Estas pasadas semanas, de nuevo se han alzado voces reclamando una "justicia justa", o lo que es lo mismo, achacando a la justicia lo injusto que puede ser su veredicto. A mí la expresión no deja de sorprenderme, y no por mera cuestión semántica, sino porque entiendo que aplicar justicia es resolver de modo justo un litigio. El inefable Pedro Pacheco, ex alcalde de Jerez de la Frontera, lanzó uno de sus acostumbrados exabruptos que muchos han repetido: "La justicia es un cachondeo [en este país]".
Han habido una huelga histórica de jueces y cuatro casos muy mediáticos relacionados con la justicia: dos jueces sancionados y dos trágicas muertes de menores. Todo ello envuelto en el circo mediático que tanto gusta en este país donde todos hacemos de periodistas-cronistas, jueces y hasta verdugos.
Mi opinión respecto a la actuación de los jueces Calamita y Tirado, es muy clara al respecto: el primero obstruyó el cauce de la justicia y el segundo no debe ocuparse del trámite administrativo de una sentencia. Lo que no entiendo es la desproporción entre las sanciones a ambos impuesta por el Consejo General del Poder Judicial: dos años de suspensión al primero y una multa de 1.500 euros al segundo. Quizás me fije sólo en las consecuencias que provocaron su mala gestión y comparo la gravedad de la muerte de una menor con el retraso intencionado de un proceso de adopción.
Lo que sí es una realidad, es el lamentable estado en que se encuentra la gestión administrativa de los juzgados y tribunales. Ir un día a cualquiera de ellos es adentrarse en un laberinto de expedientes arrinconados, amontonados, embutidos en las estanterías. Un caos. Por no hablar del desfase tecnológico, pues aún se escribe en algunos sitios con máquinas de escribir. Y yo me pregunto, ¿es casualidad que la gestión administrativa de Hacienda esté mejor informatizada y por tanto actualizada?. Parece preferirse controlar la gestión de tributos que de inculpados.
Han habido una huelga histórica de jueces y cuatro casos muy mediáticos relacionados con la justicia: dos jueces sancionados y dos trágicas muertes de menores. Todo ello envuelto en el circo mediático que tanto gusta en este país donde todos hacemos de periodistas-cronistas, jueces y hasta verdugos.
Mi opinión respecto a la actuación de los jueces Calamita y Tirado, es muy clara al respecto: el primero obstruyó el cauce de la justicia y el segundo no debe ocuparse del trámite administrativo de una sentencia. Lo que no entiendo es la desproporción entre las sanciones a ambos impuesta por el Consejo General del Poder Judicial: dos años de suspensión al primero y una multa de 1.500 euros al segundo. Quizás me fije sólo en las consecuencias que provocaron su mala gestión y comparo la gravedad de la muerte de una menor con el retraso intencionado de un proceso de adopción.
Lo que sí es una realidad, es el lamentable estado en que se encuentra la gestión administrativa de los juzgados y tribunales. Ir un día a cualquiera de ellos es adentrarse en un laberinto de expedientes arrinconados, amontonados, embutidos en las estanterías. Un caos. Por no hablar del desfase tecnológico, pues aún se escribe en algunos sitios con máquinas de escribir. Y yo me pregunto, ¿es casualidad que la gestión administrativa de Hacienda esté mejor informatizada y por tanto actualizada?. Parece preferirse controlar la gestión de tributos que de inculpados.
