My phrasebook

Siempre recibimos cuando damos.

Una canción

lunes, 27 de abril de 2009

¡ Feliz Cumpleaños !


Pues eso, que es mi cumple, 28 + 5, o resucito o hago un milagro.

Me regalo el Sgt. Peppper de los Beatles (que con eso acierto seguro)





Y a todos los que me siguen de buen grado, les dedico esta canción:




domingo, 26 de abril de 2009

City Quiz (4)

Pista 1: es una isla

Es la isla de Lantau (Hong Kong)

City Quiz 3: York

jueves, 23 de abril de 2009

Mi librería

La vista se dirige invariablemente a dos grandes ventanales que dan a la calle. Uno a cada lado de la puerta como dos esfinges que saludaran al visitante de un templo de la sabiduría. Simétricos en sus medidas y en sus formas, ofrecen al transeúnte, peatón, andante, ciudadano, mirón, curioso, comprador, paseante; libros.

De arriba a abajo se suceden en perfecta armonía de tamaños y temas los libros. Los que son novedad, los que acompañan a cada época del año, los infantiles, los de temas locales, y los que invitan a leerlos.

Si uno alza la vista verá unas desvencijadas letras doradas con el nombre de la libería. Y comprobará que el local gira a su izquierda ofreciendo un tercer escaparate. Si no repara en él se perderá los rostros del celuloide que se asoman.

Un alegre tintineo nos saluda y entramos en una pequeña librería, oscura y atiborrada de libros en su justa medida, siempre ordenada aunque uno tarde en reparar en ello.

El olor a madera hace años que se perdió y el papel moderno de los libros resulta demasiado aséptico, así que huérfanos del sentido del olfato, nos vemos recompensados por la recreación visual y sensitiva. La vista recorrerá las paredes forradas de estanterías y los dedos juguetearán con las varas de las columnas móviles donde nos esperan los compactos de Anagrama, los ensayos de Tusquets y los autores fotografiados de Alianza.

Si me detengo en el centro de la estantería central, al final del pasillito formado por dos grandes mesas, descubriré por qué Audrey, Grant o Almodóvar me miraban mientras me tomo una cerveza en El Tremendo. Toda una estantería está dedicada a libros de Cine. Frecuento esta librería desde los 14 años y siempre he supuesto que el librero era tan cinéfilo que gustaba de ofrecer biografías de los grandes de Hollywood, colecciones de libros sobre los Oscar o técnicas cinematográficas y de actuación.

Pero también debe gustarle la Pedagogía. O fue un antiguo maestro. Si en la librería habita un Firmin tal vez sepa algo. Lo cierto es que justo enfrente de la puerta de la librería y ocupando nada menos que dos estanterías bien anchas se encuentra una sustancial colección de libros de pedagogía y didáctica de la educación, en todos sus niveles y variantes. Y enfrente como un correlativo mental, una de las mesas ofrece libros infantiles y juveniles, quedando la otra que está justo al lado de la entrada para las novedades editoriales. Casi nunca reparo en ella, me quedo con el buen sabor que me dejaron Auster, Baroja, Galeano.

Hemos llegado al mostrador, largo y macizo. Nos saluda M. a quien en mi adolescencia consideraba la mujer más moderna después de Alaska o nos llega el suave acento de Y. En raras ocasiones nos atiende el señor R., canoso, serio, de modales pausados y amena conversación.

Un nuevo tintineo me recuerda que pronto volveré a mi librería.

¿Hay un privilegio mayor que tener una librería como ésta en mi barrio? Temo el día que definitivamente se implanten los almacenes de libros.


Librería Reguera
c/Almirante Apodaca, 23
41.003 Sevilla

domingo, 19 de abril de 2009

¿Qué fue antes...?

Sí, es lo que están viendo: un edificio atravesado por una autopista. No hay truco. No es cosa del Photoshop, ni se trata del fotograma de una película futurista.

Es el Osaka Gate Tower Bulding también llamado The Beehive ("La Colmena") y se encuentra, no podía ser de otro modo, en Japón, en el distrito Umeda de la ciudad de Osaka. La Hashin Expressway es la autopista elevada que la atraviesa en los pisos 5, 6 y 7. El resto, son oficinas.

Si bien, no es el edificio más conocido e importante de la ciudad nipona (lo es el vecino Umeda Sky Building) y que no se trata de un rascacielos pues sus 16 pisos no sobrepasan los 72 metros, no deja de ser singularmente espectacular.

