Lobo hombre en Allariz

No todos los días se tienen noticias de la existencia de un hombre lobo en nuestro país, ni de la escalofriante trayectoria del primer asesino en serie que está documentado en España.

Manuel Blanco Romasanta ha pasado a los anales del crimen como El Hombre Lobo de Allariz. En 1852 se inicia un insólito proceso judicial con el epígrafe "Causa 1788, del hombre-lobo" (un expediente de más de dos mil folios conservado en el Archivo Histórico del Reino de Galicia), el único conocido en que se enjuicia y condena legalmente a un hombre-lobo y que tuvo tantas resonancias que intervendría la reina Isabel II.

"Por culpa de una maldición de uno de mis parientes, tal vez mis padres, me convertía en lobo, desnudándome primero y revolcándome después por el suelo hasta tomar dicha forma... pero la maldición terminó el día de San Pedro, cuando se cumplían trece años desde mi primera metamorfosis..."

Estas fueron las palabras del propio Manuel en el juicio. Según él, la fada había terminado el 29 de junio de 1852. Pero en agosto había sido detenido después de arrastrar numerosas sospechas entre sus vecinos de las tierras de Vilarde Barrio, que le habían apodado "El sacamanteca" por las grasas que vendía en Portugal, ya que era el único en traer noticias de las mujeres que acompañaba en sus viajes. Con la excusa de conocer bien los caminos en la cornisa cantábrica, se ofrecía como guía de viaje a damas que neesitaban ir a ciudades como Santander. Luego, la misma cantinela que contaba a los familiares que ya no volvían a tener notrcias de las mujeres que habían partido.

"Están felices las dos, siempre que las veo me dan las gracias por haberlas llevado a Santander. Buenos amos, buena comida, y hasta buen tiempo, que el salitre del mar es siempre mejor que la humedad fría de estos montes...".

¿Cuál es la historia de este personaje?

Se sabe de él que nació el 18 de noviembre de 1809 en la aldea de Regueiro (Ourense) y era sastre hasta que se quedó viudo y los vecinos notaron que se dejó abandonar pasando a ser un vendedor ambulante aficionado a vagar por los bosques. Los lugareños le señalaban como el vendedor de sebo (O home do unto) que se desplazaba por Portugal vendiendo grasa de procedencia humana, convencidos de que descuartizaba a sus víctimas, todas mujeres y niños. Su figura quedaría pronto ligada al popular "Hombre del saco" que ha aterrado a tantos infantes.

Fue acusado de la muerte de un alguacil que iba a cobrarle una deuda y se instala en Allariz (Ourense) donde consigue ganarse a la gente del lugar por su buena apariencia. Se dice de él que era inteligente y culto, que leía mucho y que sabía seducir a las mujeres con poemas y embaucamientos. Como buen conocedor de los bosques y los caminos se ofrece de guía a aquellos que necesitan viajar a Asturias o Cantabria. Pero aquellos viajeros nunca llegarán a su destinos y se empieza a sospechar que sólo él traiga buenas noticias de ellos. Entonces huye a Toledo donde se instala como segador, pero es reconocido y finalmente detenido. Durante el juicio cuenta la maldición que arrastra y su transformacoón, como se puede leer en uno de los legajos del juicio.

“La primera vez que me transformé fue en la montaña de Couso. Me encontré con dos lobos grandes con aspecto feroz. De pronto, me caí al suelo, comencé a sentir convulsiones, me revolqué tres veces sin control y a los pocos segundos yo mismo era un lobo. Estuve cinco días merodeando con los otros dos, hasta que volví a recuperar mi cuerpo. El que usted ve ahora, señor juez"

Si bien, Manuel al principio hablará de una maldición y luego explicará que es una enfermedad la que padece. Confiesa haber matado a un total de trece personas. Todas sus víctimas presentaban dentelladas en el cuello y fueron despedazadas.

“Desde que me convertía en lobo mandaba sobre mí el animal. Y así veía y sentía como lógico el instinto y el hambre de carne humana. Cuando volvía a ser yo, a ser hombre, sentía cierta lástima, pero nada podía hacer”

“Manuel Blanco Romasanta no es idiota, ni loco, ni monomaniático ni imbécil y es probable que si fuera más estúpido no fuera tan malo. No hay en su cabeza ni vísceras ni motivo físico que transforme el equilibrio moral, ni el más mínimo vestigio de haber perdido jamás la razón, pero sí la bondad. ¿Qué es Manuel Blanco? Sus hechos están en contradicción con la razón o la moral. Sus sentidos y juicios son despejados y rectos; conoce lo bueno, lo verdadero y lo justo. Obra por un fin moral calculado y reflexionado; para tal fin conmina y dispone los medios con sagacidad, aplomo y tacto; este es un cuerdo que ahuyentó del corazón la sensibilidad, su más bello patrimonio, y los sentimientos de humanidad”.

Así dictamina el juez y es condenado a garrote vil. Pero repentinamente aparece un doctor–hipnólogo francés que quiere estudiar el caso creyendo firmemente que se trata de un caso de licantropía y de desorden mental, y pide un aplazamiento de la sentencia a Isabel II. La reina perdonará la pena de muerte y Romasanata es condenado a cadena perpetua el 13 de mayo de 1854.

Conducido de Allariz a Celanova. Allí se pierde su rastro. No hay ningún documento que acredite su muerte salvo una calavera que ha permitido una descripción fisonómica. Sus crímenes alimentarán las leyendas de medianoche.

Hay una novela y dos películas sobre el caso.