no es nuevo porque Calzedonia ya lo estrenó en Italia, origen de la marca, y no el año pasado sino allá por 2006. Cosas de la crisis. La vida de una mujer con sus alegrías y esperanzas a través de la prendas que calza. Lo mejor es la canción, esa She's always a woman, del gran músico Billy Joel .





* Los anuncios de Axe pueden ser tachados de machistas pero es un recurso facilón que no deja ver el humor que suelen tener y las situaciones surrealistas que se crean. La única pega que yo pondría es a la marca en sí, jamás saldría con un tipo que compra ese producto porque piense que va a ligar. El ultimo anuncio de Axe es bastante divertido y la canción, fácilmente reconocible (All I want is you, de Barry Louis Polisar, de la Bso de Juno), es bastante graciosa.






* Ya había puesto un anuncio del Corte Inglés y no quería repetir marca pero aunque el anuncio en sí es bonito, muy cuidado como todos los que hacen pero que este año no tiene figura contratada, es la alegre tonada napolitana en la que me fijo. Renato Carosone, el que puso melodía desde Italia a los años 50 y 60 y uno de los principales intérpretes de la canción ligera, canta esta sucesión de cumplidos a la donna: Il pericolo numero uno.



Sí, las 4 melodías tienen en común que son cancioncillas frescas, nada estridentes y que nos anuncian la fragancia de la primavera esperada. ¿Cuál os gusta a vosotros? ¿Os habéis fijado en algún anuncio? Sé que Shikilla sí ;-)

lunes, 15 de marzo de 2010

Científicos de curso legal



Quién no echa de menos aquellos arrugados billetes de 100, 500, 1.000 pesetas. Al margen de cuestiones económicas, aquellos billetes constituían un legado genuino de nuestra cultura. Mi padre solía coleccionar monedas y billetes. La colección no era grande ni importante, ni siquiera, que es lo que a mí me hubiera gustado, estaba formada por aquellos billetes que usaran mis abuelos o mis padres. No eran billetes arrugados en mil y una doblez, ni con bordes ajados cuando no roídos, tampoco encontrados en cajones de la casa de Escoberos o en el aparador verde de la casa de Juan Sánchez. Los compraba junto a sellos y vitolas en el mercado de la Plaza del Cabildo. Yo no he seguido con la colección que se mantiene intacta en voluminosos álbumes que desprenden un penetrante dulzón olor a cola.



Los niños que fuimos de los 80 sabíamos quiénes eran Falla, Bécquer o Rosalía de Castro antes de que nos hablaran de ellos en el cole. Los billetes, entonces, ya no eran tan grandes en tamaño ni tan pequeños en cantidades crematísticas (siempre me llamaban la atención billetes enormes de 50 y 25 pesetas que me recordaban al note de un millón de libras de la película de Gregory Peck) ni recogían los manipulados fastos de la historia del país entre yugos y flechas.



Me gustaba encontrarme con anotaciones en los billetes, que eran los mismos que me daba mi madre para los mandaos como quien despide un mal fario. El dinero, como se sabe, cuesta mucho y perderlo, más todavía. O no es grande la alegría cuando uno se encuentra con un billete. Alguna ventaja teníamos que tener los despistados y/o desordenados (de chica mi especialidad era encontrarme un billete dobladito de 100 pesetas en un monedero de piel de cocodrilo muy gastado que fue de mi abuela). Y no digamos ya cuando nos lo encontramos en la calle. Me refiero a un billete perdido, sin cartera y sin testigos. Eso le pasó a mi padre y hermana en una ocasión. Entraron en la pastelería Pozo de Sanlúcar de Barrameda y había una lechuga en el suelo. No había nadie en ese momento: ni clientes ni dependientas y con eso nos salieron gratis los pasteles de aquél día. Claro que en contrapartida ésa es nuestra desventaja (Yo dejé una nómina en el bus. La recuperé).


Los billetes de euros con sus colorines parecen hechos para el Monopoly. Ni siquiera repara uno en que cada billete representa una etapa del arte europeo como quiso diseñar Robert Kalina. Tan lisos, diríase que planchados por Trichet. Donde ya no se leen un TQ o un teléfono garabateado, no tienen el encanto de los de pesetas. En realidad de ninguno de los billetes patrios a los que fue sustituyendo. Los billetes son iguales en la zona euro y son las monedas -sólo en el reverso- las que presentan rasgos diferenciales con motivos que siguen los tópicos de los países pero que les imprimen su encanto. Ahí están las águilas germánicas, las arpas irlandesas, y las obras de arte italianas.

