“No es fácil ser una pionera, ¡pero es fascinante! No negociaría un momento, incluso el peor momento, por todas las riquezas en el mundo”. Doctora E. Blackwell.
Entusiastas palabras de una mujer que vio cumplido no sólo su sueño sino el de todas las mujeres que igualmente lo compatieran. Su vida está marcada por el generoso empeño que tuvo en que la senda que abriera no se cerrara a su paso sino mantener expedita la vocación medicinal de toda mujer.
Sin duda, ella misma por ser la primera no lo tuvo nada fácil y en su admisión en la Medicina se cruzan su tesón y la ironía de una oportunidad dada bajo el reto de cuánto aguantaría.
Elizabeth Blackwell nació en Bristol (Inglaterra) en 1821. Era la tercera de nueve hijos del matrimonio formado por Samuel Blackwell y Hannah Lane quienes dieron la misma educación a todos sus hijos, con el desahogo que les permitía una fábrica de refinería de azúcar. En 1831 se traladan a a Estados Unidos donde instalan una nueva fábrica en Cincinnati. La prematura muerte del padre le obliga a buscar trabajo como institutriz pero elige la residencia de un médico donde se nutre de su biblioteca para inicarse en los estudios de medicina que es su prioridad máxima. También lo son sus ideales de emancipación de la mujer y al mismo tiempo, su sensibilidad social le lleva a comprometerse firmemente con el abolicionismo de la esclavitud, compartiendo tales ideas con varios miembros de su familia (con dos hermanos casados con conocidas sufragistas).
Diez universidades rechazaron sistemáticamente sus solicitudes de ingresar en la carrera de medicina. En Ginebra (Nueva York), tomaron su solicitud por una broma y luego convocaron una asamblea de estudiantes para que estos lo decidieran. La aceptaron con la incredulidad de que no aguantaría el nivel de estudios ni la presión de ser la única mujer en la institución. En sus memorias recuerda con amabilidad a compañeros y profesores pero hay testimonios de las chanzas y dificultades añadidas que tuvo que sobrellevar.
El 11 de enero de 1849 se convirtía en la primera mujer en recibir el título de doctora en Estados Unidos.
Comenzaba entonces su vida profesional que no tuvo menos obstáculos que la anterior. La hostilidad hacia ella empezaba cuando ninguna casa de huéspedes quería alojar o las señoras consideradas más respetables la criticaban tomándola por una chalatana. Sólo un grupo de mujeres cuáqueras la contrató para que llevara un pequeño dispensario. Decidió macharse a París pero no le reconocieron el título. Le recomendaron que se matriculara en Maternidad y así hizo, ejerciendo de enfermera infantil. En una de las curas, una secreción purulenta le salpicó el ojo izquierdo dejándolo ciego. Aquello truncaría su carrera de cirujana. Poco después, marcha a Inglaterra donde conoce a Florence Nightingale y al regresar a Estaos Unidos, funda junto a su hermana Emily, una Escuela de Enfermería para mujeres. El estallido de la Guerra de Secesión no sólo las dará a conocer a ellas y a sus primeras discípulas sino que logran difundir entre la población femenina una serie de consejos y recomendaciones mejorar su higiene y salud.
A partir de entonces desarrollará una intensa actividad literaria de difusión de la sanidad con manuales para la educación higiénica y sanitaria de niñas y mujeres. Uno de los libros, llamado "Trabajos para la apertura de la profesión médica a la mujer" (1895) constituye su autobiografía donde cuenta que una frase de una amiga de la infancia ("era una lástima que las mujeres no fueran médicos para que pudieran entender el dolor del cuerpo femenino") despertó en ella su pasión por la medicina y su honda preocupación por ayudar a sus compeañeras de género.
Terminada la guerra, en 1868 funda una Universidad de Medicina para mujeres y al año siguiente marcha a Inglaterra donde ejerce la cátedra de ginecología hasta su jubilación en 1907. Fallece en 1910 a los 89 años después de una colmadísima vida donde consiguió su sueño y nos brinda la oportunidad al resto de soñadores.
Actualización: la biografía en wikipedia sólo se encontraba en su edición inglesa por lo que la he reactado en castellano. El estilo del post es narrativo siendo mi artículo wikipedista de estilo biográfico.
9 Comments:
Y hoy es el día de homenagear a estas mujeres
Muy interesante. Hay que ver el camino que unas pocas han abierto a muchas
Hola querida. Tienes un premio en mi blog. El enlace es: http://jositomontez.blogspot.com/2009/03/awards-season.html
Enhorabuena!
Siempre será poco el reconocimiento para esta mujer. Para ésta y otras muchas como ella.
Hola Zinquirilla, tienes varios premios en mi blog. Puedes recogerlos a partir de mañana martes
Un rampybeso
RAMPY
El mérito de esas mujeres es tremendo, increíble.
Es un premio al tesón, a la valentía, al inconformismo. No se que sería de nosotros sin esas mujeres y hombres que alguna vez dieron un golpe en la mesa...
Saludos.
Que merito y que legado. Es emocionante pensar que estas mujeres ni se imaginaban el paso de gigante que estaban dando para el resto de mujeres de generaciones de siglos despues.
TitoCarlos, hoy y siempre.
María Jesús me alegra que te haya gustado la biografía.ç
Josito, ¡qué emoción! me pongo mis mejores galas y lo recojo.
Coplas pues sí, un reconocimiento eternamente agradecido.
Rampy, ¡gracias a ti también!.
Du Guesclin, la valentía como dices es de destacar, hoy día podemos tener los medios y no damos ese golpe como dices.
Lee, en este caso la doctora Blackwell sí fue consciente de lo mucho y bien que hizo, pero en su genialidad también estaba la humidad, como Madame Curie, mujer a la que admiro desde pequeña.
¡Un saludo a todos!
Buenas tardes.
Aunque he olvidado dejarte un premio en mi blog, eso no quiere decir que no me haya gustado.
De hecho, eres lo único original e interesante que he leido hoy.
A ver si me acuerdo de cómo volver por aquí.
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