Todos sentimos dolor por la muerte de la joven Marta. Y también, por qué no decirlo, rabia. Rabia e incomprensión porque esta joven no llegue a ser la mujer que iba a ser, rabia porque a esa edad haya sido víctima de la violencia machista. Y mucha pena ante el dolor de sus padres, su familia y sus amigos.
Qué ironía que ayer 14 de febrero saltara la noticia. No lo veo como mera casualidad sino como un punto de partida para reflexionar con nuestros jóvenes sobre lo que es el amor. Si hay Amor sobra la posesión y los celos y toda clase de violencia.
"Quiéreme, no puedo vivir sin ti; nadie te querrá como te quiero yo; eres mi vida, eres mi cruz; solo vivo para ti; si no eres mía no eres de nadie". Frases machaconas que una y otra vez se cuelan por el mp3 permanentemente conectado en los adolescentes. La discusión resuelta con la violencia como en un videojuego. Cuando termina la partida la vida sigue pero en esta realidad no basta con apagar la máquina, hay que eliminar el cuerpo, olvidar y volver a la normalidad.
No podemos volver a la normalidad ni podemos olvidar. No nos quedamos en el cuerpo que espera en el río. "Nuestra vida son los ríos. Que van a dar a la mar. Que es el morir"
El dolor no es infinito porque se acabe sino porque lo cura la esperanza. Nos aferramos al tiempo que es eficaz en curar las heridas. Pero no hay muertes vanas porque no hay vidas huecas. Ya no hay dolor para Marta sino la luz de Señor que la acoge en el cielo. Y no pierdo la esperanza de que nuestra sociedad se vuelva menos violenta y más humana.
Qué ironía que ayer 14 de febrero saltara la noticia. No lo veo como mera casualidad sino como un punto de partida para reflexionar con nuestros jóvenes sobre lo que es el amor. Si hay Amor sobra la posesión y los celos y toda clase de violencia.
"Quiéreme, no puedo vivir sin ti; nadie te querrá como te quiero yo; eres mi vida, eres mi cruz; solo vivo para ti; si no eres mía no eres de nadie". Frases machaconas que una y otra vez se cuelan por el mp3 permanentemente conectado en los adolescentes. La discusión resuelta con la violencia como en un videojuego. Cuando termina la partida la vida sigue pero en esta realidad no basta con apagar la máquina, hay que eliminar el cuerpo, olvidar y volver a la normalidad.
No podemos volver a la normalidad ni podemos olvidar. No nos quedamos en el cuerpo que espera en el río. "Nuestra vida son los ríos. Que van a dar a la mar. Que es el morir"
El dolor no es infinito porque se acabe sino porque lo cura la esperanza. Nos aferramos al tiempo que es eficaz en curar las heridas. Pero no hay muertes vanas porque no hay vidas huecas. Ya no hay dolor para Marta sino la luz de Señor que la acoge en el cielo. Y no pierdo la esperanza de que nuestra sociedad se vuelva menos violenta y más humana.
3 Comments:
Desde aquí, mis condolencias para la familia de Marta que lo estará pasando fatal y también para cualquiera cuyo familiar o amig@ haya desaparecido. Me uno a su dolor.
Un abrazo
Rampy
Me uno a la rabia y el dolor de la familia, en especial al de esos padres que estuvieron diecisiete años amandola y cuidando de ella.
Nunca entenderé el desprecio por la vida humana, la facilidad para apagar de un golpe una luz que ilumina la vida de tantos.
Ella descansa tranquila. Espero que él no descanse nunca, ni vivo ni muerto.
Gracias por este recuerdo.
Mil besos!
Posiblemente el dolor para ella (si es que lo hubo), halla terminado, pero nunca terminará para sus padres. Jamás.
Da mucho miedo, por lo menos a mí, que a tu hijo o hija le pueda ser arrancada la vida violentamente.
Yo no encuentro justificación.
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