Miss Scarf

Al principio y terminando la temporada me han preguntado:

¿Cuántas bufandas tienes?

La primera pregunta me resultó chocante pues provenía de una alumna, no la misma que se fijó en el trenzado de una que lucía, eso sí, de un colegio que no es del extrarradio sino pijos del Aljarafe. Pero no me pilló desprevenida, en otro colegio se le ocurrieron la parida de nominar a los profes y elegir algo así de mister y miss de lo que me libré. Quieren creerse que me dieron el título de la "Más enconjuntada". Que no elegante, los chiquillos se lo pensaron bien, e iban bien encaminados; desde que soy pequeña y me gusta la moda, mi estilo propio se basa en combinar prendas y colores.

El segundo que me hizo la pregunta fue mi padre (ya podría haber sido un tío que me presentaran :p) porque él cuando ve mi armario, las cajas de ropa o me ve lavando se cree que soy la versión textil de Imelda Marcos :D. Y se parece a mi abuelo Diego. Recuerdo que cuando mi hermana o yo le enseñábamos un bañador o un bolso, nos preguntaba invariablemente por el antiguo con un "¿Se te ha roto?.

Y quienes lean esto pensarán que tengo un montón de bufandas. Pues ahora que están lavadas y guardadas he contado 6. No me parecen muchas si tenemos en cuenta:

a) soy muy friolera
b) soy afin a complementos de inviernos (léase bufandas, gorros y guantes).

Y para el domingo me quedo coja, jeje.

Además una virtud que tengo es que guardo la ropa y me dura muchísimo. En este momento llevo una sudadera Reebok amarillo pálido chulísima que es del año 99 y conservo ropa de cuando estaba en Bup (15 años).

De las 6 bufandas, cada una tiene su historia:

* la más antigua es una verde kaki que regalamos a mi padre hace un porrón de años y como es el caribeño de la family no la usa y me la apropié.

* después viene una imitación Burberrys regalo de Reyes de las pijas de mi madre y hermana.

* luego tengo una de color rojo navideño preciosa. Es de lana pero está tejida con hilo dejando huecos al aire (lo que hace que se enrede bastante). Como la dejé en casa de J y la di por perdida me compré:

* una de rayas multicolor. Cuando J. la vio se metió conmigo diciendo que era la bandera gay, claro que yo le dije que ya le valía que en un mes no diera con mi bufanda en su keli. Es de rayas amarillas, verdes, rosas, moradas, rojas y se me ocurió formar trencitas, jaja. En este post con Mikel Erentxun la llevo.

* un día que hacía tela de rasca y que salí imprudentemente con el cuello al aire me compré una bufanda hippilona en tonos verdes y marrones que es kilométrica. Al menos me tapa bien el cuello jeje.

* y la que me compré este año que reconozco que fue un capricho. Fue compra a primera vista: conjunto de bufanda, gorro y guantes (29 euros). Es rosa chicle apagado y me encanta el el alado que tiene en cada extremo y en las etrminaciones la lana imita unas flores y un cuadriculado chulísimo. En este post se me ve en Madrid con ella.

Si tengo tiempo le hago una foto al cajón de la cómoda donde las guardo (cajón reservado a bufandas, pañuelos, gorros y guantes). Acabo de descubrir tres más pero son especiales (no estoy contando la del Betis, jeje): una que me hizo la modista a juego con una falda y sólo la uso con la misma muy de vez en cuando; la de cuadros rojos escoceses a juego con el uniforme escolar que guardo de cariño aunque es ponible y una marrón chocolate que me regalaron en Ives Rocher que aunque termina en graciosos cortes es muy corta. Bueno, 9+1.

Tampoco tengo tantas bufandas...