My phrasebook

Siempre recibimos cuando damos.

Una canción

sábado, 19 de enero de 2008

La heredera

Montgomery Clift conformando su peculiar personaje romántico


Excelente y sólido drama de Wyler, con magníficas interpretaciones que mantienen un pulso interpretativo soberbio entre Olivia de Havilland, Ralph Richardson y Montgomery Clift. Una obra de tintes teatrales pues debe más a su representación homónima en Broadway que a la novela que escribió Henry James, quien utiliza una fórmula mucho más directa. recuerdo que me decepcionó un poquillo cuando al fin la leí.

La película resulta, como ya digo, mucho más dramática, con una tensión que irá in crescendo a lo que contribuye la magnífica dirección de actores que realiza Wyler y unas interpretaciones moduladas, que se irán desvelando al espectador conforme avance la trama.


Sin duda es el personaje de Catherine Slopper, la fea y apocada muchacha, el que experimenta una evolución más destacada, adquiriendo al final toda la garra de que carecía. La frialdad y el arrobamiento de Ralph Richardson y Olivia de Havilland, respectivamente, se van manifestando de forma alternativa y así el espectador se centra en la pareja y se pregunta también qué esconde Morris Towsend.


Que no es interpretado por un cualquiera, sino nada menos que por Montgomery Clift, cuyas magníficas dotes interpretativas quedaron ahogadas en su desdichada vida. es el pionero en abanderar la rebeldía de los '50 y aunque cofundó el famoso Actor Studio nunca dejó de ahondar en las peculiaridades de sus personajes, siendo su máxima la de partir de un buen guión. ("Se acercaba a él como un científico" dijo Burt Lancaster).

De hecho aquí los personajes con sus miedos y sentimientos envueltos en una crueldad intolarable, diríase, están por encima de la trama. Por una vez me gusta que no haya "trama" sino vidas expuestas al espectador, al que hacen partícipe. Y la mayor duda que se siembra es respecto a la catadura moral de Morris Towsend que pide la mano de la heredera. Monty Clift nos mantiene en vilo en todo momento, porque si bien su belleza deslumbra por fotogramas, su interpretación sincera, los matices de sus gestos, nos hacen revolvernos en la butaca ante este nuevo héroe romántico que hasta entonces no se había asomado en el cine. (volverá a deleitarnos con semejante exhibición en Un lugar en el sol.).

Resulta, en definitiva, la interpretación de Monty, más que encantadoramente romántico, más que convincente en su actuación, más que ambiguo en sus pretensiones.


Lo que más me gustó: La interpretación de Monty Clift. El final


Frases favoritas: "Padre, si hubiera querido comprar a un hombre, hubiera comprado a Morris".
"Las mismas palabras, las mismas mentiras. Pero ahora pide más. Antes quiso mi amor, ahora quiere mi dinero".

Esta película ha ido ganando en prestigio con los años, acorde a la revalorización de su director y actores. Aún así, tuvo éxito de público y premios en su época. De 6 nominaciones a los Oscar, ganó 4 entre ellos el de mejor actriz, que fue el 2º para Olivia de Havilland. Montgomery Clift no fue nominado en esta ocasión. Y en su perfeccionismo neurótico, quedó descontento de su actuación (hay unas fotos curiosas en la Paramount viendo la proyección, ver blog) además de quejarse del poco caso que le hacía Wyler que favorecía a Olivia.
siempre nos quedará su interpretación brillante y esos...
"eyes say than words..."

8 Comments:

Anónimo said...

Insufrible. La versión cinematográfica de Washington Square ejemplifica perfectamente el caráccter infantil para niños de tanto cine americano pretendidamente clásico, tan falso como las gotas de sudor que perlan la frente de Morris en la escena final. ¿Por qué suda ese señor? ¿Por amor? ¿Por dinero? Y ¡que más nos da!

Zinquirilla said...

Sé y comprendo que el cine de Wyler no guste. Pasa con Cumbres Borarscosas y con ésta.

No se encuentra entre mis directores preferidos y si Monty Clift no actuara aquí, no echaría tanto caso a esta película, que sin embargo me gusta. Porque precisamente lo que me atrae de ella es la incertidumbre que crea en el espectador. No llega a crear un debate moral como ocurre hoy día en ocasiones, simplemente nos hace estar atentos a lo que ocurre y preguntarnos qué va a pasar.

Para mí ésa es una de las funciones primarias que debe cumplir el cine (That's entertainment!).

Y tú mismo te preguntas, qué le pasa a Morris Towsend en la escena final. Aunque discrepo que nos dé igual, ¿Quién no se ha preguntado en alguna ocasión por el amor verdadero?

Celebro que discrepes y que conozcas tan bien la película.

Yo soy de lo más subjetiva, hablar de una peli de Monty y emular al Moreno presentando es uno :D

Anónimo said...

Pues no, Zinquirilla, no tengo nada contra William Wyler. De hecho Ben-Hur sí que es "entertainment", y nunca, ningún actor o actriz, en manos de nadie, tuvo el morbazo que tiene Samantha Eggar en "The collector", que estamos todos los chicos, menos el psicópata de las mariposas, deseando quitarle el "sweater" a lo largo de toda la peli... -nada que ver con el bodrío del Almodóvar "Átame"-. El problema de "La heredera" radica, en mi modesta opinión, en la solemnización y pretenciosidad con que se aborda una historia tan simplona y tan infantil. ¿Qué tiene que ver eso con el amor, verdadero o falso?

Zinquirilla said...

Vaya, y yo que no aguanto el Ben Hur de Wyler, ni con cuádrigas incluidas.

Lo que sí me ha hecho mucha gracia es tu comentario de El Coleccionista, peli que vi, por fin, hace relativamente poco.

¿Pretenciosa La heredera? sí, puede ser. Pero la historia no es infantil. La evolución que muestra el personaje de ella siemrpe me ha parecido muy interesante y lo mejor es el matiz que le da Clift a su personaje arribista.

Pero está clara (y la celebro) la discrepancia.

Por cierto, conoces Linkara, si te
gusta escribir de cine, es una web muy maja.

Una curiosidad: ¿eres de hispanoamérica o noctámbulo? jeje, me llegan tus comentarios a alats hoars de la noche, jeje.

Perdona la indiscreción, recibe un cordial saludo mío.

Anónimo said...

No creas que a mi me fascina Ben-Hur, que no, pero lo de las cuádrigas no tiene parangón ni con todos los trucos digitales of tudei in dei. No me gusta escribir específicamente de cine, es más apenás me gusta ya el cine. Para mí el cine murió cuando murieron Coppola y Bergman. Soy noctámbulo, pero también diámbulo. Un pajaro
:-)

Zinquirilla said...

Coppola is died??
desde Apocalypse Now, desde El Padrino?

Anónimo said...

Desde El Padrino 2 y 1/2

Anónimo said...

Gran grandísima película. Me pareció fascinante. Se sufre viéndola, hace un retrato de la soledad y de la ambición sobrecogedora y tiene uno de los mejores finales de la historia del cine. He de reconocer mi admiración por Montgomery Clift, un actor como pocos, recuerdo, cómo no De aquí a la eternidad.

Escribo sobre

Map IP Address
Powered byIP2Location.com

Blog Widget by LinkWithin
 
© MMVII

template by | Zinquirilla