Otro aspecto a tener en cuenta es el progresivo ascendente que tienen algunos jueces con desmedido afán de protagonismo. En los años 80 no se hablaba de los jueces con tanto personalismo como ahora. Grande-Marlaska, Calatayud, Gómez Liaño, Miguel Ángel Torres,... Garzón es el que se lleva la palma. Dicen que, la Audiencia Nacional antes de que él llegara, no estaba en estado de abandono pero sí sus miembros en apatía absoluta. Ha lidiado importantes casos de terrorismo y de narcotráfico (en una operación no dudó en bajar de un helicóptero en marcha a un barco para apresar un alijo; ni John McClane lo hubiera hecho mejor) y ha habido momentos en que pareciera que no había otro magistrado en España. E incluso para casos internacionales como el enjuiciamiento a Pinochet. Ua cuestión que no entiendo, existiendo el Tribunal Internacional de La Haya. En todo caso, considero que sí debería actuar de oficio, al detectar irregularidades o una violación de derechos humanos, como en este caso, pero trasladar el caso a dicho tribunal internacional. Un personaje, sin duda, muy controvertido: para algunos habrá sido el que tiene más agallas y para otros un acomplejado que aspira a ser héroe. El Pp se empeña en recordar su pasado socialista (en las elecciones generales de 1993 acompañó a González como número 2). Le salió rana el intento de iniciarse en política y pasó unos años de "reciclaje ideológico" antes de volver a desempeñar su cargo de Juez. Otra incongruencia: todos tenemos nuestra ideología política independientemente de nuestro trabajo. Quizás debería ser incompatible ser militante con la magisratura (así es para los membros del Tribunal Supremo, pero no para los del Tribunal Constitucional), pero no hace falta dejar de tener "carné" para ser afin a un bando u otro. Y finalmente el que ha pagado el pato ha sido el ministro Bermejo.
Nuestra democracia no es la teórica que plasmara Montesquieu con su delimitación de los 3 poderes del Estado. Es el Ejecutivo el que controla el Legislativo y el que influye decisivamente en el Judicial. En el caso de Gobierno y Cortes Generales es necesaria una coordinación en la elaboración y ejecución de las leyes pero yo postularía por una firme separación entre Gobierno y Poder Judicial. Todos los miembros deberían ser designados entre ellos una vez que se accede por oposiciones. Así, aunque cada uno "cojeara" de un pie u otro, lo que es legítmo como en todo ciudadano, ningún Magistrado debería su sillón a un partido.
Y la cuestión que circula actualmente entre la población es el tipo de condena. Se pide la cadena perpetua cuando no la pena de muerte. Yo rechazo ambas. La segunda la repruebo por cuestión ética y la primera no la aplicaría por mera cuestión práctica. Si es el Estado a través de los impuestos de los contribuyentes, el que sostiene el mantenimiento material de los presos, me parece desorbitado encerrar a alguien de por vida. Sí abogo por el cumplimiento íntegro de las penas, porque mantener una buena conducta en la cárcel no exime de la responsabilidad por el acto delictivo que se cometa. Así no haría falta incrementar la pena porque se cumpliría el número de años, pongamos unos 20 ó 30. De todas maneras, seguiría pensando en lo fácil que es la situación en la cárcel. No digo que se viva bien, que quizás sí. Está desapareciendo el tabú de estar en la cárcel. Con gentuza como Mario Conde o Julián Muñoz hasta parece buen plan. Por cierto en casos de corrupción, la pena debería consistir en devolver lo robado y si no aparece dinero a confiscar lo que se gane en adelante. También me pregunto, ¿cómo es posible que haya cárceles con mejores instalaciones que un colegio? Me temo que hay respuesta para esta desfachatez: un político no vuelve a la escuela pero sí puede entrar, como lo hace, en la cárcel.
Respetando en todo momento la integridad de la persona y sus derechos, se puede establecer un modelo carcelario mucho más austero. No se trata de establecer un Guantánamo porque no hay que recurrir a la tortura ni al trato indigno. Pero una cárcel además de reinsertar debería servir paa reflexionar y si has cometido un delito pierdes una serie de privilegios y en función de la gravedad del delito, esas reducción sería mayor, es decir, proporcional. Privilegios como tener una paga, piscina climatizada, beneficios por estudiar, etc. Claro que también sería positivo que se erradicara la drogadicción, pero me temo que ya entraría en lo utópico.
