My phrasebook

Siempre recibimos cuando damos.

Una canción

viernes, 21 de mayo de 2010

¡ Feliz en mi día !

Hoy es mi santo.

Sí, ya sé que hace poco fue mi cumple. Se me acumulan las felicitaciones y los regalos pero luego viene la sequía (hasta Reyes, nada xD).

Cae en un viernes que ya he planeado, o más bien he encadenado: cervecita con los compañeros del trabajo, café con mi hermana y cañas con las amigas. No está mal. Mi hermana me ha felicitado hace poco con un sms (solemos hacerlo a partir de las 12 de la noche) y en cuanto a los regalos, mi padre fiel a su costumbre, ya me ha dejado dinero en un sobre encima de la mesa (como estoy despierta, ya lo he visto, menos mal que no son los reyes xD). El resto, será sorpresa.

Me gusta mi nombre y me gusta celebrar mi onomástica. Así que lo comparto en el blog con Cine y Literatura de dos tocayas:



"Las olas" Virginia Woolf (1931)

El sol no había nacido todavía. Hubiera sido imposible distinguir el mar del cielo, excepto por los mil pliegues ligeros de las ondas que le hacían semejarse a una tela arrugada. Poco a poco, a medida que una palidez se extendía por el cielo, una franja sombría separó en el horizonte al cielo del mar, y la inmensa tela gris se rayó con grandes líneas que se movían debajo de su superficie, siguiéndose una a otra persiguiéndose en un ritmo sin fin. Al aproximarse a la orilla, cada una de ellas adquiría forma, se hinchaba y se rompía arrojando sobre la arena un delgado velo de blanca espuma. La ola se detenía para alzarse enseguida nuevamente, suspirando como una criatura dormida cuya respiración va y viene inconscientemente.

Poco a poco, la franja oscura del horizonte se aclaró: se hubiera dicho un sedimento depositado en el fondo de una vieja botella, dejando al cristal su transparencia verde. En el fondo, el cielo también se hizo translúcido, cual si el sedimento blanco se hubiera desprendido o cual si el brazo de una mujer tendida debajo del horizonte hubiera alzado una lámpara, y bandas blancas, amarillas y verdes se alargaron sobre el cielo, igual que las varillas de un abanico.

Enseguida la mujer alzó más alto su lámpara y el aire pareció dividirse en fibras, desprenderse de la verde superficie en una palpitación ardiente de fibras amarillas y rojas, como los resplandores humeantes de un fuego de alegría. Poco a poco las fibras se fundieron en un solo fluido, en una sola incandescencia que levantó la pesada cobertura gris del cielo transformándola en un millón de átomos de un azul tierno. La superficie del mar fue adquiriendo gradualmente transparenciay yació ondulando y despidiendo destellos hasta que las franjas oscurasd esaparecieron casi totalmente.

El brazo que sostenía la lámpara se alzó todavía más, lentamente, se alzó más y más alto, hasta que una inmensa llama se hizo visible: un arco de fuego ardió en el borde del horizonte, y a su alrededor el mar ya no fue sino una sola extensión de oro. La luz golpeó sucesivamente los árboles del jardín iluminando una tras otra las hojas, que se tornaron transparentes. Un pájaro gorjeó muy alto; hubo una pausa: más abajo, otro pájaro repitió su gorjeo. El sol utilizó las paredes de la casa y se apoyó, como la punta de un abanico, sobre una persiana blanca; el dedo del sol marcó sombras azules en el arbusto junto a la ventana del dormitorio. La persiana se estremeció dulcemente. Pero todo en la casa continuó siendo vago e insustancial. Afuera, los pájaros cantaban sus vacías melodías. "

"The waves"

The sun had not yet risen. The sea was indistinguishable from the sky, except that the sea was slightly creased as if a cloth had wrinkles in it. Gradually as the sky whitened a dark line lay on the horizon dividing the sea from the sky and the grey cloth became barred with thick strokes moving, one after another, beneath the surface, following each other, pursuing each other, perpetually.

