
Escribo este post en el día clave pero a escasa distancia horaria del gran acontecimiento futbolístico que tiene lugar hoy.
Hace poco más de un año posteaba sobre la Liga, sobre su taquicárdico fin, a costa de los sufridores béticos, más famosos en esa cuestión que los homónimos concursantes del 1,2,3. Lamentablemente nada ha cambiado porque, valga la redundancia, lamentable ha sido la trayectoria liguera de este Betis agónico, naúfrago desde hace años y arrastrado latimosamente a puestos de descenso para salvarse milagrosamente (no por el Gran Poder, que atiende a los auténticos pobres de necesidad) sino por pura suerte (y quién sabe si a golpe de talonario, yo es que soy mu mal pensá y Lopera sólo sirve para eso).
No recordaba quién ganó la liga el año pasado y tras preguntárselo a mi padre me extrañó que fuera el Madrid. Creía que su crisis duraba de más tiempo (casi tanto como la pepera). Pero haciendo memoria, de la propia, sin acudir al Google, recordaba que tras una liga irregular se alzó con el premio. Son raras las crisis madridistas. No en cuanto a lo espaciado que ocurran en el tiempo o que no ocurran. Son raras por lo escasa de su duración y sobre todo pr la facilidad, al menos aparente, con que se resuelven. En un plis plas. El domingo pierden, el lunes sale chanchullo de la asamblea, el martes habla el presidente, el miércoles dimite, el jueves hay nuevo presidente, el viernes entrenan y el sábado ganan. ¿Y el domingo? A rodar anuncios sus jugadores. Y la última jugada de Florentino sí que ha sido visto y no visto. Si no te enteras por los medios de comunicación, no parece que hayan tenido una crisis. ¡Eso es tener soluciones, hoygan!
Hace poco más de un año posteaba sobre la Liga, sobre su taquicárdico fin, a costa de los sufridores béticos, más famosos en esa cuestión que los homónimos concursantes del 1,2,3. Lamentablemente nada ha cambiado porque, valga la redundancia, lamentable ha sido la trayectoria liguera de este Betis agónico, naúfrago desde hace años y arrastrado latimosamente a puestos de descenso para salvarse milagrosamente (no por el Gran Poder, que atiende a los auténticos pobres de necesidad) sino por pura suerte (y quién sabe si a golpe de talonario, yo es que soy mu mal pensá y Lopera sólo sirve para eso).
No recordaba quién ganó la liga el año pasado y tras preguntárselo a mi padre me extrañó que fuera el Madrid. Creía que su crisis duraba de más tiempo (casi tanto como la pepera). Pero haciendo memoria, de la propia, sin acudir al Google, recordaba que tras una liga irregular se alzó con el premio. Son raras las crisis madridistas. No en cuanto a lo espaciado que ocurran en el tiempo o que no ocurran. Son raras por lo escasa de su duración y sobre todo pr la facilidad, al menos aparente, con que se resuelven. En un plis plas. El domingo pierden, el lunes sale chanchullo de la asamblea, el martes habla el presidente, el miércoles dimite, el jueves hay nuevo presidente, el viernes entrenan y el sábado ganan. ¿Y el domingo? A rodar anuncios sus jugadores. Y la última jugada de Florentino sí que ha sido visto y no visto. Si no te enteras por los medios de comunicación, no parece que hayan tenido una crisis. ¡Eso es tener soluciones, hoygan!

¿Hará triplete? Sería antológico, una borrachera de cava, una sucesión de algarabía, un récord digno del Guinness. Una alegría, en definitiva, para los culés. Por cierto, culé es culo, porque el muro del Vell Camp era tan bajito que desde la calle se veía asomarse los traseros de los seguidores.
Y yo me siento feliz por la noticia porque siento enorme simpatía por el Barcelona. No podía ser de otro modo con un abuelo del Barça y leyendo Zipi y Zape desde los tres años.
Unos tebeos donde la palabra del equipo ni de la ciudad nunca sale. En realidad habría que esperar al especial Mundialete'82 que dibujó Escobar donde ya aparecen los nombres de los equipos. Antes era Don Pantuflo el que castigaba a los gemelos al cuarto de los ratones porque habían pintado el cuarto con franjas blaugranas.
Lo de mi abuelo es otra historia, nunca mejor dicho. Para empezar, cada vez que me regalaba dinero me hacía pasar por el cuestionario futbolero de "¿Qué 3 equipos nunca han estado en 2ª División?" A lo que yo contestaba invariablemente: "Madrid, Barça y Athletic de Bilbao".
Mi abuelo Diego dentro de su marcada personalidad no se consideraba a sí mismo futbolero. A mí, de chica, su afición se me antojaba cosa extraña porque ni es catalán ni vivió allí. Así que le preguntaba el por qué y su respuesta no era otra que "Yo no soy del Barça, me gusta el juego del Barcelona". Ya ven que mi abuelo no se andaba con florituras sino que apuntaba a lo técnico. Si ahondabas y le preguntabas por el Madrid me decía que no le gustaba su juego, cómo cogían la pelota, cómo iban por la banda y tecnicismos varios, para concluir con que no tenían un juego bonito. A diferencia del Barça. Su juego siempre fue, invariablemente, de su agrado, o desde que lo patentaron siguieron con él como una fórmula mágica.
Y yo me siento feliz por la noticia porque siento enorme simpatía por el Barcelona. No podía ser de otro modo con un abuelo del Barça y leyendo Zipi y Zape desde los tres años.
Unos tebeos donde la palabra del equipo ni de la ciudad nunca sale. En realidad habría que esperar al especial Mundialete'82 que dibujó Escobar donde ya aparecen los nombres de los equipos. Antes era Don Pantuflo el que castigaba a los gemelos al cuarto de los ratones porque habían pintado el cuarto con franjas blaugranas.
Lo de mi abuelo es otra historia, nunca mejor dicho. Para empezar, cada vez que me regalaba dinero me hacía pasar por el cuestionario futbolero de "¿Qué 3 equipos nunca han estado en 2ª División?" A lo que yo contestaba invariablemente: "Madrid, Barça y Athletic de Bilbao".
Mi abuelo Diego dentro de su marcada personalidad no se consideraba a sí mismo futbolero. A mí, de chica, su afición se me antojaba cosa extraña porque ni es catalán ni vivió allí. Así que le preguntaba el por qué y su respuesta no era otra que "Yo no soy del Barça, me gusta el juego del Barcelona". Ya ven que mi abuelo no se andaba con florituras sino que apuntaba a lo técnico. Si ahondabas y le preguntabas por el Madrid me decía que no le gustaba su juego, cómo cogían la pelota, cómo iban por la banda y tecnicismos varios, para concluir con que no tenían un juego bonito. A diferencia del Barça. Su juego siempre fue, invariablemente, de su agrado, o desde que lo patentaron siguieron con él como una fórmula mágica.

Retomando la cuestión futbolística, lo más destacable de su trayectoria ha sido su constancia y regularidad. Hace un año a Laporta le pusieron una moción de censura que salvó in extremis (los equipos de fútbol van a parecer más democráticos que nuestra joven y rancia democracia) y sorprendió su fichaje como entrenador de Pep Guardiola. Sin entender en demasía (mi futbolitis es de espectáculo, no de técnica) me pareció muy verde y escaso aval el haber subido de categoría al filial.


¡Molta sort!