Una de las razones que se esgrime por la que no es posible incluir la condena perpetua es que es anticonstitucional. Es cierto pero no decisivo. El artículo 117.1 de la Constitución establece que la justicia emana del pueblo, lo que nos legitima en las peticiones que hagamos, surjan o no en momentos de mayor emotividad. En el momento en que se establezcan penas de más de 50 años, que se cumplan, se establecería ese tipo de condena, no haría falta especificarla.
De todos modos a veces tengo la sensación de que en este país se piensa y se actúa según en qué lado haya beneficio o perjuicio. Rechazando todo tipo de violencia y una actuación al estilo de la "ley del talión", no se puede estar conforme con el acto vandálico y vengativo de Emilio Gutiérrez. Otra cosa es que por fin alguien vasco muestre su rechazo a Eta, el problema es que ha dejado la pasividad optando por la actividad errónea. Pero me temo que la justicia no se aplique a todos por igual y sea nuevamente "injusta" o no se entiende que ante la violencia de la kale borroka no haya detenciones y esta acción haya sido hasta grabada.
Con este post he plasmado una serie de pensamientos, opiniones y divagaciones en general que me han surgido ante los hechos ocurridos últimamente. Quizás la imagen de justicia ciega que ha predominado en nuestra civilización milenaria deba dar paso a una Justicia que vea, oiga, piense con cordura y actúe con sentido común. No veo solución posible a tantos problemas acuciantes.
Nuestra democracia no es la teórica que plasmara Montesquieu con su delimitación de los 3 poderes del Estado. Es el Ejecutivo el que controla el Legislativo y el que influye decisivamente en el Judicial. En el caso de Gobierno y Cortes Generales es necesaria una coordinación en la elaboración y ejecución de las leyes pero yo postularía por una firme separación entre Gobierno y Poder Judicial. Todos los miembros deberían ser designados entre ellos una vez que se accede por oposiciones. Así, aunque cada uno "cojeara" de un pie u otro, lo que es legítmo como en todo ciudadano, ningún Magistrado debería su sillón a un partido.
Y la cuestión que circula actualmente entre la población es el tipo de condena. Se pide la cadena perpetua cuando no la pena de muerte. Yo rechazo ambas. La segunda la repruebo por cuestión ética y la primera no la aplicaría por mera cuestión práctica. Si es el Estado a través de los impuestos de los contribuyentes, el que sostiene el mantenimiento material de los presos, me parece desorbitado encerrar a alguien de por vida. Sí abogo por el cumplimiento íntegro de las penas, porque mantener una buena conducta en la cárcel no exime de la responsabilidad por el acto delictivo que se cometa. Así no haría falta incrementar la pena porque se cumpliría el número de años, pongamos unos 20 ó 30. De todas maneras, seguiría pensando en lo fácil que es la situación en la cárcel. No digo que se viva bien, que quizás sí. Está desapareciendo el tabú de estar en la cárcel. Con gentuza como Mario Conde o Julián Muñoz hasta parece buen plan. Por cierto en casos de corrupción, la pena debería consistir en devolver lo robado y si no aparece dinero a confiscar lo que se gane en adelante. También me pregunto, ¿cómo es posible que haya cárceles con mejores instalaciones que un colegio? Me temo que hay respuesta para esta desfachatez: un político no vuelve a la escuela pero sí puede entrar, como lo hace, en la cárcel.
Respetando en todo momento la integridad de la persona y sus derechos, se puede establecer un modelo carcelario mucho más austero. No se trata de establecer un Guantánamo porque no hay que recurrir a la tortura ni al trato indigno. Pero una cárcel además de reinsertar debería servir paa reflexionar y si has cometido un delito pierdes una serie de privilegios y en función de la gravedad del delito, esas reducción sería mayor, es decir, proporcional. Privilegios como tener una paga, piscina climatizada, beneficios por estudiar, etc. Claro que también sería positivo que se erradicara la drogadicción, pero me temo que ya entraría en lo utópico.
