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miércoles, 11 de junio de 2008

Pájaro espino a la española: La Señora

(En el anterior post hablaba de series afines a ésta, en esa cruzada histótica emprendida por Tve. En realidad se trata de un único post escrito originariamete el 30 de mayo pasado.)

Con La Señora, ha pasado otro tanto (me refiero a la tendencia de crear artificiosamente éxitos televisivos). Tuvo la suerte de que se estrenara de forma discreta y así salvar los 13 capítulos del lote (¿por qué son 13, 3 meses y 1 semana, los capis de cada tanda). Tal y como están las audiencias, que una serie no sea retirada de la parrilla al capítulo cuarto (fatídicos cuartos) ya se considera un éxito. Y por supuesto si la serie aguanta hasta el final, ya se alarga hasta su desinfle extenuado, temporada tras temporada. Resulta mucho más barato contar con el equipo artístico, creativo y técnico, por no hablar de decorados, y te evitas la apuesta arriesgada del producto novedoso. Además, piensan en nosotros los telespectadores que nos "encariñamos" tanto con los personajes. Así que ya tenemos 2ª temporada de La Señora ante un capitulo que han anunciado como de desenlace final. Un timo.

Pero dado que esta serie sí la he seguido con cierta asiduidad, me detendré más en ella. Para empezar, reconozco que estuve pendiente de ver el arranque de forma expresa. El guaperas de Rodolfo Sancho y la estética de los alegres años 20 sirvieron para engatusarme.

El primer capítulo fue una caja de bombones: una serie perfectamente presentada, rayando el virtuosismo del cine: localizaciones espectaculares que no están en Irlanda sino en un punto remoto de la costa cantábrica no desvelado y que han explotado jugosamente con caras secuencias de exteriores, una ambientación cuidadosísima con gran despliegue de vestuario y attrezzo y una sintonía de cabecera de tintes líricos que hermosea aún más los acantilados tan recreados fotográficamente. Una vez admirado el adorno de la serie, uno descubre pronto que la caja de bombones casi está vacía, pues es más pequeña de lo que cabría pensar ante tal despliegue de medios. El primer capítulo te llama la atención por esos elementos externos citados pero no te cautiva, no llegas a ver una pareja emblemática ni esa pasión desenfrenada que te anuncian. La trama es muy forzada, de escasa continuidad pues ni apenas queda nada que contar. Los capítulos 1 y 13 encajan como un telefilme. Así que estamos ante un bluff televisivo en toda regla. No hay sorpresas y la narración es lentísima. El peso de la serie recae en una pareja que no trasnmite química y a Adriana Ugarte el papel de Victoria le queda enorme y sale malparada la desconocida actriz de dislalia peculiar. Y lo curioso es que aunque se empeñan en mostrar a Rodolfo Sancho como el galán y maromo a tener en cuenta, éste tiene competencia dispar y variada. Encontramos actores atractivos, que no son tan publicitados, como Roberto Enríquez o el que hace de Salvador (Raúl Prieto) que con tanta musculatura minera en arengas de lucha obrera descamisadas te va entrando para la vista como quien no quiere lacosa, pese a la desgracia ocular (qudarse tuerto) que sufra; y hasta Raúl Peña con ese bigotito facha y su actuación de mequetrefe que te hace gracia de lo penoso que es no puede ocultar lo guaperas que fue en Upa Dance. Pero el que me hizo tilín a mí ha sido Alberto Ferreiro. Le dediqué un "descubriendo a" porque no fue un descubrimiento espontáneo sino un ir deteniéndome en su personaje, quedarme con su pronunciación cerrada de leve acentillo gallego y quedarme contemplando sus ojos oscuros y sombreados hasta decirme, ¡diantres!, qué me gusta este actor y encima me recuerda alguien que conozco. (¿se dará por aludido? jeje). Es tela de complicado encontrar una foto decente de un actor del que dijo Almodóvar que "de guapo te hace crujir". Pero en este video le hacen una entrevistilla.

Dejé de ver la serie hacia la mitad y la semana pasada sabiendo que estaba terminando tenía intención de verla pero recibí una agradable llamada telefónica (sí, me ocupó toda la serie, no crean que fueron minutillos, de hecho, ejem, desocupé mi oreja al filo de las 04.00 am) y hoy estaba con el ordenata pero reconozco que me pasé al salón cuando escuché al tuerto y a la madame. Luego vi la formidable paliza que le dan al marqués, el regreso del señor Márquez (al principio me chirriaba la cacofonía y no por confundir los personaje; luego le encontré su gracia) y en unos minutos te cuentan cosas que no han pasado pero que descubres tú ahora al final (como en todo culebrón que se precie) y no los protagonistas (la forma más burda de encadenar temporadas).

Supongo que veré el capítulo 14 y el 26 cuando lo emitan. El resto es una recreación paisajística y textil y así uno aprovcha para chatear, salir o ver otra cosa pero no se pierde el serial.

3 Comments:

Anónimo said...

qué critica tan descabellada. No tiene ni pies ni cabeza. Si no sabes valorar una buena serie como "la señora" y excelentes interpretaciones como la de Rodolfo Sancho y Adriana UGarte (hay además una gran quimica entre ellos), tú te lo pierdes

Anónimo said...

Pos y a mi que lo que me gustan son los bichuchos de La 2.

Zinquirilla said...

Rosy, la critica gustará o no, es libre, al igual que me guste o no la serie, que no me he perdido del todo porque como toda serie española es facilísima de seguir.

Y tú Arturillo, debes ser uno más de los 8 millones de españoles que al mediodía se pegan a La 2 a ver los bichuchos como los llamas. Ni Bea ni el fútbol, el top share se sabe dónde está.

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