Un viernes por la tarde quando arrivo a casa me encuentro en el salón con dos grandes cajas a medio cerrar. Me pregunto qué habrá traído mi padre y al levantar las tapas se me escapa una media sonrisa cuando vislumbro que son cintas de video. Viejas cintas de vhs originales y con pelis grabadas. Hay muchas de John Wayne.
A la mañana siguiente le pregunto a mi padre si son de David (el muchacho que trabaja con él y distribuidor nuestro de baratijas culturales: dos archivadores de Planeta Agostini con fichas de pelis de los 90 -mi laguna cinéfila que visualizar- y una Historia del Arte también de enciclopedia casera. Él iba a tirar los libros y mi padre le disuadió. Eso sí, el muchacho presume de no haberlos abierto y en cambio saberse las pelis de memoria, de las que no dio alguna).
- Son de mi amigo Lama
- ¿Al que llevas al hospital?
- Ya no
- ¿Lo han ingresao?
- Ha muerto el pobrecito
- ¿Y no te podía haber dejado otra cosa?
- Si estaba en la ruina el pobrecito.
Mi padre con "el pobrecito", parece Cantinflas. Por lo qué sé del hombre, era viudo sin hijos, pensionista e integrante de las tertulias de mi padre con sus amigos (si escribiera sobre la vida social de mi progenitor tendría que adornar la mía para no quedar en evidencia :D). Y lo de pobrecito viene porque se lió con una mujer que le sacó los cuartos como se decía antiguamente, y porque en poco tiempo enfermó. El hombre no tenía coche, cogía diariamente solo no sé cuantos taxis y mi padre se ofreció a acompañarlo.
Cojo las cintas y me las acerco a la nariz. Con un gesto de aprobación las voy sacando y las limpio, aunque no dejo de pensar que son de un difunto. Pero a mi padre y a mí nos van las baratijas y esa absurda afición a coger cosas porque son free. El problema era donde meter las cintas. Una treintena pero muy grandotas que afeaban el salón. La solución práctica debí imaginármela: una estantería más. Aunque mi padre tardó en poner dos baldas paralelas sobre el espejo que tenemos en un descansillo de la casa. Quedan pelín torcidas y cuado voy a poner las cintas noto que las tablas oscilan y un espiche se puede desprender de la pared si se ejerce presión sobre las baldas.
Todas las posesiones hablan de sus poseedores. Y de sus amigos. Los gustos cinéfilos de ese buen hombre son un calco de los de mi padre: desconocidos western de John Wayne, setenteros western de Glenn Ford, toda la filmografía para olvidar de Randolph Scott (ese sí q era más cara palo que Mature) y ¡cómo no! 2 de Cantinflas (y 1 repe). También hay cintas que prefiero ver qué no contienen como aerobic con Cindy Crawford y actuaciones de las Spice Girl (con el nombre de cada una escrito a boli, ¡eso sí que es afición!). Y alguna otra cinta original que también me asombra como Doctor Doolitle (1y 2, ¿hay una 3?), y varios documentales del National Geographic. Le digo a mi padre que éstas las pase a David para sus niñas. ¡Pero qué generosos somos todos!.
Hago un recuento de las que merecen la pena, desecho dos cintas Beta ("sí, papá, desaparecieron"), aquellas pelis que ya tenemos (por fortuna en dvd) y las coloco ordenaditas en las 2 baldas. Paso un momento divertido conforme voy leyendo los nombres de las pelis o los actores. John Wayne en todas las grafías posibles y pronunciándolo como Pumares claro; detrás del españolizado Carlos Geston esá el recién fallecido actor y Bon sin -d- y sin James :D. Por no hablar cintas, menuda antología de tamaños y marcas. Yo saco provecho de algunas, que he visto en días de fiesta, como Desirée, Un hombre para la eternidad, Bus Stop y La huella. Y hay títulos recientes y comerciales que me asombran del lote como El sexto sentido y Matrix.