As they neared the shore each bar rose, heaped itself, broke and swept a thin veil of white water across the sand. The wave paused, and then drew out again, sighing like a sleeper whose breath comes and goes unconsciously. Gradually the dark bar on the horizon became clear as if the sediment in an old wine-bottle had sunk and left the glass green. Behind it, too, the sky cleared as if the white sediment there had sunk, or as if the arm of a woman couched beneath the horizon had raised a lamp and flat bars of white, green and yellow spread across the sky like the blades of a fan. Then she raised her lamp higher and the air seemed to become fibrous and to tear away from the green surface flickering and flaming in red and yellow fibres like the smoky fire that roars from a bonfire. Gradually the fibres of the burning bonfire were fused into one haze, one incandescence which lifted the weight of the woollen grey sky on top of it and turned it to a million atoms of soft blue. The surface of the sea slowly became transparent and lay rippling and sparkling until the dark stripes were almost rubbed out. Slowly the arm that held the lamp raised it higher and then higher until a broad flame became visible; an arc of fire burnt on the rim of the horizon, and all round it the sea blazed gold.

The light struck upon the trees in the garden, making one leaf transparent and then another. One bird chirped high up; there was a pause; another chirped lower down. The sun sharpened the walls of the house, and rested like the tip of a fan upon a white blind and made a blue finger-print of shadow under the leaf by the bedroom window. The blind stirred slightly, but all within was dim and unsubstantial. The birds sang their blank melody outside.

He puesto el comienzo de la novela pero hay un fragmento en boca de Rhoda que me gusta. Es un personaje que rehúye de todo compromiso y busca la soledad, en realidad es un trasunto de la propia Virginia.

"Todos mis buques son blancos. No quiero los pétalos rojos de los geranios y de las malvas del huerto. Quiero pétalos blancos que floten cuando inclino el cuenco. He recogido los pétalos y los he puesto a nadar. Aquí pondré un faro. Y ahora voy a balancear mi cuenco castaño de un lado a otro, para que mis barcos naveguen con oleaje. Algunos se hundirán. Algunos se estrellarán contra los arrecifes. Uno navega sólo. Este es mi barco. Penetra en las heladas cavernas en las que ladra una foca, y cadenas verdes pendientes de las estalactitas se balancean. Se alzan las olas. Sus crestas se enfurecen, fíjate en las luces de los mástiles. Se han desperdigado, han naufragado, todos salvo mi buque, que remonta la ola y se desliza en la galerna y llega a las islas en las que los papagayos parlotean y las lianas..."


Marqués de Santillana.- Soneto XII

Timbre de Amor, con el qual combate,
cativa e prende toda gente humana,
del ánimo gentil derrero mate,
e de las más fermosas soberana;
de la famosa rueda tan cercana 5
non fue por belleza Virginea,
nin fizo Dido, nin Dampne Penea,
de quien Ovidio grand loor esplana.

Templo emicante donde la cordura
es adorada, e honesta destreza, 10
silla e reposo de la fermosura;
choro plaziente do virtud se reza,
válgame/ deessa, tu mesura
e non me judgues contra gentileza.

Sonetos fechos al itálico modo, s. XV

En el soneto se nombra a Virginia, una doncella romana cuya historia podéis leer en este post.

1 timbre: blasón.
3 derrero mate: quizá aluda al lance final (derrero) del ajedrez; el verso, no obstante, es de difícil interpretación y se han propuesto diversas lecturas.
6 Virginea: Virginia, doncella romana a la que dio muerte su propio padre, Virginio, para que no fuese poseída del decenviro Apio Claudio, que se había enamorado de su belleza.
7 Dampne Penea: Dafne, hija del río Peneo, en la Tesalia, transformada en laurel cuando la perseguía Apolo. Narra este mito Ovidio en Metamf., I, 472-567.
9 emicante: brillante, radiante. Latinismo del verbo emico.

10 Nótese el fuerte hipérbaton en el verso.
12 Inspirado también por la tradición estilnovística y dantesca, no es infrecuente que Santillana acuda en los sonetos a la hipérbole sagrada para expresar la divinización de la dama.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Romance del prisionero

Que por mayo era por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor;
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor;
cuando los enamorados
van a servir al amor;
sino yo, triste, cuitado,
que yago en esta prisión,
que ni sé cuándo es de día,
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba al albor.
Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón.


martes, 31 de marzo de 2009

Romance de Don Fadrique

Yo me estaba allá en Coimbra,
que yo me la hube ganado,
cuando me vinieron cartas
del rey don Pedro, mi hermano,
que fuese a ver los torneos
que en Sevilla se han armado.

