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Una canción

miércoles, 26 de marzo de 2008

¡Hola!

No me he levantado hoy especialmente festiva como para suscribir un post de salutación ni voy a a recordar aquel saludo floral de Barcelona '92, sino que voy a escribir sobre la revista ¡Hola!. Me temo que el asunto parecerá frívolo y a pocos interesen pero soy una ¿fiel? lectora de la conocida revista española.

Y para empezar, un poquillo de historia. No es la revista más longeva ni la decana. Lo es Semana y cinco años después, en 1945 (tiene la edad de mi augusta madre, sí fidelísima lectora), nació en la calle Muntaner de Barcelona esta publicación de la mano del matrimonio formado por Antonio Sánchez (fallecido) y Mercedes Junco (muy en activo). De forma ininterrumpida ha estado en los quioscos españoles cada semana. Hasta hace poco lo hacía un día después a la salida actual pero yo sigo comprándola los jueves, no por su cercanía al finde sino porque a veces se atrasa en esta capital de provincias en la que vivo como diría Corín Tellado. Sí, también he leído novelitas suyas. Ya ven que soy capaz de postear sobre el Hola sin sonrojarme y que soy un primor de sinceridad si confieso lo que he leído.

He nombrado a mi madre. A ella le debo el genio vivo, la imaginación, el tono alto de voz que tengo (eso casi un eufemismo, pues ambas somos gritonas cuando nos acaloramos, frente a los témpanos de la family: mi padre y hermana), lo intuitiva que soy, el amor a la lectura y a la Historia. Y el ser aficionada al Hola, aunque sea mi hermana mucho más constante y leal que yo. Mi madre compra y lee el Hola (leer sólo no basta, para eso están las peluquerías y las consultas médicas) desde jovencita. Jerez, años 60. Para situarnos, en lo que era un pueblo grande de señoritos, gitanos y trabajadores donde llegabarían tres ejemplares. De hecho a mi madre se lo reservaban en el quiosco y de las "grandes portadas" que recogían los grandes acontecimientos dignos de recordar tuvo afición de guardar ejemplares como mejor efemérides. En la casa de José Laguillo, en cajones de armario están, que recuerde, la muerte de Kennedy, las muertes de sucesivos Papas, la exclusiva de la Pantoja viuda y las bodas de los hijos del rey.

Mi padre siempre nos ha "criticado" a las tres por leer las revistas y luego lo pillábamos in fraganti con una en la mano aparte de estar al día del que ha puesto los cuernos, es maricón o ha dejado embarazada a tal (perdonen las expresiones, pero son sus palabras :D).

Comúnmente denominadas como "revistas del corazón" o "prensa rosa" este tipo de revista y sus congéneres que ya ven llevan tiempo existiendo pero cuya temática "casi" reservada a ellas se ha puesto de moda desde hace una década. Digo casi porque TVE tuvo en los 80 el programa "Bla, bla, bla" que recuerdo perfectamente y de Beatriz Cortázar antes de ver sus mechas de contertulia sabía de sus secciones fijas en el extinto "Blanco y Negro". A mi esta situación me hace gracia: el repentino interés por el famoseo, sobre todo cuando pretenden "descubrir las Américas" con cosas que sé de las revistas desde que tengo uso de razón y que la gente en su mayoría caigan en la postura hipocritilla de mi progenitor de criticar lo deleznable y satisfacer su curiosidada escondidas. O el absurdo de hablar de "telebasura" cuando lo más democrático es apagar el mando.

La revista ¡Hola! es bastante singular y de las más denostadas. Suele caracterizarse por recoger millonarias exclusivas manteniendo a golpe de talón a vagos nacionales como Isabel Preysler. La difunta Encarna Sánchez decía o yo oía desde la cocina la radio de mi progenitora (con este post me parezco a Isabel Allende exorcizando los demonios familiares, jeje; tendré que postear sobre la magnífica biblioteca familiar que heredaré) que "nadie salía mal o feo en el ¡Hola!". Y es así, según el fundador, la revista, nacida en la posguerra mundial, no hay que olvidar, trataba sobre "la espuma de la vida". Se supone que leyéndola se te olvidan las penas y uno entra en un mundo de belleza, poder, dinero, glamour y celebrities.

