Cuando vemos a grupos de
guiris marchar en fila por la Avenida con paraguas a modo de parasoles, a parejas que se defienden del sol con el plano de la ciudad modo de visera o a estudiantes Erasmus zambullirse en las fuentes como gitanillos del Vacie , no podemos sentir otra cosa que
compasión por compartir con los lugareños la implacable huella de Lorenzo.Aquí estamos acostumbrados a las
veladas (en los últimos años han proliferado las de Hermandades
(*) que se suman a la
Velá de Santa Ana), a los
veladores (lo de terrazas lo dejamos para el centro de la Meseta) y a mirar el calendario con fijeza para poner rumbo a la
playa en cuanto podemos.
La oferta de
actividades siempre ha sido escasa en parte por la climatología y en parte por la relativa cercanía de la costa. Hay familias que no pueden veranear en la playa pero si pueden se buscan una alternativa en la piscina, Aquópolis o en Isla Mágica. Por no hablar de la playa (sic) de María la Trifulca o el Club de Campo Raca, ¿qué familia pija no estuvo apuntada en los 70?. Como ven, trasladamos el concepto más veraniego a la ciudad.
La vida sevillana durante el verano es bipolar, con un denominador común entre los dos momentos del día tan extremos.
Se buscan las primeras horas y las últimas horas del día. No vivimos la madrugada en verano no porque aquí no haya San Juan, ni hogueras en la playa, sino porque tenemos nuestra Madrugada. Se busca la
fresquita de la mañana y el frescor de la noche. Entre horas, nos queda el trabajo y si estamos de vacaciones el quedarnos en casa.
Si os gusta madrugar, las mañanas de verano en Sevilla ofrecen hacer algo distinto al resto del año.
Pasear.
Encontrarse con sitios de antaño y redescubrir la ciudad. Yo tengo la costumbre de pasear y de patearme la ciudad. Me gusta callejear por el centro, pasear por los arrabales y recorrerme la ciudad. Sevilla es chiquita, créanme. Sales de la Encarnación por la calle Regina y llegas a Feria que desemboca en la Ronda. Sales de Puerta Jerez, atraviesas Plaza de Cuba y ya estás en Triana.
Y en verano es la ocasión ideal para visitar aquellos sitios que durante el resto del año las circunstancias del día a día no lo permiten. Pongo como ejemplo la
Iglesia de San Luis.
El mejor paradigma del barroco andaluz que queda oculto a muchos ojos sevillanos por desconocimiento. Está a punto de cerrarse para su rehabilitación, por lo que este verano es la ocasión para descubrir este recoleto y singular templo. También hay infinidad de conventos o monumentos civiles como el
Palacio de San Telmo (sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía) o el
Hospital de las Cinco Llagas (sede del Parlamento Andaluz).
Y una pregunta que lanzo a los blogueros autóctonos:Me pasé años queriendo ver una en la ciudad después de visitar las de Cádiz y Jerez. Me pareció una idea fantástica que multiplica las oportunidades de vistas panorámicas de la Giralda. Por no hablar de la ocasión de visitar la
Torre de los Perdigones que es donde se aloja. No sé si os pasa como a mí que tengo la innata tendencia a querer conocer aquello que no se muestra. Durante años la torre estuvo abandonada y a punto de ser demolida. Yo la veía asomarse y conocía su construcción y uso por un trabajo que hice de arquitectura industrial en la ciudad, pero era imposible adentrarse en ella. Merece la pena subir por la torre y conocer la cámara oscura, ese artificio de lentes y espejo para ver "en vivo" la ciudad y alrededores.
Para los que somos noctámbulos, las noches de verano pueden ofrecer más posibilidades.
Pasear por Sevilla de noche es una estampa preciosa, un rato inolvidable y una óptica de la ciudad muy diferente.Foto tomada de Foto pasión de Enroba (ver más fotos) La brisa del Guadalquivir se abre paso entre los restos de la canícula y nos anuncia el dominio de Selene sobre la luz crepuescular. Es la hora de refrescarnos por enésima vez y acicalarnos. Los ánimos mejoran y buscamos el ocio. La cervecita y los caracoles nos llaman en los
sms que nos mandan los amigos. Si estamos de vacaciones no habrá límite de horas y la noche puede ser tan larga como sugerente.