Hace tiempo que vi esta foto en Internet. No me costó saber a qué ciudad pertenecía pero tenía la curiosidad de su construcción. Se trataría de dilucidar si el edificio construido se vio invadido en sus entrañas de hormigón por las gruesas vías de acero de la autopista o la falta de suelo obligó a cubrir el paso de vehículos con ese caparazón de metal y cristales. Ni lo uno ni lo otro.


La historia se remonta a 1983 cuando una compañía maderera quiso erigir un edificio nuevo en un terreno ocupado por sus viejas oficinas, que el gobierno de la ciudad ya había destinado a la salida de una autopista con la licencia a la constructora de autopistas ya concedidas. Tras cinco años de ngociaciones entre ambas empresas se llegó a un acuerdo salomónico: construir edificio y autopista a la vez y en el mismo terreno.

La tecnología más sofisticada unida al diseño funcional y armonioso de Nishihara Yamamoto hicieron posible que concluyeran ambas obras en 1992. Son dos construcciones completamente independientes, cuyas estructuras ni se tocan, de manera que, los ruidos y vibraciones de la autopista no afectan a los trabajadores del edificio, y que, llegado el caso, cualquier parte puede ser demolida de forma independiente.

En esta foto, tomada a vista de Google, se observa el helipuerto que corona la azotea del octocaedro y la curva, peraltada, que hace la autopista en el interior.


¿Se animan a viajar por él?







Parece que todo sea posible en aquel país tan expuesto a los movimientos sísmicos y que necesita ganar terreno al mar. Una ciudad así, que nos recuerda a la Metrópolis de Fritz Lang despertará todo tipo de opiniones: a favor aquellos que lo consideren un avance y en contra aquellos que lo consideren una aberración. Tal vez ambas posturas sean, como esta construcción, compatibles.



He preferido explicar un poco la historia de este edificio pues además era fácil de googlear en qué ciudad se encuentra. El próximo domingo habrá cuarta edición del City Quiz.

viernes, 17 de abril de 2009

Ya tengo regalo de cumple

No fue sólo el tono grave de voz, sino el que me llamara por mi nombre, lo que me hizo girar la cabeza desde el respaldo del sillón donde de forma indolente me había tumbado a ver la tele.

La expresión de mi padre no era seria pero tampoco era festiva, acorde a lo que iba a decirme.

Aunque lo conozco bien, nunca me acostumbraré a esa disparidad que hay entre cómo me dice las cosas y lo que me dice. Si me llama por mi nombre y me mira fijamente a la cara, qué menos que rogar para que no sé de cuenta de que estoy sin zapatillas, que he dejado ropa en el baño o que realmente no he lavado los platos.

- El catedrático de Bellas Artes que es amigo mío me ha invitado a visitar...

- Yo quiero ir, yo quiero ir, yo quiero ir, yo quiero ir, yo quiero ir, yo quiero ir, yo quiero ir, yo quiero ir,yo quiero ir.

- ... y te he apuntado.

- ¿¿¿Voy???

- Sí, si tú quieres.

- ¡Pues claro que quiero ir! ¡Siempre he querido visitar eso!.

- Eso no lo conoce nadie.

- Tanto como nadie. El
Fidas organiza todos los años una visita pero siempre me viene mal de hora y hay que apuntarse con mucha antelación.

- Mi amigo nos invita a todos. El canónigo tal le debe muchas favores y mi amigo lleva a un arqueólogo para que nos los explique todo.

- ¿Qué amigos tuyos van?

- Pues ...

- ¡Ah!, los de siempre.

- Es el domingo antes de Feria.

- ¡Justo antes de mi cumpleaños!.

- Pues ya tienes regalo. Bueno aparte del dinero que te dé.

- La verdad es que es un regalo estupendo. Siempre he lampado por visitarlo. Me llevaré la cámara por si me dejan hacer fotos.



Os lo contaré y si puedo pondré fotos. Estoy deseando que llegue el día y espero que no se chafe, es una visita muy especial, os lo aseguro.

miércoles, 15 de abril de 2009

La Duquesa

A Lady Di le hubiera gustado

La Duquesa es la película de época/biopic de la temporada, basada en una novela, que se han sacado los ingleses de la manga para perpetuar el recuerdo de Diana. La Duquesa de Devonshire, nació como Georgiana Spencer y se crió en Althrop, el palacete familiar. Por tanto, de la línea colateral de su hermano descendía directamente Diana Spencer.

