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martes, 29 de julio de 2008

Rodrigo Bastidas, un sevillano en Santa Marta

A los rimbombantes nombres que recibieron tierras americanas de conquistadores españoles, que rezumaban tal patriotismo, se sumaban un interminable colorario de nombres religiosos que unían indeleblemente el territorio con una fecha.

"Hoy es 29 de julio. Te llamarás Santa Marta"

No, no se trata de la inauguración de ese bar de veladores en placita placentera y de meros empanados que unos hermanos regentan desde hace décadas.

Algo así debió decir Rodrigo de Bastidas al fundar un emplazamiento situado entre el cabo de la Vela y el río Magdalena. Lo cuál era realmente muy cómodo e incuso evitaba ínfulas de grandeza si el susodicho conquistador se empeñaba en dejar su nombre para la posteridad.

Que la actual ciudad sea un enclave paradisíaco del Caribe y bellamente enclavado ante majestuosas sierras colombianas, le añade el valor de hospedaje que tiene la santa anfitriona. Aquella quejosa ante el Señor de que su hermana María no supiera hacer ni un puchero y ella no recibiera ni un cumplido de sus torrijas.

Os propongo un viaje en el tiempo para descubrir a este sevillano conquistador y un viaje en el espacio para refrescarnos en tan cálida localidad:

El trianero Rodrigo Galván de las Bastidas (1445-1527) tras desempeñar el oficio de notario, acompaña a Colón en su segundo viaje (1493) consiguió licencia para descubrir islas o tierras no visitadas por Colón u otros navegantes, así como tierras no pertenecientes a los portugueses, desde las costas del Cabo de la Vela en Coquibacoa. Partió en 1501 y le acompañarían Juan De La Cosa y Vasco Núñez de Balboa.

En ese viaje descubrió las costas de Colombia y las bahías de Santa Marta, Cartagena y Cispatá, llegó a las costas panameñas (en la actual Comarca de Kuna Yala) después de haber recorrido el litoral venezolano y descubierto el río Magdalena y el Golfo de Urabá, continuó con su tarea exploradora y descubrió el istmo de Panamá, recorrió los puertos de Retrete y Nombre de Dios y mandó hacer un puerto, El Escribano. Sin embargo, al tener las naves en muy mal estado, regresa a la isla La Española (actual Santo Domingo), donde estaba la principal base de operaciones de los nautas españoles.

Al llegar a las costas de La Española, una de sus naves naufraga, pero logra salvar parte de su carga (que se trataba en mayor parte de oro). En esta isla es acusado de negociación ilegal con los indígenas. Después de ser procesado en 1502 por Francisco de Bobadilla (que también procesó a Colón) es declarado inocente de los cargos y una vez pagados los derechos a la Corona, los Reyes Católicos le otorgan el cobro de una renta anual sobre la producción de la provincia de
Urabá y Cenú.

De regreso al continente y tras vivir un tiempo en Santo Domingo, decide poblar la isla de Trinidad, pero Diego de Colón la reclama ante la Corona. Realiza una nueva expedición por toda la costa norte de Colombia y en 1525 (tal día como hoy), funda la ciudad
Santa Marta entre el Cabo de la Vela y el río Magdalena, considerada por algunas la primera ciudad continental de América que aún existe. (Para otros sería la venezolana Cumaná)

A diferencia de los demás conquistadores, Bastidas quería estableceerse definitivamente en ese territorio. Debido a esta determinación, sus ideas sobre la esclavitud y los métodos utilizados para la extracción de recursos eran contrarios a la de la mayoría de sus otros competidores, por lo que tuvo serias diferencias con los otros españoles por la repartición de los bienes, en una conspiración dirigida por su lugarteniente
Juan Villafuerte, cae mortalmente herido. Intenta volver a La Española y el 28 de julio de 1527, al anclar en Santiago de Cuba, fallece. Sus restos reposaron en Santo Domingo hasta que a mediados del siglo XX fueron trasladados a Santa Marta por petición del gobierno local y reposan actualmente en la Catedral de la ciudad.




Santa Marta es una ciudad colombiana, capital del departamento de Magdalena. Su ubicación privilegiada entre la Sierra Nevada de Santa Marta, con las mayores cumbres del país, y el Mar Caribe, la hacen sumamente atractiva.

No sólo es enclave típico caribeño sino que ofrece el atractivo de mostrar la inmensa variedad de fauna y flora que hay en la zona, así como su antiquísimo pasado que entablan los Tayrona. Éstos tuvieron gran influencia en la costa atlántica, y estaban localizados en las faldas de la Sierra Nevada de Santa Marta en su vertiente norte formando núcleos de población con numerosos habitantes. Su economía era esencialmente agrícola; cultivaban maíz, balata, piña y otros productos con avanzada técnica, sistema de terrazas y riegos. Intercambiaban sus productos con otras tribus indígenas del interior del país, pues hasta las esmeraldas llegaron a la costa, además de explotar la sal y trabajar el oro.

Un hecho histórico que llena de orgullo a los samarios es que a las afueas de la ciudad fue donde falleció Simón Bolívar. Y en la actualidad, es la ciudad de Carlos Vives, quien dio a conocer el ballenato.

La variedad paisajística es, como he indicado, la principal característia de La Perla de América como fue llamada en el siglo XVIII por el padre Antonio Julián. Y es lo que hoy recalca, en su promoción turística, el lema La magia de tenerlo todo. A las blancas playas de aguas cálidas y cristalinas se asoman los macizos montañosos de una sierra muy abrupta que bordea la costa y que supera los 5000 metros siendo la cordillera costera más alta del mundo. Desde el macizo nacen numerosos ríos que atraviesan tantos bosques secos como bosques húmedos tropcales. Uno de ellos, el Manzanares, discurre por la ciudad desembocando en la popular playa Los Cocos. Otra playa muy conocida es esta, la de Los Arrecifes.


Sugerencia de verano (2): un dominguito de verano, acércate a primera hora de la mañana a la plaza de San Andrés y puedes visitar un pequeño templo restaurado del Gótico-Mudéjar sevillano dondefu bautizado Valdés Leal y que acoge una de las hermandades jóvenes más serias de la Semana Santa, Santa Marta. Bien como aperitivo, bien por la noche, puedes tomarte una cervecita en el bar homónimo (el Albero Amarillo de Lasso de la Vega, uno de mis prefes, lo cerraron), tras haber pasado la tarde con la lectura de Naufragios, el relato de Alvar Núñez Cabeza de Vaca de sus singulares y catastróficas expediciones.

Fuentes: Galeón

5 Comments:

Anónimo said...

http://pipedial.iespana.es/santamarta.pps

Anónimo said...

http://www.santamartadelosbarros.es/sitiosinteres.php

Zinquirilla said...

Pues no lo sabía pero gracias a ese pps me he enterao y ahora mismo la estoy escuchando en una colección de canciones de los años 40 y 50 que me compré hace tiempo.

Zinquirilla said...

Sobre la ciudad de Santa Marta, ver pps.

Incluye fotos muy pintorescas de la ciudad.

Zinquirilla said...

Ésta es la canción.

Aunque me gusta más la versión antigua, pero no he encontrado la de Tomás Ríos.

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