Una de las razones que se esgrime por la que no es posible incluir la condena perpetua es que es anticonstitucional. Es cierto pero no decisivo. El artículo 117.1 de la Constitución establece que la justicia emana del pueblo, lo que nos legitima en las peticiones que hagamos, surjan o no en momentos de mayor emotividad. En el momento en que se establezcan penas de más de 50 años, que se cumplan, se establecería ese tipo de condena, no haría falta especificarla.
De todos modos a veces tengo la sensación de que en este país se piensa y se actúa según en qué lado haya beneficio o perjuicio. Rechazando todo tipo de violencia y una actuación al estilo de la "ley del talión", no se puede estar conforme con el acto vandálico y vengativo de Emilio Gutiérrez. Otra cosa es que por fin alguien vasco muestre su rechazo a Eta, el problema es que ha dejado la pasividad optando por la actividad errónea. Pero me temo que la justicia no se aplique a todos por igual y sea nuevamente "injusta" o no se entiende que ante la violencia de la kale borroka no haya detenciones y esta acción haya sido hasta grabada.
Con este post he plasmado una serie de pensamientos, opiniones y divagaciones en general que me han surgido ante los hechos ocurridos últimamente. Quizás la imagen de justicia ciega que ha predominado en nuestra civilización milenaria deba dar paso a una Justicia que vea, oiga, piense con cordura y actúe con sentido común. No veo solución posible a tantos problemas acuciantes.
10 Comments:
Hola Zinquirilla.
Sabes que normalmente trato cuestiones de justicia y veo que conservas un punto de vista claro en torno a estos temas.
Lo de la cadena perpetua para ciertos delitos, no traería consigo el gasto que presupones siempre y cuando se interprete de otra manera, es decir, aislamiento total de la humanidad y de todo beneficio. Nada de primer plato, segundo plato y postre... Una comida al día cuya ración fuera un cucharón del potaje que toque, cacho de pan y agua.
El habitáculo, 2x3 metros sin salir de por vida bajo ningún concepto hasta el resto de sus días.
Eso sí sería una condena en condiciones. Eso sí sería justicia...
Pero claro, eso está mal visto, somos civilizados y hay que darle lo mejor a nuestros asesinos.
Saludos
Európides, tu punto de vista, que como bien dices desarrollas en tu blog, coincide con el mío.
Expresas con ejemplos, quizás demasiado "gráficos" lo que pienso respecto, es más, a veces recuerdo el ejemplo de Australia que nació com isla-cárcel de presos ingleses(y lo que era motivo de vergüenza lo es ahora de orgullo). No es tema fácil, por eso he reflexionado sobre el mismo, aunque sí tengo ideas claras al respecto.
El número de presos sube cada año en España, así como el de delitos, en número y variedad, además de aparecer nuevos tipos delictivos. La población que es honrada, trabajadora y que se mantiene en la ley, ¿qué hace al respecto?
Gracias por dejar tu opinión, un saludo.
La otra parte, a la que te refieres al final del número de presos, es algo lógico y más teniendo en cuenta que allí campan a sus anchas los que más que un castigo tienen un premio.
Es además un gran negocio para muchos por la cantidad de millones que se mueven en ese entorno y en donde ocupar un puesto alto, representa el poder hacer y desacer, gestionar, robar los recursos propios de la nación.
El Gobierno se resiste a hacer grandes comisiones de personas ajenas a esos cargos, que se encarguen supervisar y de que no ocurran despilfarros.
Y las cárceles, no deberían representar un gasto, sino un beneficio para la sociedad. Pero visto lo visto, en el mundo civilizado y más concretamente aquí en España, todo funciona al revés aunque la esencia es o podría ser buena, la aplicación como siempre ocurre, es nefasta.
Te felicito por tu gran post ;)
Y cambiando de tema, pásate por Yenodeblog y Post Yenodeblog de vez en cuando, que no se te ve el pelo por allí. Estamos haciendo varias actividades y cosas.
Por la última vez que hablé contigo, pensé que te involucrarías activamente.
