Llega la Semana Santa y Sevilla acude a su promesa de encontrarse a sí misma, en sus gentes, en sus calles y en su fiesta. Un año, dicen, que vivimos para una semana. Una semana que dura una eternidad y que transcurre con la fugacidad con que se apaga un cirio.
Una semana que es una vida, y una promesa de que se renuevan todas nuestras esperanzas. Un encuentro con el Señor que acude con la fidelidad de quien siempre sale a nuestro encuentro.
Para aquellos que puedan descansar unos días, les deseo que hallen alegría y reposo en estos días y que tengáis buenos paseos y buenas lecturas.
Una semana que es una vida, y una promesa de que se renuevan todas nuestras esperanzas. Un encuentro con el Señor que acude con la fidelidad de quien siempre sale a nuestro encuentro.
Para aquellos que puedan descansar unos días, les deseo que hallen alegría y reposo en estos días y que tengáis buenos paseos y buenas lecturas.
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