Hace poco mi padre trajo unos libros. Su pregunta invariable como un chiquillo con cromos es:
- ¿Esta novela la tenemos?. Me enseña el libro que resulta ser el insoportable Perfume.
- Sí papá, está en José Laguillo y es una porquería.
- Pues mira este Quijote lo bonito que es. Trae ilustraciones.
- ¡Papá!, yo ya tengo "mi" Quijote. Manoseao, subrayao, Anotao. Y mira -saco volúmenes de la estantería- dos más, regalo de la casa del Libro. (Sin duda son originales en regalos el 23 de abril). Mi padre me tiende el último libro en silencio.
- ¡Vaya!. Éste no está mal. -Se trata de una biografía de Elizabeth Taylor. Eso sí, estancada en los 80: no recoge al albañil, y tiene un precio indeleble del Hipercor.
Lo curioso de todo esto es a dónde irán a parar mis libros, mis discos y mis cintas de películas. Yo no me pregunto como VM por los besos, me pregunto a dónde irán las cosas, que leemos, que atesoramos. O al menos quiénes serán los nuevos lectores, porque siempre he deseado donar mis libros a la Biblioteca Municipal "Alberto Lista".
A la mañana siguiente le pregunto a mi padre si son de David (el muchacho que trabaja con él y distribuidor nuestro de baratijas culturales: dos archivadores de Planeta Agostini con fichas de pelis de los 90 -mi laguna cinéfila que visualizar- y una Historia del Arte también de enciclopedia casera. Él iba a tirar los libros y mi padre le disuadió. Eso sí, el muchacho presume de no haberlos abierto y en cambio saberse las pelis de memoria, de las que no dio alguna).
- Son de mi amigo Lama
- ¿Al que llevas al hospital?
- Ya no
- ¿Lo han ingresao?
- Ha muerto el pobrecito
- ¿Y no te podía haber dejado otra cosa?
- Si estaba en la ruina el pobrecito.
Mi padre con "el pobrecito", parece Cantinflas. Por lo qué sé del hombre, era viudo sin hijos, pensionista e integrante de las tertulias de mi padre con sus amigos (si escribiera sobre la vida social de mi progenitor tendría que adornar la mía para no quedar en evidencia :D). Y lo de pobrecito viene porque se lió con una mujer que le sacó los cuartos como se decía antiguamente, y porque en poco tiempo enfermó. El hombre no tenía coche, cogía diariamente solo no sé cuantos taxis y mi padre se ofreció a acompañarlo.
Cojo las cintas y me las acerco a la nariz. Con un gesto de aprobación las voy sacando y las limpio, aunque no dejo de pensar que son de un difunto. Pero a mi padre y a mí nos van las baratijas y esa absurda afición a coger cosas porque son free. El problema era donde meter las cintas. Una treintena pero muy grandotas que afeaban el salón. La solución práctica debí imaginármela: una estantería más. Aunque mi padre tardó en poner dos baldas paralelas sobre el espejo que tenemos en un descansillo de la casa. Quedan pelín torcidas y cuado voy a poner las cintas noto que las tablas oscilan y un espiche se puede desprender de la pared si se ejerce presión sobre las baldas.
Todas las posesiones hablan de sus poseedores. Y de sus amigos. Los gustos cinéfilos de ese buen hombre son un calco de los de mi padre: desconocidos western de John Wayne, setenteros western de Glenn Ford, toda la filmografía para olvidar de Randolph Scott (ese sí q era más cara palo que Mature) y ¡cómo no! 2 de Cantinflas (y 1 repe). También hay cintas que prefiero ver qué no contienen como aerobic con Cindy Crawford y actuaciones de las Spice Girl (con el nombre de cada una escrito a boli, ¡eso sí que es afición!). Y alguna otra cinta original que también me asombra como Doctor Doolitle (1y 2, ¿hay una 3?), y varios documentales del National Geographic. Le digo a mi padre que éstas las pase a David para sus niñas. ¡Pero qué generosos somos todos!.