Supongo que el tiempo a veces nos come... :(
Besos
¿Te refieres a que haya mafias dedicadas al negocio de la cárcel? No lo había pensado. De todas maneras el funcionariado de prisiones es un sector muy sufrido y su remuneración no es muy alta. ¿A qué tipo de comisionado del Gobierno te refieres en tu propuesta?
Pues sí, es verdad que no me he pasado, solo escribí alguna cosilla en el blog de Hipnotiq, ahora os visito.
Saludos.
Verás, las cárceles se gestionan igual que los cuarteles, que los colegios o que los ayuntamientos.
Se asignan unas cantidades anuales a través de los presupuestos generales del Estado y luego todos los gastos se justifican.
Al margen de los gastos generales (luz, agua, teléfono, limpieza, etc.) las compras que se efectúan de menaje, utensilios, enseres, alimentación, limpieza, carburantes, imprenta, maquinarias y otros gastos de difícil justificación e incluso protocolarios, corresponden a quienes llevan la administración y en quienes delegan para llevar a cabo todas esas labores. Y no te quepa duda de que existen muchas comisiones ocultas que van a parar a manos de quienes gestionan y manejan "esas ciudades".
Por eso decía de que para evitar los abusos, el despilfarro al que nos tienen acostumbrados a todos los niveles y el saqueo, sería necesario que existieran comisiones que se encargaran de supervisar a los que tienen la potestad de hacer y deshacer a su antojo, produciendo un gasto mayor, en detrimento de la economía española y para beneficio propio.
Un funcionario tiene un sueldo para vivir, pero si dejas en sus manos la alimentación de dos mil reclusos, no te quepa duda de que algún beneficio tendrá, a no ser de que sea tonto y renuncie a recibir 100.000 euros al mes como poco, porque personas honradas no hay, aunque se supongan.
Saludos.
Pero esas comisiones no podría nombrarlas el Gobierno, tendría que ser el Congreso o por otra vía, para que fueran más "limpias".
Como dices la honradez es difícil de hallar, en la mayoría de los casos se presupone.
Yo lo veo con los adolescentes, muchos carecen de toda ética, les ofrecemos un mundo muy materialista como sustraerse del mismo, aparte de lo que les gusta fardar de lo que chorisean.
Gracias por tu aportación, ¡saludos!.
Mi coche funciona con gasolina, pero no basta. Hay que revisarle un montón de cosas, cambiar de ruedas de vez en cuando, engrase para que vaya como la seda...
Creo que esta filosofía del coche (pobre, muy pobre, lo reconozco) no la utilizamos con el resto.
¿No funciona la justicia? demos de comer a los funcionarios y jueces y veamos si es eso. Ya hemos visto que no, veamos otras cosas.
Nos hemos quedado con la función del juez sin ver mas allá. No es solo la informatización, que almacena muy bien y gestiona estupendamente delitos y sentencias, pero es que cada vez hay mas presos... Pues sigamos ¿Por qué hay mas presos? creo que podremos llegar mas lejos aunque lo estemos complicando, pero hay que llegar al principio para arreglar el final.
Por otra parte entiendo estas reacciones ante delitos tremendos, pero es que la tortura también es anticonstitucional, por lo que hay que dotar a las cárceles de criterios de habitabilidad humanos, incluyendo la comida o la celda, o el bis a bis.
Se que es difícil, pero hay que ser objetivo.
Un beso,
Tito Carlos coincidimos en que no hay una solución aparente ni sencilla, pero considerarás que la justicia en este país es un problema grave, ¿no?
Un saludo.
Hola Zinquirilla, he estado leyendo atentamente tu post y quería felicitarte porque es una reflexión en voz alta de los problemas que hay en este sector.
Coincido con la mayor parte de tus puntos de vista.
Un beso enorme
Rampy
Rampy en primer lugar agradecerte que lo leas, porque es largote.
Aunque mi opinión se trasluce en él, he querido resaltar que es tarea urgente de todos, pensemos lo que pensemos, reclamar que la justicia funcione de la mejor manera posible.
Un saludo.
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