Como el verano lo trastoca todo, hasta el cine cambia. Cambia de nombre, de emplazamiento y de cartelera. El
Cine de Verano ha sido emblemático durante décadas y ha marcado infinidad de preludios cinéfilos. El enorme cambio que han experimentado los cines ha afectado en mayor medida a los cines de verano. Ya no son el referente del ocio veraniego pero nos sigue gustando ir al cine y nos sigue gustando lo pintoresco de la oferta. Curiosamente las proyecciones que se dan ahora en Sevilla, provienen de organismos oficiales y no de empresas privadas. ¡Bienvenida sean las iniciativas!
Sí hablo en plural porque se trata de dos. Al tradicional Cine de Verano de la Universidad de Sevilla se suma el de la Diputación de Sevilla. Ambos organismos planifican una oferta cultural para todo el verano que en los últimos años viene mejorándose notablemente.
La Universidad ha agrupado su oferta cultural en el Cicus. El proyecto se denomina 21 Grados y ofrece exposiciones, conciertos, películas, espectáculos de danza, etc apostando por la vanguardia y la difusión de trabajos universitarios (muchos de los proyectos corresponden a premios universitarios). Desde la carrera el verano era sinónimo de reencontrarme con el cine clásico en pantalla grande y en VOS. Y a ello le añadimos la singularidad de estar en el patio del Rectorado, del siglo XVIII. Este año la sede
La propuesta de la Diputación se llama Asómate al patio. Es una propuesta similar aunque no tiene el carácter gratuito de la anterior. Y como la demanda responde hay que planificar incluso el acudir comprando las entradas con antelación. En contrapartida su oferta se ajusta más a los gustos del
mainstream en las películas que proyecta (la oferta de cine clásico es menor) y los espectáculos que ofrece.
Durante el verano, el
teatro queda asociado a grandes festivales que tienen lugar en marcos incomparables como el Teatro Romano de Mérida. Sólo he podido asistir una vez pero fue la mejor ocasión: ver a Nuria Espert en el papel de Medea. No conozco el Corral de Comedias de Almagro pero he podido ir varios veranos al Castillo de Niebla. En Sevilla no hemos tenido nada parecido salvo el Festival de Danza de Itálica. Hasta que una compañía de teatro tuvo el magnífico propósito y sobre todo el empeño de representar obras de nuestro teatro clásico durante el verano en Sevilla. Se trata de la compañía
Teatro Clásico de Sevilla. En sus inicios, con más ilusión que medios, tuvieron la feliz idea de restaurar la costumbre de representar Don Juan Tenorio durante el mes de noviembre. Y desde hace un par de años g
racias a sus representaciones estivales podemos disfrutar de obras del teatro barroco español y de enclaves como el Palacio de la Buhaira y las Reales Atarazanas. Éstos últimos junto con los arriba mencionados merecen la pena verse en el anochecer y completar la visita a la luz del día.
Y como dirían los yanquis
last but not least, hay
una obra de teatro que proximamente se va a representar. Está
dirigida por Juan Duque, actor onubense afincado en Sevilla más conocido en la Blogosfera como Luz de Gas. Sí, se trata del radioblog que desde hace unos años es punto de encuentro entre blogueros.
Se trata de Las Preciosas Ridículas, de Molière, que se va a representar los días 7-10 de julio en Escénica de la calle San Luis. Y un aliciente para los bolsillos es que la entrada es gratuita hasta completar aforo.
Las vacaciones son añoradas, recordadas y ansiadas durante el resto del año. No conviene tampoco saturarlas de actividades y acabar
reventao de ellas. Si no descansamos y desconectamos (**) durante las vacaciones no se considerarán como tal.
Pero merece la pena una inventiva para hacer cosas diferentes... en el lugar de siempre.
(*) algunas se mantienen e incluso se van consolidando, otras en cambio son fruto del entusiasmo de un año y se quedan en eso. Hace justo un año, tuve la "mala suerte" de que la Hermandad de
Santa Lucía decidiera estrenarse con su velada un fin de semana anterior a mi examen de oposiciones.
(**) siempre he sido enemiga de los deberes de verano para aquellos niños y adolescentes que aprueban el curso.