Realmente a ella le hubiera gustado y es esa premisa, a la vez, su mayor virtud y su peor defecto. La película, pese a contar con el trío Keira Knightley, Ralph Fiennes y Charlotte Rampling, ha recibido muy malas críticas y en los Oscar se conformó con una sóla nominación, que finalmente ganó porque estaba cantado: el mejor vestuario.

La vi el pasado fin de semana por mera curiosidad y pensando que quizás no la vería entera y la verdad es que no me disgustó. Keira hace una actuación realmente notable resolviendo la papeleta de llevar todo el peso de la película. Cierto es que se ha acomodado en papeles de época acostumbrándonos a verla con corsés y pelucas. Yo temía verla parlanchina y juvenil como en Piratas del mar Caribe, pero aquí se muestra bastante contenida. Quizás puede verse que demasiado contenida, pensando ella que un personaje de finales del siglo XVIII no puede exteriorizar todas sus emociones. El que realmente borda su papel es Fiennes, que nos deja más un poso de amargura que de antipatía, evitando caer en maniqueas posiciones de buena/malo de la película.

El problema del cine histórico no es otro, por muy soberbia que sea una película de ese género (que las hay), que el ojo humano que la rueda y realiza es del siglo XX/XXI. Igual pasa con con las novelas históricas cuyo éxito en forma de best seller proviene precisamente de la continua comparación que hace el lector de lo que lee con lo que vive u ocurre en su época. Eso no es óbice para que el cine se haya esmerado en trasladarnos a pretéritas edades, poniendo énfasis en la ambientación, cuyo mayor exponente es, siempre, el vestuario.

Para ser la tercera película de Dibb, no está mal el resultado. Quizás le falta maestría en los planos y sobre todo mayor dominio de la narrativa. El final por ejemplo es demasiado brusco y la película flaquea en su ritmo hacia la mitad después de un incio un poco prometedor.

Pero como decía al principio, a Diana (y a los que les cayó tan bien en vida y la añoran 11 años después) le hubiera encantado ver en el cine la vida de su antepasada. La misma que vivió un matrimonio de 3. Literalmente. No desvelo más por aquellos que vayan a verla. En el poster Keira aparece con los mismos ojos de cordero degollado que Diana lució en su entrevista-confesión de cuernos recíprocos. He tardado en ver la película precisamente por esa imagen y como a muchos esa comparación con la difunta es la que desanimaba verla. Cuando por fin la ves, hay momentos en que la Georgiana juvenil, apasionadamente enamorada, incomprendida por un marido que sólo tiene cariño por los perros te retrotrae a ella. Pero Georgiana deslumbró en su época no sólo por su belleza y su elegancia (Diana, querida, si Versace no te coge a partir de tu divorcio, aun pasearías con los trajes florales) sino por su influencia en el Whig Party. Tuvo aficiones literarias en forma de poemas y una manifiesta afición al juego y a la bebida. Estos aspectos que son los interesantes y los que la alejan definitivamente de su descendiente, son los que aparecen en breves pinceladas en la película. Se recrea demasiado en el triángulo amoroso, que ciertamente era peculiar, pero queda muy desdibujada la propia personalidad de la Duquesa, aunque como he comentado, es la protagonista absuluta.

Lo mejor: Aparte de acercarnos a la biografía de esta mujer diociochesca, las actuaciones de Fiennes y Keira. Y la escena del pequeño incendio.

Lo peor: publicitarla como la Diana del siglo XVIII. ¡Ni de coña!

lunes, 13 de abril de 2009

Pascua Florida

Acaba de celebrarse la Pascua (este año la cristiana ha coincidido en unos días con la judía o Pesaj) que culmina con la celebración católica más importante, si bien en nuestras latitudes el sobrecogimiento barroco ante el dolor predomina más que la alegría resucitadora.

Ese mismo alborozo es el que se sentía antaño cuando en días como un domingo o un lunes de Pascua se hacían descubrimientos geográficos como una isla en Oceanía o una península en el continente americano.

El nombre de Florida (o La Florida, como se llamaron en el siglo XVIII las quintas de recreo) que lleva el estado norteamericano, no se debe a la exuberante flora que muestre en sus pantanos de exóticas flores, sino a la fecha del calendario que lleva su avistamiento por Juan Ponce de León. Era un 2 de abril de 1513, pero no un lunes cualquiera, sino el de Pascua que en áquella época se conocía como Pascua florida, por coincidir con el incio de la primavera. Pero tampoco se trataba de un viaje cualquiera sino que se le atribuye ser uno de los primeros europeos en pisar el subcontinente norte americano junto a Giovanni Caboto que flanqueó el lado oriental de ese trozo de tierra del que Alonso Álvarez de Pineda mostró su continentalidad en 1519.