Yo, Maestre sin ventura,
yo, Maestre desdichado,
tomara trece de mula,
venticinco de caballo,
todos con cadenas de oro,
de jubones de brocado.

Jornada de quince días
en ocho la había andado.
A la pasada de un río,
pasándole por el vado,
cayó mi mula conmigo,
perdí mi puñal dorado,
ahogáraseme un paje,
de los míos más privado,
criado era en mi sala
y de mí muy regalado.

Con todas estas desdichas
a Sevilla hube llegado;
A la puerta Macarena
encontré con un ordenado,
ordenado de evangelio,
que misa no había cantado.

-Manténgate Dios, Maestre,
Maestre, bien seáis llegado.
Hoy te ha nacido hijo,
hoy cumples ventiún años.

Si te plugiese, Maestre,
volvamos a bautizarlo,
que yo sería el padrino,
tú, Maestre, el ahijado.

Allí hablara el Maestre,
bien oiréis lo que ha hablado:
-No me lo mandéis, señor,
padre, no queráis mandarlo,
que voy a ver qué me quiere
el rey don Pedro, mi hermano.

Di de espuelas a mi mula,
en Sevilla me hube entrado.
De que no vi tela puesta,
ni vi caballero armado,
fuime para los palacios
del rey don Pedro, mi hermano.

En entrando por las puertas,
las puertas me habían cerrado;
quitáronme la mi espada,
la que traía a mi lado,
quitáronme mi compañía,
la que me había acompañado.
Los míos, desque esto vieron,
de traición me han avisado,
que me saliese yo fuera
que ellos me pondrían en salvo.

Yo, como estaba sin culpa,
de nada hube curado.
Fuime para el aposento
del rey don Pedro, mi hermano.
-Mantengaos Dios, el rey,
y a todos de cabo a cabo.
-Mal hora vengáis, Maestre,
Maestre, mal seáis llegado.
Nunca nos venís a ver
sino una vez en el año,
y ésta que venís, Maestre,
es por fuerza o por mandado.

Vuestra cabeza, Maestre,
mandada está en aguinaldo.
-¿Por qué es aqueso, buen rey?
nunca os hice desaguisado,
ni os dejé yo en la lid,
ni con moros peleando.
-Venid acá, mis porteros,
hágase lo que he mandado.

Aún no lo hubo bien dicho,
la cabeza le han cortado;
a doña María de Padilla
en un plato la ha enviado.
Así hablaba con ella,
como si estuviera sano,
las palabras que le dice
de esta suerte está hablando:

-Aquí pagaréis, traidor,
lo de antaño y lo de hogaño,
el mal consejo que diste
al rey don Pedro, tu hermano.
Asióla por los cabellos,
echádosela a un alano;
el alano es del Maestre,
púsola sobre un estrado,
a los aullidos que daba
atronó todo el palacio.

Allí demandara el rey:
-¿Quién hace mal a ese alano?
Allí respondieron todos
a los cuales ha pesado:
-Con la cabeza lo ha, señor,
del Maestre, vuestro hermano.

Allí hablara una su tía
que tía era de entrambos:
-Cuán mal lo mirastes, rey,
rey, qué mal lo habéis mirado.
Por una mala mujer
habéis muerto un tal hermano.
Aún no lo había bien dicho
cuando ya le había pesado.
Fuese para doña María,
de esta suerte le ha hablado:
-Prendedla, mis caballeros,
ponédmela a buen recaudo,
que yo le daré tal castigo
que a todos sea sonado.

En cárceles muy oscuras
allí la había aprisionado,
él mismo le da a comer,
él mismo con la su mano,
no se fía de ninguno,
sino de un paje que ha criado.