Esto último es discutible, sobre todo en los últimos años. Mi madre dice que antes salían actrices y realeza, mientras que ahora puede ser portada una chica vulgar y soez (Peñafiel, me apropio de tus palabras) que se quedó embarazada de un torero, o lo que es peor, la madre del mismo por hacerse un lifting en la cara (¡señora! aunque la mona...). Cuentan que Dior rechazó la publicidad de las primeras páginas (a un millón de euros) ante semejante ordinariez. Pero al margen de tales personajes televisivos y que gustan a la gente (o que sólo conocen) y salteándome lo monárquica y aduladora que es (experta en guardar fotos como el top less de Lady Di), diré por qué me gusta ojearla.

Un inciso: no suelo leera entera. Mi hermana es la única que lo hace de cabo a rabo. Pero me pasa con todas las publicaciones desde el Magazine de El Mundo hasta el Fotogramas, que leo determinados reportajes y no siempre en la misma semana.

La revista tiene un formato ligeramente más grande en vertical que el resto lo que gana en portada que son siempre muy ordenaditas con sus recuadros y cuando sólo aparece una noticia no te cortan la foto con letreros y más imágenes. No me gustan las publicaciones tan apriñacadas en sus portadas y en el interior, que marean a la hora de leer y que no dejan una foto entera. Lo mejor de Hola son sus fotos, grandes, de cuerpo entero de muy buena calidad en primer plano o con teleobjetivos. Tienen una plantilla de fotógrafos propios y eso se nota. Y también me gusta por lo internacional que siempre ha sido. Y lo seria que es para temas no del corazón. Tiene dos secciones que me gustan mucho: la de entrevistas a mujeres de gobernantes y gobernantas (cada vez más, por fortuna) y las de casas. Se aprende muchísimo y para mí el conocimiento está en todas partes. ¿O a santo de qué iba a saber yo que la patrona de Mónaco es Santa Dévota?.

En 1988 sacaron el Hello! por lo que la casquivana Lady Di fue lo primero en preguntar en su viaje a España, y que se ha consolidado frente a Oh La! que duró de 1998 a 2004. Después vinieron ediciones en México y otras rarísimas como las de Grecia, Rusia, Ucrana, Bulgaria, etc. Se comprende que allí cubre el hueco para los que se pirran por los cotilleos. En Estados Unidos se vende la versión originaria en español, principalmente en Miami, pero allí no es fuerte ante auténticos magazines como People o sobre todo Vanity Fear para mí es de las mejores con la estupenda Annie Leibovitz.A veces compro Semana que suele traer reportajes más pequeños pero más variados y rara vez Lecturas. Diez Minutos me parece muy cani y Pronto es una de las revistas más pésimas que hay (peor que Nuevo Vale). Jamás ponen una portada auténtica, todo es fotomontaje. También he comprado In touch y Coure, dirigidas a un público joven que se fijan mucho en Hollywood y suelen ser divertidas. Las de belleza y estilo me aburren porque las veo muy alejadas de mí, no suelo utilizar una revista para truquitos ni baso mi look en ellas.

Actualmente el mercado está saturado. Las cinco majors sufrieron la competencia de la tele, desde el pionero "Corazón de" hasta el decapitado "Aquí hay tomate". Y luego multitud de revistas han proliferado como setas hasta un total de 27. El grupo Zeta siempre ha intentado derribar del podio a Hola. Cuando Jaime Peñafiel salió despechado como redactor jefe le pusieron todas las facilidades para que fundara "La Revista" que duró poquísimo. Tras el intento del gupo Vocento que sacó Gala y Hola contratacó con Diva que nade recuerda, ahora apuestan por Ok! en su versión española. Es una revista británica que nació en los 90 para hacer frente a Hello! y lo ha ido consiguiendo. Hace unos años protagonizaron un enfrentemiento por las fotos de la boda Catherine Zeta-Jones & Michael Douglas en la que la revista patria salió malparada. La directora será la ex de Diez Minutos, Maribel Escalona a quien he visto en la tele como una "enterá". Aquí se puede ver más.

El otro día vi publicidad de Hola en las marquesionas del bus y me dije, es la primera vez que lo hace, y luego vi un anuncio en la tele. A su vez esta semana la campaña fuerte la ha protagonizado Ok.

Hoy compraré ambas. Ya ven el precio de salida y ambas portadas: gemelos de Jennifer López vs. gemelos de la modelo Nieves Álvarez. Lo que no sale es el regalo que hace Hola: una camiseta exclusiva diseñada por Ángel Schlesser, bastante chula, aún guardo la de Vittorio & Luchino por los 60 años.