Y el nombre de Pascua que lleva esa isla de la Polinesia, igualmente se debe a la fecha del calendario que siguió el holandés Jacob Roggeveen. Era el 5 de abril de 1722, domingo y doblemente festivo, por eso la bautizó como Paasers en neerlandés y con el nombre de isla de Pascua, se conoce en todo el mundo. Así mismo, se conoce como Rapa Nui (isla grande), que no es el nombre indígena de la isla, como suele creerse, sino el dado por habitantes tahitianos. En lengua rapanui, recibe dos denominaciones indistintas: Te Pito ("El ombligo del mundo") y Mata Ki Te Rangi ("Ojos que miran al cielo"). El montañés Felipe G. Ahedo, fue el segundo europeo en pisar la isla que rebautizó con el desasusado San Carlos. Tras un controvertido proceso de compras de tierras por parte de Chile, actualmente la isla se halla en proceso de adquirir una mayor autonomía. Una isla misteriosa no sólo por su exótica ubicación, con un ecosistema muy genuino (tristemente devastado), sino por las archifamosas estaturas monolíticas de rostros mitológicos o moáis.


Post relacionado: Rodrigo Bastidas, un sevillano en Santa Marta.

jueves, 9 de abril de 2009

Ataviada de negra mantilla

viernes, 3 de abril de 2009

Semana Santa en Sevilla

La ciudad del río y el arenal, del héroe legendario y el conquistador histórico, de la hija santa y del hijo traidor, de la nieve única y el sol avencidado, del oro indiano y de la fiebre amarilla, del cruel y del justiciero, de la giganta y la tesela, es la ciudad de la penitencia y de la gloria, del recogimiento personal y de la reunión social, de la tradición y la modernidad siempre enfrentadas y nunca entendidas.

La Semana Santa de Sevilla recibe, hoy, tantos epítetos como ojos la contemplan, corazones la sienten y caminos la despiden.

Suele decirse que es difícil explicar qué es la Semana Santa de Sevilla. Yo haré el intento. Pensando en aquellos lectores ajenos y totalmente desconocedores de esta realidad, la definiré como una de las fiestas principales de la ciudad de Sevilla. No digo la principal pues nuestro dualismo queda subrayado en dos fiestas -Semana Santa y Feria de Abril-, aparentemente antagónicas que, sin embargo, siempre han trasncurrido fraternizadas.

Un fiesta religiosa que se celebra en el momento del año que la liturgia católica conmemora la Pasión, Muerte y Resurreción de Jesús. Siguiendo los pasajes evangélicos, desde que el Señor entró aclamado en Jerusalén en vísperas de la pascua judía, pasando por su proceso de acusación por los sumos sacerdotes hebreos, su encarcelamiento, padecimiento físico, hasta su muerte en la cruz y resurreción a los tres días como anunció.

Una fiesta artística que recoge la tradición secular, que hunde sus raíces en la Edad Media y culmina en el Barroco, de hacer estación de penitencia en forma de procesión por las calles con imágenes que representan los pasajes evangélicos mencionados. Los artistas más renombrados esculpieron inspirados los rostros del Señor y de su madre, la Virgen María, bajo las múltiples advocaciones con que el pueblo les ha dado culto, rezado y proclamado.

Y aunque los cultos los oficia el clero, ha sido la piedad y religiosidad popular quien se reunió en torno a esas advocaciones naciendo así las hermandades o cofradías (*), que son asociaciones cristianas que dan culto a una imagen como testimonio público de fe además de realizar acciones de caridad.

Una fiesta celebrada en numerosos puntos de la geografía española como espejos sin imagen reflejada pues la idiosincrasia de cada lugar las convierte en únicas; si bien se contrasta la sobriedad castellana con la emotividad andaluza. Y como toda cultura ha desarrollado a su alrededor variopintas costumbres gastronómicas (pestiños, torrijas, bacalao) aí como de ropa (quien no estrena el Domingo de Ramos no tiene mano).

En Sevilla, los números suelen ser los protagonistas como parte de nuestra vanidad ombliguista que nos legaron aquellos de fazer un templo tan grande que nos tomen por locos: más de sesenta hermandades, miles de nazarenos, siglos de antigüedad en fundaciones e imágenes, calles abarrotadas, kilómetros recorridos, dinero que gastamos y se gasta. Porque ha trascendido fronteras convirtiéndose en fiesta turística o al menos en reclamo de tal.