Anónimo

sábado, 28 de febrero de 2009

Los olivos


I

¡Viejos olivos sedientos
bajo el claro sol del día,
olivares polvorientos
del campo de Andalucía!
¡El campo andaluz, peinado
por el sol canicular,
de loma en loma rayado
de olivar y de olivar!
¡Son las tierras
soleadas,
anchas lomas, lueñes sierras
de olivares recamadas!
Mil senderos. Con sus machos,
abrumados de capachos,
van gañanes y arrieros.
¡De la venta del camino
a la puerta, soplan vino
trabucaires bandoleros!
¡Olivares y olivares
de loma en loma prendidos
cual bordados alamares!
¡Olivares coloridos
de una tarde anaranjada;
olivares rebruñidos
bajo la luna argentada!
¡Olivares centelleados
en las tardes cenicientas,
bajo los cielos preñados
de tormentas!...
Olivares, Dios os dé
los enerosde aguaceros,
los agostos de agua al pie,
los vientos primaverales
vuestras flores recamadas;
y las lluvias otoñales,
vuestras olivas moradas.
Olivar, por cien caminos,
tus olivitas irán
caminando a cien molinos.
Ya darántrabajo en las alquerías
a gañanes y braceros,
¡oh buenas fuentes sombrías
bajo los anchos sombreros!...
¡Olivar y olivareros,
bosque y raza,
campo y plaza
de los fieles al terruño
y al arado y al molino,
de los que muestran el puño
al Destino,
los benditos labradores,
los bandidos caballeros,
los señores
devotos y matuteros!...
¡Ciudades y caseríos
en la margen de los ríos,
en los pliegues de la sierra!...
¡Venga Dios a los hogares
y a las almas de esta tierra
de olivares y olivares!

II

A dos leguas de Úbeda, la Torre
de Pero Gil, bajo este sol de fuego,
triste burgo de España. El coche rueda
entre grises olivos polvorientos.
Allá, el castillo heroico.
En la plaza, mendigos y chicuelos:
una orgía de harapos...
Pasamos frente al atrio del convento
de la Misericordia.
¡Los blancos muros, los cipreses negros!
¡Agria melancolía
como asperón de hierro
que raspa el corazón! ¡Amurallada
piedad, erguida en este basurero!...
Esta casa de Dios, decid, hermanos,
esta casa de Dios, ¿qué guarda dentro?
Y ese pálido joven,
asombrado y atento,
que parece mirarnos con la boca,
será el loco del pueblo,
de quien se dice: es Lucas,
Blas o Ginés, el tonto que tenemos.
Seguimos. Olivares. Los olivos
están en flor. El carricoche lento,
al paso de dos pencos matalones,
camina hacia Peal. Campos ubérrimos.
La tierra da lo suyo; el sol trabaja;
el hombre es para el suelo:
genera, siembra y labra
y su fatiga unce la tierra al cielo.
Nosotros enturbiamos
la fuente de la vida, el sol primero,
con nuestros ojos tristes,
con nuestro amargo rezo,
con nuestra mano ociosa,
con nuestro pensamiento
—se engendra en el pecado,
se vive en el dolor. ¡Dios está lejos!—.
Esta piedad erguida
sobre este burgo sólido, sobre este basurero,
esta casa de Dios, decid, ¡oh santos
cañones de von Kluck!, ¿qué guarda dentro?


Antonio Machado (1875-1939)

sábado, 14 de febrero de 2009

El Amor

¿Tú, ciego y tonto, Amor, qué haces con mis ojos,
que miran y remiran y no ven lo que ven?
Saben que es la belleza y saben donde hallarla,
mas toman, sin embargo, por lo mejor lo pésimo.

Si el ojo pervertido por miradas parciales,
ha anclado en la bahía donde el hombre navega,
¿por qué con falsedades sirve tu ojo de anzuelo,
en el cual la razón de mi alma ha picado?

¿Por qué mi corazón, ve que es coto privado,
lo que es sólo terreno común del amplio mundo?
¿O por qué, viendo esto, dicen que no es así,
para poner la gracia sobre un rostro tan feo?

Mi corazón, mis ojos, no ven la realidad,
y a este vicio falaz, los dos se han transferido.


Thou blind fool Love, what dost thou to mine eyes,
That they behold and see not what they see:
They know what beauty is, se where it lies,
Yet what the best is, take the worst to be.