Hago un recuento de las que merecen la pena, desecho dos cintas Beta ("sí, papá, desaparecieron"), aquellas pelis que ya tenemos (por fortuna en dvd) y las coloco ordenaditas en las 2 baldas. Paso un momento divertido conforme voy leyendo los nombres de las pelis o los actores. John Wayne en todas las grafías posibles y pronunciándolo como Pumares claro; detrás del españolizado Carlos Geston esá el recién fallecido actor y Bon sin -d- y sin James :D. Por no hablar cintas, menuda antología de tamaños y marcas. Yo saco provecho de algunas, que he visto en días de fiesta, como Desirée, Un hombre para la eternidad, Bus Stop y La huella. Y hay títulos recientes y comerciales que me asombran del lote como El sexto sentido y Matrix.
Hace poco mi padre trajo unos libros. Su pregunta invariable como un chiquillo con cromos es:
- ¿Esta novela la tenemos?. Me enseña el libro que resulta ser el insoportable Perfume.
- Sí papá, está en José Laguillo y es una porquería.
- Pues mira este Quijote lo bonito que es. Trae ilustraciones.
- ¡Papá!, yo ya tengo "mi" Quijote. Manoseao, subrayao, Anotao. Y mira -saco volúmenes de la estantería- dos más, regalo de la casa del Libro. (Sin duda son originales en regalos el 23 de abril). Mi padre me tiende el último libro en silencio.
- ¡Vaya!. Éste no está mal. -Se trata de una biografía de Elizabeth Taylor. Eso sí, estancada en los 80: no recoge al albañil, y tiene un precio indeleble del Hipercor.
Lo curioso de todo esto es a dónde irán a parar mis libros, mis discos y mis cintas de películas. Yo no me pregunto como VM por los besos, me pregunto a dónde irán las cosas, que leemos, que atesoramos. O al menos quiénes serán los nuevos lectores, porque siempre he deseado donar mis libros a la Biblioteca Municipal "Alberto Lista".
3 Comments:
En primer lugar felicidades por las 10.000 (y pico).
En segundo lugar, te iba a regañar por el "arrivo" hasta que me he dado cuenta de que lo has escrito en italiano, así que en tercero te regañare por "indelebre", o es una errata? (la "r" y la "l" estan lejos en el teclado para serlo)
Hace poco alguien encontro en una libreria de viejo de la calle Feria un libro de Jimenez Losantos dedicado a "su maestro, D. Antonio Burgos", a precio de saldo; eso hace mucha gente con sus libros y discos, incluso en vida, incluso con los personalmente dedicados. Por cierto, el Burgos es el que ha llamado en el ABC, que le gusta a nuestra blogguera, "batallon de modistillas de ZP" a la trupe de ministras, y el que ha propuesto a Zerolo para ministro de defensa, afirmando que ese si hubiera sido un nombramiento moderno y provocatico y no el de Carme...(pronunciese Carma)
Felicidades por el blog y las 10.000 visitas. Me alegra haberte conocido a traves del blog de seppuku "que pelicula es esta"; veo que compartimos aficiones comunes espero verte por mi blog, se que te gustara aunque no hable de cine clasico mas que en muy contadas ocasiones. Un saludo desde
Cronicas desde la ataraxia
Muchas gracias por vuestras felicitaciones. Un blog se mantiene por los post del blogger y las visitas que reciba.
Arturillo, mis erratas mecanográficas son de los más dispares y como en este caso era la -r- la que está al lado de la -e-, osea que me salto la -l- y cuando le doy a la -e- tb le doy a la -r- :D
¡qué fuerte, qué fuerte! (pronunciése como Latre cuando imita a JJVázquez) lo de los libros dedicados que se venden, dejan o tiran.
El despropósito de Berlusconi ha sido mayor que el de Burgos pero nuestro bambi zp los supera a todos: menos hombres que mujeres y batiendo records de edad en vez de poner gente eficaz, palabra que no existe en su diccionario.
Sun-T, me pasé por tu blog a raíz de conocer el de ¿Qué película es? y está bastante bien aunque lo que más me sorprendió era tu licenciatura (muy buena tu frase de presentarla, by the way).
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