Mi madre siempre creyó estar en deuda conmigo por aquello de no haber tenido un bautizo en condiciones o al menos el que tuvo mi hermana (ceremonia en la Basílica de la Macarena -in situ, dado que por entonces no se celebraban allí bautizos-, faldón y aguas de Jerez como costumbres familiares antiquísimas). Por eso celebró mi comunión, lógicamente, por todo lo alto. Es más, un par de años antes ya empezó a proyectarla y si bien, guardaba similitudes con la de mi hermana (de la que no recuerdo nada, tenía aún 3 años), la mía ofrecería una singularidad manifiesta: el vestido.
Pero además, por mucho que mi madre me decía, aconsejaba, aseveraba, amenazaba con que no me tocara el ojo, ocurrió: me salió ... seguir leyendo.
2 Comments:
que bonito texto y que buenos recuerdos... Pues claro que sí. Te vistieron de monjita, lo mio fué peor. Iba con un cuello cisne en el mes de mayo(que calor), pantalón beige de campana, y chaqueta. Vamos que no me entró el sarampión porque Dios no quiso...
Un besote
Herodes bético me alegro que te gustara la historia. Y supongo que tú hiciste la Comunión a principios de los 70 cuando se llevaba de moda ese cuello cisne, jaja.
Post a Comment