If eyes corrupt by over-partial looks,
Be anchor'd in the bay where all men ride,
Why of eye' falsehood hast thou forged hooks,
Whereto the judgment of my heart is tied?

Why should my heart think that a several plot,
Which my heart knows the wide worls's common place?
Or mine eyes seeing this, say this is not
To put fair truth upon so foul a face.

In things right true my heart and eyes have erred,
And to this false plage are they now transferred.


William Shakespeare.- Soneto 137 (publicado en 1609)

lunes, 19 de enero de 2009

Bicentenario de Edgar Allan Poe

El 19 de enero de 1809 nació Edgar Allan Poe. El periodista y escritor norteamericano universalmente conocido (tras su muerte como suele ocurrir) por innovar en la narrativa, siendo pionero en la literatura fantástica y de terror.

No es uno de mis escritores preferidos, probablemente por el horror que de chica me causó su lectura, que dejé interrumpida y que en Bup, gracias a Reyes mi mejor amiga y entusiasta de ese género, retomé.

El género de terror en general, cinematográfico y literario, produce en mí el efecto buscado de causar pavor, a tal extremo que me provoca una angustia casi insoslayable. Pero la lectura de algunos cuentos de Poe me acercan a los novelistas del Romanticismo como Walpole o Mary Shelley que siempre me parecieron tan sugestivos. Recuerdo con una sonrisa como El castillo de Otranto me lo leí muy rápido no sólo porque se lee así sino porque mis prisas se debían a que lo había birlado de la librería donde trabajaba entonces (entendámonos: del almacén de los libros amontonados para su devolución, aquello era como el best seller de Zafión; y las prisas por devolverlo en unos días).

Hay un relato que sí me gusta bastante por acercarse a Stevenson. Os dejo el incio en versión original y en una traducción de Cortázar (junto con Borges y Baudelaire los que más reivindicaron la obra de Poe). Luego los enlaces para seguir con la lectura (merece la pena hacerlo con la pantalla). Y también uno de sus cuentos más conocido.


Manuscrito hallado en una botella

Sobre mi país y mi familia tengo poco que decir. Un trato injusto y el paso de los años me han alejado de uno y malquistado con la otra. Mi patrimonio me permitió recibir una educación poco común y una inclinación contemplativa permitió que convirtiera en metódicos los conocimientos diligentemente adquiridos en tempranos estudios. Pero por sobre todas las cosas me proporcionaba gran placer el estudio de los moralistas alemanes; no por una desatinada admiración a su elocuente locura, sino por la facilidad con que mis rígidos hábitos mentales me permitían detectar sus falsedades. A menudo se me ha reprochado la aridez de mi talento; la falta de imaginación se me ha imputado como un crimen; y el escepticismo de mis opiniones me ha hecho notorio en todo momento. En realidad, temo que una fuerte inclinación por la filosofía física haya teñido mi mente con un error muy común en esta época: hablo de la costumbre de referir sucesos, aun los menos susceptibles de dicha referencia, a los principios de esa disciplina. En definitiva, no creo que nadie haya menos propenso que yo a alejarse de los severos límites de la verdad, dejándose llevar por el ignes fatui de la superstición. Me ha parecido conveniente sentar esta premisa, para que la historia increíble que debo narrar no sea considerada el desvarío de una imaginación desbocada, sino la experiencia auténtica de una mente para quien los ensueños de la fantasía han sido letra muerta y nulidad.


Después de muchos años de viajar por el extranjero, en el año 18... me embarqué en el puerto de Batavia, en la próspera y populosa isla de Java, en un crucero por el archipiélago de las islas Sonda. Iba en calidad de pasajero, sólo inducido por una especie de nerviosa inquietud que me acosaba como un espíritu malévolo.