Todavía no he visto un euro austríaco con sus flores alpinas, ni los cisnes que revolotean en un euro finlandés o los muflones de Chipre. Con suerte he visto euros del Vaticano y hace tan sólo unos días, una alumna me pagó la clase con una moneda de 1 euro acuñada con la efigie de un poeta esloveno. Con el euro, no hablaremos de la inflación que hemos sufrido, se perdió la costumbre de coleccionar billetes europeos y creíamos que con el turismo y el comercio en general veríamos fluir todo tipo de monedas. Pero el rostro cervantino es el que más asoma de nuestros bolsillos. Y al que no vemos, lo denominan binladen.



En las monedas de euros abundan los símbolos y escasean los personajes, salvo los reyes. Estos últimos tan vistos y tan sobrantes podían dar paso a otras figuras. Eso ocurre en otros países no europeos donde mantienen la costumbre de homenajear a ilustres conciudadanos, aquellos que trabajaron y hicieron algo realmente importante. En ese sentido, la mayoría de nuestros personajes, como los que he citado arriba, habían destacado en el campo de las Humanidades. Después del asunto Antonio Pérez, la otra leyenda negra española es la carencia de científicos. Ramón y Cajal sí tuvo su billete y otro hubiera sido para Severo Ochoa.

No debería resultar extraño ver a científicos en los diferentes billetes de curso legal pero el que fabrica el dinero es el gobierno que se ve, por desgracia, en la imperiosa necesidad de hacer autopropaganda. En la mayoría de países se consideran más importantes a los presidentes pasados y actuales que a los que cambiaron el mundo con la ciencia y el conocimiento. En ocasiones, por fortuna, hay excepciones. Son pocos ejemplos y por eso esta web quiso recopilarlos.

Aquí aparecen una serie de científicos e inventores homenajeados en sus países de origen o vinculados a ellos (Einstein - Nikola Tesla - Pascal - Copérnico - Marie Curie):



domingo, 14 de marzo de 2010

El misterio del arte (4)

¿A qué monumento pertenece y cómo se llama el conjunto?

Es el Pórtico de la Gloria del Maestro Mateo de la Catedral de Santiago de Compostela (grupo de apóstoles en la columna de la derecha)

Acertada por Seppuku.

lunes, 8 de marzo de 2010

Y ellas... (rojos y azules brillantes)

Este año no ha habido estridencias ni horteradas llamativas, aunque viéramos a las mamarrachas de siempre envueltas en metros de tela con etiquetas. Pero es que ha reinado no ya el mal gusto que al menos es divertido y personal, sino lo anodino.

Han ido 4 tipas, la mitad sin acertar y la única que nos ha gustado es porque era la mejor en comparación, no porque destacara especialmente.

Kate Winslet no es una fashion victim e incluso dice ser rellenita (¡ja!, hace tiempo que dejaste de tener problemas con la cremallera titánica). Pero Kate es adorable por sí misma y en los últimos años su figura ha recibido inusuales dosis de glamour. Por eso nos sorprende lo bien que asiste a los Oscar en las últimas ediciones. El año pasado acertó y éste también. Una sóla pega: repite ese look años 50. Tal vez porque ha encontrado su fórmula y dirá para qué variar.

Su Yves Saint Laurent era de líneas impecables a juego con su clutch de mano, un favorecedor peinado y su eterno aplomo . ¡Te adoramos Kate!

Penélope Cruz es punto y aparte. Yo siempre he defendido lo hortera que es. Como muchas, en cuanto las dejas sueltas visten fatal. Este año dijo que no iba a preocuparse mucho por el vestido para no parecer que se veía ganadora. Eso lo comprendemos. Pero ir normalita no equivale a no acertar. Fue de rojo. Uhm, la alfombra es roja. Debe ser un traje muy espectacular para que destaque. O de los horteros a los que está afiliada Heidi Klum o de fabulosos Valentino. Eligió un rojo oscuro de Donna Karan. A mí esa diseñadora no me gusta. Es el equivalente a Liz Clairbone en pasarela, pero sin personalidad ni gusto. El traje de Pe era una cortina abullonada, el color no pegaba y ella podía haber lucido más racial.

Hubos dos colores que predominaron en la gala: el rojo y el azul. Afortunadamente no lo mezclaron en plan stars & stripes. Destacó sobre todo el azulado y los tonos brillantes. Aquí debo decir que lo que yo creía ser plateado he leído como dorado. Es cuestión de los matices de las fotos.

Normalmente agrupo a las actrices por elegantonas y mal vestidas pero es que este año..