Es evidente que JLo tiene más tirón y una novedad siempre atrae pero no es exclusividad auténtica como yo digo pues ya había visto a Max y Emme (Maximiliano y Emilia) en la portada de People que es la que ha se ha adelantado. Lo exclusivo es ser el primero en el tiempo.

Y el tiempo dirá si Ok! se consolida en España o es fagocitada por ¡Hola!...

jueves, 7 de febrero de 2008

Las ventajas de leer el ¡Hola!

Coincidió conmigo en entrar pronto en la sala de embarque del Aeropuerto de Jerez y desde que vi a aquel gordito con barbas y camisa pija me dije que era Lorenzo Caprile. Pero tan pronto lo observaba pensaba que aquel aspecto anodino también correspondía a uno de los maridos de Escena de Matrimonio, por tanto no me imaginaba que fuera el modisto. Al final dejé de echarle cuenta.

Pero cuando llegué a mi asiento del avión allí estaba el hombre, plácidamente sentado. Al rato, me adelanté en pedirle prensa a la azafata y me fijé que también prefería El Mundo. Y pude ver como dejaba aparte el monográfico sobre el arquitecto renacentista Vandelvira (al que tendría que dedicarle un post, de hecho lo pensé). Y nuevamente me obstiné en que era él, así que me volví.

-¿Lorenzo?

- Sí.

No. Digo que esperaba un no, o una mirada de "usted se ha confundido".

- Lorenzo...

El hombra asiente educadamente y yo completo el nombre.

-... Caprile.

Y me muestra una mano grandota que acepté con ademanes cohibidos.

De repente, como si de un resorte parlanchín que tuviera el asiento se tratara o cobrar vida cual Pinocho, reacciono de mi propio asombro al acertar con mi fashion-cábala y un chorro de comentarios propios de muchas lecturas de ¡Hola! salen de mi boca, hablando atropelladamente y haciendo sonrojar por poco al pobre hombre.

- Usted hace unos trajes de novia preciosos... los corpiños italianos.. oh! son chulísimos. Sí, sí, le sigo desde la boda de la niña ésta..

Me da rabia que no me salga el nombre pero lo consigo.

- ... Carla Villa-Royo [logro trabucar el nombre] y...

- ¡Huy! De éso hace muchos años.

- Sí, pero ahí se dio a conocer - digo yo ufana de demostrar mi bagaje en la moda. - Ya luego están otros trajes de novias como el de la infanta Cristina o los que le ha hecho a Leticia.

Creí percibir un leve respingo al sacar yo el nombre. Creería que iba yo a marujear de la Leti, pero no, mi asombro salió a la luz.

- Pues lo vi antes y lo reconocí enseguida pero me asombra que esté usted aquí, tan sencillo, ¡ay! cuando se lo diga a mi hermana. En fin, buen viaje.

Cuando aterrizamos se ofreció a bajarme el abrigo pero rehusé. Quería contárselo a mi compañera de viaje que estaba sentada más delante. Cuando logré verla, le guiñé el ojo para que se diera cuanta aunque me imaginé que no lo reconocería. Emepcé a simular que cosia señalando la palma de mi mano. El hombre debió darse cuenta y cuando ya enfilamos el pasillo le dije.

- Suerte en las próximas colecciones.

Pero qué propia soy yo.

Para aquellos que no lo conozcan, Lorenzo Caprile es un modisto español de origen italiano especializado en trajes de novia que se caracterizan por resaltar el talle femenino. Ha estudiado durante muchos años los corpiños y demás trajes de la Nápoles del siglo XVIII (región que bajo la Corona Española vivió una epoca de esplendor similar a la versallesca). Se dio a conocer por el traje que le hizo a Carla Royo-Villanova, quien es la mujer de Kubrat, uno de los hijos del rey Simeón de Bulgaria (reconvertido ahora en Presidente, pero éso es otra historia).

Después hizo el traje de novia de la Infanta Cristina que para mi gusto llevaba un escote demasiado bajo y recto y un cuerpo excesivamente ceñido, en especial las mangas que daban la sensación de incomodidad. En cambio, el diseño de los pajes sí me gustó.

El traje estilo art-decó que lució Letizia Ortiz y con el que debutó ante la realeza europea también era suyo y entre mis preferidos se encuentra el conjunto de dos piezas que lució en Nueva York.



* Para ver los trajes que le ha confeccionado a Leticia Ortiz, ver enlace.

* Si te interesan consejos de novias, puedes leerlos aquí.

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