Leer entero

Ms. found in a bottle

Of my country and of my family I have little to say. Ill usage and length of years have driven me from the one, and estranged me from the other. Hereditary wealth afforded me an education of no common order, and a contemplative turn of mind enabled me to methodise the stores which early study very diligently garnered up. Beyond all things, the works of the German moralists gave me great delight; not from any ill-advised admiration of their eloquent madness, but from the ease with which my habits of rigid thought enabled me to detect their falsities. I have often been reproached with the aridity of my genius; a deficiency of imagination has been imputed to me as a crime; and the Pyrrhonism of my opinions has at all times rendered me notorious. Indeed, a strong relish for physical philosophy has, I fear, tinctured my mind with a very common error of this age — I mean the habit of referring occurrences, even the least susceptible of such reference, to the principles of that science. Upon the whole, no person could be less liable than myself to be led away from the severe precincts of truth by the ignes fatui of superstition. I have thought proper to premise thus much, lest the incredible tale I have to tell should be considered rather the raving of a crude imagination, than the positive experience of a mind to which the reveries of fancy have been a dead letter and a nullity.

After many years spent in foreign travel, I sailed in the year 18—, from the port of Batavia, in the rich and populous island [page 151:] of Java, on a voyage to the Archipelago of the Sunda islands. I went as passenger — having no other inducement than a kind of nervous restlessness which haunted me as a fiend. To read on


Texto completo de: El gato negro.

domingo, 18 de mayo de 2008

En el mes de las flores


ROMANCE DEL PRISIONERO

Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor;
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión;
que ni sé cuándo es de día
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba el albor.
Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón.

(Anónimo, s.XV)

jueves, 28 de febrero de 2008

Romance de las 8 hermanas



¡Cantares de Andalucía!..
¡Qué bien rima la guitarra
las sonrisas de Sevilla,
los suspiros de Granada
con el silencio de Córdoba
y la alegría de Málaga!
Almería, sus amores
sueña al pie de su alcazaba,
Jaén se adormece a la sombra
de un olivo y una parra...
Huelva, la heroica y altiva
Adelantada de España,
¡sueña con un Nuevo Mundo
en el seno de otras aguas!
Y Cádiz, la danzarina,
baila desnuda en la playa
más blanca en sus desnudeces
que las espumas más blancas.



Balada para los poetas andaluces de hoy

¿Qué cantan los poetas andaluces de ahora?
¿Qué miran los poetas andaluces de ahora?
¿Qué sienten los poetas andaluces de ahora?

Cantan con voz de hombre, ¿pero dónde están los hombres?
con ojos de hombre miran, ¿pero dónde los hombres?
con pecho de hombre sienten, ¿pero dónde los hombres?

Cantan, y cuando cantan parece que están solos.
Miran, y cuando miran parece que están solos.
Sienten, y cuando sienten parecen que están solos.

¿Es que ya Andalucía se ha quedado sin nadie
¿Es que acaso en los montes andaluces no hay nadie?
¿Que en los mares y campos andaluces no hay nadie?

¿No habrá ya quien responda a la voz del poeta?
¿Quién mire al corazón sin muros del poeta?
¿Tantas cosas han muerto que no hay más que el poeta?

Cantad alto. Oireis que oyen otros oídos.
Mirad alto. Veréis que miran otros ojos.
Latid alto. Sabréis que palpita otra sangre.

No es más hondo el poeta en su oscuro subsuelo.
Encerrado. Su canto asciende a más profundo
cuando, abierto en el aire, ya es de todos los hombres.


(Rafael Alberti, 1902-1999)
Puede oírse la versión cantada por Aguaviva en este interesante blog

jueves, 14 de febrero de 2008

El Amor

No me olvido de lo más importante. El AMOR.

No voy a hablar de él, muchísimos han escrito, me decanto por este poema:
Amor, amor, catástrofe.
¡Qué hundimiento del mundo!
Un gran horror a techos
quiebra columnas, tiempos;
los reemplaza por cielos
intemporales. Andas, ando
por entre escombros
de estíos y de inviernos
derrumbados. Se extinguen
las normas y los pesos.
Toda hacia atrás la vida
se va quitando siglos,
frenética, de encima;
desteje, galopando,
su curso, lento antes;
se desvive de ansia
de borrarse la historia,
de no ser más que el puro
anhelo de empezarse
otra vez. El futuro
se llama ayer. Ayer
oculto, secretísimo,
que se nos olvidó
y hay que reconquistar
con la sangre y el alma,
detrás de aquellos otros
ayeres conocidos.
¡Atrás y siempre atrás!
¡Retrocesos, en vértigo,
por dentro, hacia el mañana!
¡Que caiga todo! Ya
lo siento apenas. Vamos,
a fuerza de besar,
inventando las ruinas
del mundo, de la mano
tú y yo
por entre el gran fracaso
de la flor y del orden.
Y ya siento entre tactos,
entre abrazos, tu piel,
que me entrega el retorno
al palpitar primero,
sin luz, antes del mundo,
total, sin forma, caos.