Ni siquiera comparto la generalizada opinión del acierto de Meryl Streep. Será porque no me gusta el color blanco (menos en ciertas edades). Meryl me cae genial, no sólo es actriz fuera serie (simply the best, Tucci dixit), sino que se le ve maja y simpática, pero por vestir bien nunca ha destacado y yo siempre la veo tipo abuelita. Su traje no me gustó: ni por el escote ni por esas invernales mangas (los puños me recordaban a mis camisetas :D) Tampoco Charlize Theron. No me gustó el vestido por muy Galliano que fuera. Ni el color malva ni las rosas ésas por pechera. Incluso Maggie Gyllenhaal que siempre tiene un look desenfadado y por divertida acierta. Ese vestido estilo pareo de playa pues como que tampoco. Sólo le salvó su siempre belleza fresca y natural (adoro verla con su boca color fresa)


Me topo con una elegantona Demi Moore lo cuál es bastante raro porque lo que es buen gusto esta mujer carece de ello. La pega es que su traje rosa palo es una versión quiero-y-no-puedo del que luciera Pe hace dos temporadas y encima también es un Versace. Las visitas al Twitter la han rejuvenecido, tanto hasta adoptar esa pose de colegiala. La aprobamos con un notable.

Diane Kruger eligió un sofisticado Chanel y le sobran maneras de buena maniquí a esta nueva chica Tarantino, por lo que le damos un notable alto. Aunque en cuestión de gustos no acabo de decidirme si realmente me gusta el modelo que lució. Lo sigo viendo un poco sobrio pese a la originalidad de combinar plisados y las cintas en negro.

Otras:

(de mejor a peor)



Si la gala se define como aburrida, la alfombra roja como correcta.

Aburrimiento + Corrección = Hollywood ??!!!

Ellos

Este año los Oscar se escriben con O bien mayúscula y bien masculina. Ellos han sido los protagonistas. Los elegantes, los simpáticos de la noche, los que derrochan testosterona sin hacer alarde de ello. Los que lo dan todo y para todos hay. Para chicos y para chicas.

El primero, Tom Ford. Hasta ahora me fijaba en sus trapitos y más en su chico-fetiche, Jon Kortajarena. Esta noche me fijé en el y quiero fijarme en su película (A single man) de la que he oído buenas críticas. Con su esmoquin impecable, la barbita de tres días que no podía faltar y ese simpático detalle de la flor en el ojal puso la nota elegante y exquisita.

Peeero, para qué fijarnos en un hombre con el que no nos cruzamos en nuestra acera. Vayamos a un fijo de nuestras miradas. Jake Gyllenhaal acudió a la gala y presentó un premio. Pero fue solo y se le notaba. Jake anda ojeroso con la mirada perdía añorando a su querida Reese que ya ha encontrado sustituto. Se le veía hablando con la prensa y parecía el chiquilo asustado de Donnie Darko más que un apuesto mozo que estrena soltería (de la qué te has librado, ¡ya te darás cuenta!).

En todas las instantáneas se le ve retraído, pesaroso, forzando la sonrisa. Menos mal que se conoce la causa si no, de su cara pálida las malas lenguas dirían que el muchacho se muere de envidia teniendo a la hermana - Maggie Gyllenhaal- y al cuñado - Peter Sarsgaard- en alza (en realidad llevan buena racha seguida y a los tres se les ve congeniar). Jake, espero que hagas un buen papel en Brothers que andas perdiendo chispa.



Habiéndolo visto tantas veces con la mujer o el cuñado no reparé en él hasta verlo en An education. Fue el british look de los 60 y el personaje lo que hizo que me fijara en él. No es feo pero es un poco ojos vaca y desde luego con el pelo rapado no me gusta nada. Todo es cuestión de gustos, a Concha García Campoy le oí decir que lo prefiere así. Hablo de Peter Sarsgaard.

Los gemelos en apostura y maromismo -¡ay omá qué ricos!- fueron el tándem de presentadores Bradley Cooper y Gerard Butler. ¡Cómo estos dos nos alegraron la vista!.

El más elegante dicen que fue Robert Downey Jr. A mí me gustó como iba pero no lo llamaría elegancia, en todo caso chulería o desenfado y su presencia siempre es agradablemente llamativa. Para atuendo divertido, esto es, hortera, hay otros pero pasaron de ir. Nos perdimos las extravagancias de Johnny Depp, Daniel Day Lewis o el recuperado Mickey Rourke. Y los guapos oficiales de antaño, Brad Pitt, Tom Cruise, Jude Law, tampoco fueron.

De los mozuelos de hoy en día ni hablo. Porque el único que me pone, Pattinson, no lució por allí su tupé.

Las chicas ni brillaron, qué le vamos a hecr, Pe estuvo hortera (en el fondo lo es) y no hay nadie que me gustara, así que lo dejo para después.

Hoy, esta noche, es de ellos.

Hastío se escribe con H de Hollywood año 2010



Anoche vi la gala de los Oscar. Y pasé una buena noche con la compañía virtual de la peña, en el msn, el facebook y el blog que iba leyendo. Más calor recibí de ellos que el acaloramiento que me podría haber provocado la ristra de gags que brillaron por su ausencia en la gala.