Una fiesta que es una estampa, una mirada congelada en el tiempo en forma de fotografía o pincelada de sentimiento en el recuerdo del corazón, un sentimiento siempre a flor de piel, un requiebro que surca el aire desde miles de gargantas enmudecidas, una sintonía de tambores y de pisadas racheadas, un trocito de cielo envuelto en incienso y azahar, una imagen que expresa mil palabras que se le dirige, unos ojos anónimos que se encuentran con los que siempre le mira. La Semana Santa en Sevilla es una calle, un barrio, un cielo, un momento, un encuentro, una oración, un gozo y una inexplicación.

Fiesta religiosa, cultural y momento vacacional. Extraña conjunción, ¿no creen?. Tema de conversación sempiterno para muchos, motivo de desconcierto para otros muchos, imagen de una ciudad real y deformada, anquilosada y creciente. Podríamos concluir con un definitivo cada uno la vive a su modo.

Pero surgen interrogantes: ¿Semana Santa sin fe? ¿sevillanos fuera de Sevilla esos días? ¿celebración litúrgica sin pasos? ¿entrar en una iglesia sólo en esta época, rezar sólo un día? e incluso, ¿recorrer callejuelas intramuros sólo esa semana?.

La Semana Santa en Sevilla tiene un carácter marcadamente familiar, pues pertenecer a una hermandad, acompañar a la imagen como nazareno o sacar un paso como costalero se remonta en muchos casos a bisabuelos y se transmite a bisnietos. Se acentúa en ella los ritos, pues es una ceremonia compuesta por miles de detalles desde los imperceptibles de montar la parihuela de los pasos a los solemnes de los cultos principales. Es una experiencia intimista de comunión entre el hijo y el Padre.

La Semana Santa puede estar llena de sentido pero también vacía. Es el sentido que dé a la vida la que lleva a vivirla de un modo u otro. Hay navidades y semanasantas todo el año cuando aprendemos a ser humildes, a perdonarnos, a ver a la otra persona como hijo de Dios y por tanto hermano. Hay Semana Santa en una calle agolpada de gente donde un penitente se deja interpelar por Dios hecho hombre; hay Semana Santa cuando la cruz de madera se abraza en la vida en forma de sacrificio y humildad; hay Semana Santa cuando nos mira el Amor, el Dolor, la Esperanza y nos invita a abandonarnos en la Providencia con con la confianza de quien es amado.

La Semana Santa es encuentro: en la familia, en la amistad, en la calle, en la ciudad. Es un encuentro con Él y con Ella. Creemos que salimos a ver y nos encontramos con la mirada siempre paciente. Creemos que dura una semana y es una vida llamada a ser eterna.

La Semana Santa en Sevilla es multitudinaria y bulliciosa, silenciosa y enmudecida, múltiple y única. Explicada tantas veces sin dejar de ser un misterio. Una manifestación de amor, para que nos amemos todos, sin distinciones.

(*) Etimológicamente significan lo mismo: hermandad viene de germanus (hermano carnal) y cofradía viene de cum fratre (con el hermano). Pero existe una diferencia jurídica tradicionalmente establecida en el Derecho Canónico, y que reogió el Código de Derecho Canónico (el actual no hace distingos y sólo habla de asociaciones de fieles en general): "Las asociaciones de fieles que han sido erigidas para ejercer alguna obra de piedad o de caridad, se denominan pías uniones; las cuales, si están constituidas a modo de cuerpo orgánico, se llaman hermandades". "Y las hermandades que han sido erigidas además para el incremento del culto público, reciben el nombre particular de cofradías". Es decir, una corporación entre cuyos fines tenga rendir culto público -normalmente a una o varias imágenes- debería denominarse siempre cofradía; pues hermandad es aquella asociación cuyo fin exclusivo es la caridad (pía unión si no está organizada corporativamente). Archicofradía es un rango superior de cofradía que otorga la Santa Sede y que permite crear filiales que participen de los privilegios de la Archicofradía Primaria o de una Confraternidad universal.






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Desde mi blog os deseo a todos una buena Semana Santa. Dejaré dos entradas programadas y volveré el lunes de Pascua.

¿Qué tienen en común?

Ambos nacieron el 3 de abril de 1924

Marlon Brando falleció en 2004 pero Doris Day, a sus 85 años, sigue conservando su sonrisa y volcada en el cuidado de animales abandonados.

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