Pedro Salinas.- La voz a ti debida (1933)

viernes, 21 de diciembre de 2007

Invierno

Pablo Neruda

Jardín de invierno

Llega el invierno. Espléndido dictado
me dan las lentas hojas
vestidas de silencio y amarillo.
Soy un libro de nieve,
una espaciosa mano, una pradera,
un círculo que espera,
pertenezco a la tierra y a su invierno.
Creció el rumor del mundo en el follaje,
ardió después el trigo constelado
por flores rojas como quemaduras,
luego llegó el otoño a establecer
la escritura del vino:
todo pasó, fue cielo pasajero
la copa del estío,
y se apagó la nube navegante.
Yo esperé en el balcón tan enlutado,
como ayer con las yedras de mi infancia,
que la tierra extendiera
sus alas en mi amor deshabitado.
Yo supe que la rosa caería
y el hueso del durazno transitorio
volvería a dormir y a germinar:
y me embriagué con la copa del aire
hasta que todo el mar se hizo nocturno
y el arrebol se convirtió en ceniza.
La tierra vive ahora
tranquilizando su interrogatorio,
extendida la piel de su silencio.
Yo vuelvo a ser ahora
el taciturno que llegó de lejos
envuelto en lluvia fría y en campanas:
debo a la muerte pura de la tierra
la voluntad de mis germinaciones.

martes, 13 de noviembre de 2007

Laberinto de Fortuna

Juan de Mena

Al muy prepotente don Juan el segundo,
aquel con quien Júpiter tuvo tal celo,
que tanta de parte le hizo del mundo
cuanta a sí mismo se hizo del cielo;
al gran rey de España, al César novelo,
al que con Fortuna es bien fortunado,
aquel en quien cabe virtud y reinado,
a él la rodilla hincada por suelo.

Tus casos falaces, Fortuna, cantamos,
estados de gentes que giras y trocas;
tus grandes discordias, tus firmezas pocas,
y los que en tu rueda quejosos hallamos,
hasta que al tiempo de ahora vengamos:
de hechos pasados codicia mi pluma,
y de los presentes, hacer breve suma;
dé fin Apolo, pues nos comenzamos.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Don Juan Tenorio

Parte Primera

Acto Primero


Escena Primera

Juan ¡Cuál gritan esos malditos!
Pero, ¡mal rayo me parta
si en concluyendo la carta
nopagan caros sus gritos!

(...)

Por dondequiera que fui
la razón atropellé,
la virtud escarnecí,
a la justicia burlé,
y a las mujeres vendí.
Yo a las cabañas bajé,
yo a los palacios subí,

yo los claustros escalé,
y en todas partes dejé
memoria amarga de mí.
Ni reconocí sagrado,
ni hubo ocasión ni lugar
por mi audacia respetado;
ni en distinguir me he parado
al clérigo del seglar.
A quien quise provoqué,
con quien quiso me batí,
y nunca consideré
que pudo matarme a mí
aquel a quien yo maté.

(...)