No he visto It's complicated (en el Pc está de las muchísimas descargadas, osea, interés en verla había) pero cabe suponer que la chispa que surgió del encuentro de Steve Martin y Alec Baldwin les convertía en la caña de Hollywood, lo más ocurrente para presentar una gala, que año tras año adolece de momentos flojos.

Hay una excepción: la frescura, la agilidad (física, mental e incluso vocal) y el brillante y enérgico sentido del espectáculo del maromazo de Hugh Hackman que fue un excelente host la pasada edición. ¿Por qué no repitió como hicieron Ellen Degeneres y Jon Stewart que supieron darle a las ceremonias un toque humorístico de calidad, alejado de las payasadas sin gracia del ochentero Billy Crystal? No hay respuestas. Y me temo que el presupuesto de contratar a los dos carcas (no por la edad sino por los sosos que estuvieron) se llevó todas las partidas destinadas a números musicales y decorado).



Han sido unos Oscar aburridos, deslucidos, totalmente átonos.
Y de principio a fin. Una red carpet donde estaban los mismos y faltaban los mejores. Se recuerda la anécdota de Orson Welles que alegó estar fuera cuando en realidad estaba en su casa viendo la retransmisión de su premio honorífico en compañía etílica de John Huston que supuestamente se lo iba a entregar. Pues eso hacen cada vez más los que pasan de ir. La mayoría se van directamente a las fiestas sin pasar por el Kodak Theatre. La que dicen ser mejor fiesta, la de Elton John, empieza media hora después de la ceremonia.

Y en cuanto a los premios pues cero sorpresas. Pero ni una. Por mucho que algunos medios digan que sí. Se premió el talento no profesional de Mo'nique tan desmesurado como su peculiar físico (bonito detalle de las gardenias en recuerdo a Hattie MacDaniel, no obstante). Se premió la mejor actuación de los 20 nominados, un Christopher Waltz capaz de hacernos reír interpetando a un nazi. Se premió a un actor magnífico, de culto, un fuera serie, Jeff Bridges, que se lleva ahora lo que no le dieron por El gran Lebowitz (y por cuatro más). Se premia a Kathryn Bigelow, una mujer directora. Es la ocasión de saldar una cuenta pendiente y eso a Hollywood le encanta. Para rizar el rizo, es ex del histriónico James Cameron que de rey del mundo se ha quedado en papá pitufo de su planeta inventado. Y se premia a una dinamitera de las taquillas, la otrora parlanchina, dulce y horterilla (eso le resta) Sandra Bullock. Lo predije hace unos días en el blog de Lee. Y por supuesto prefiero que los repartidores sean sorprendentes y no verlos aparecer y cantar el premio (desde papá e hijo Douglas con Chicago, Sofía Loren con Roberto Benigni a este año Pedro Almodóvar con Campanella y Barbra Streissand con Kathryn Bigelow).

Pues lo dicho, 4 favoritos que ya recibieron sus premios en los Sag (Screen Actors Guild) que se afianzan como certera premonición frente al termómetro tradicional que constituían los Globos de Oro. ¡Qué fácil ha sido este año rellenar la quiniela!.



Por cierto, me chirría que se insista en la condición de fémina de la Bigelow. Si es la única directora nominada es que hay tres que lo hagan y a estas alturas, nada (excepto el buen talento que no entiende de género) se lo impide. Oí a Pe decir que quiere dirigir, adelante, aquí tenemos a una buena directora como es Icíar Bollaín. Si no hay más directoras es porque no les gustará o no valdrán. No hay otra cosa, ni hay que destinar más dinero.



Hubo buenos momentos en la gala.
Escasos y no extraordinariamente brillantes pero que aún así nos hicieron pasar un buen rato, que es de lo que se trata: la actuación de Neil Patrick Patrick (¿qué tal si presenta los Oscar the next year?); el homenaje a John Hughes, más que nada por la presencia de los alter egos de nuestra adolescencia cinéfila como Molly Ringwald; la presencia de Tom Ford (voy a ver A single man ¡ya!), el hombre más elegante de la noche; más alegrías para nuestros ojos: ese tandem de Butler & Bradley. Y ese sprint final, vamos-qué nos-vamos de Tom Hanks (¿fallo, desidia? ¿qui lo sá?).

Éstos son los Oscar. Una ceremonia que nos gusta sin gustarnos. Nos gusta verlas y nos gusta ponerla a parir que para eso se lucen.

Escribo sobre

Map IP Address
Powered byIP2Location.com

Blog Widget by LinkWithin
 
© MMVII

template by | Zinquirilla