DON JUAN:
¡Cálmate, pues, vida mía!
Reposa aquí, y un momento
olvida de tu convento
la triste cárcel sombría.
¡Ah! ¿No es cierto, ángel de amor,
que en esta apartada orilla
más pura la luna brilla
y se respira mejor?
Esta aura que vaga llena
de los sencillos olores
de las campesinas flores
que brota esa orilla amena;
esa agua limpia y serena
que atraviesa sin temor
la barca del pescador
que espera cantando al día,
¿no es cierto, paloma mía,
que están respirando amor?
Esa armonía que el viento
recoge entre esos millares
de floridos olivares,
que agita con manso aliento;
ese dulcísimo acento
con que trina el ruiseñor
de sus copas morador
llamando al cercano día,
¿no es verdad, gacela mía,
que están respirando amor?
Y estas palabras que están
filtrando insensiblemente
tu corazón ya pendiente
de los labios de don Juan,
y cuyas ideas van
inflamando en su interior
un fuego germinador
no encendido todavía,
¿no es verdad, estrella mía,
que están respirando amor?
Y esas dos líquidas perlas
que se desprenden tranquilas
de tus radiantes pupilas
convidándome a beberlas,
evaporarse, a no verlas,
de sí mismas al calor;
y ese encendido color
que en tu semblante no había,
¿no es verdad, hermosa mía,
que están respirando amor?
¡Oh! Sí, bellísima Inés
espejo y luz de mis ojos;
escucharme sin enojos,
como lo haces, amor es:
mira aquí a tus plantas, pues,
todo el altivo rigor
de este corazón traidor
que rendirse no creía,
adorando, vida mía,
la esclavitud de tu amor.

José de Zorrilla

jueves, 30 de agosto de 2007

Pequeño descanso para una gran necesidad

Me encanta viajar, lo cuál no es costumbre extraña; es una afición bastante común. Sin embargo con mi familia no se daba el caso por lo que me resarcí con mi ex que era bastante viajero. Y después lampaba yo por hacer un viajecito y las dos ocasiones vinieron de forma intempestivas. nunca pensé que mi iría a Londres un verano con S. ni a Cantabria la primera semana de septiembre con C.

Así es, elegí Cantabria para pasar esta semanita bisagra entre clases y clases, entre la rutina de la academia y la novedad del cole.

Se me ocurrió después de pensar que ya era hora de que conociera el norte, traspasando la Cordillera Cantábrica y viera ese mar frío que tanto cito explicando mapas. Por la presencia del mar descarté La Rioja y por falta de motivación suficiente, Asturias y sobre todo Galicia.

Algo me dijo que Cantabria, tan chiquita me iba a gustar.

Tengo ganas de comprobar si Santander es tan pija y facha como la pintan, de ver las reproducciones de Altamira, de pasearme por Santillana del Mar (desde que oí aquello de que "ni es santa, ni es llana, ni está en el mar") y sobre todo quiero contemplar Castro-Urdiales (desde que me fascinó aquella foto del libro de Historia de 3º de Bup). Pero aún hay más, en 8 días visitaré 11 localidades de esta comunidad chiquita tan ligada a Sevilla.

Pues resulta que cántabros participaron activamente, entre otros, de la reconquista de Sevilla dirigidos por Bonifaz en la empresa de Fernando III El Santo. Y así me he llevado una sorpresa tan agradable al ver una una representación de la Torre del Oro en el escudo de la ciudad.

Sé que me llamará mucho la atención la piedra de las casas, los municipios recortados entre verdes prados, el románico que es uno de mis artes preferidos y tan inusual en el sur. ¿Me dará miedo el telesférico de los Picos de Europa? ¿Soportará mi maltrecha espalda las muchas horas de carretera? ¿Conseguiré relajarme y desconectar para llegar bien renovada?.

Ah, siento que vuelvo a mis orígenes, que me fascinará las iglesias románicas y con el Jubileo de Liébana, será una buen viaje.

-(por cierto, a alguien le apetece asistir un concierto de Mikel Erentxun y pasar el puente del Pilar en Barcelona? )-

Me despido, hasta la vuelta, con unos versos:

Gerardo Diego.- NORDESTE AZUL De” Alondra de verdad”

Nordeste azul, ¿de qué minas y gozos
de sal, de sol, de qué hébridas o antillas
acarreas tus risas, tus fablillas,
tus repentes de luz, tus alborozos?

Lámina azul sobre los verdes pozos,
riza, desriza, erízate en puntillas,
y vosotras, paced, brincad, loquillas,
cabritillas de nieves y retozos.

Francisco de Quevedo

Es mi casa solariega
más solariega que otras.
que por no tener tejado
le da el sol atodas horas



sábado, 18 de agosto de 2007

Garcilaso de la Vega - Soneto XXIII


En tanto que de rosa y d'azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad serena;

y en tanto que'l cabello, que'n la vena
del oro s'escogió, con vuelo presto
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena;

coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto antes que'l tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.

Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.

Escribo sobre

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