Dicen que las vísperas de las fiestas son mejores que las mismas.
Me encuentro en el cole, tengo hora de permanencia y por una vez, me da igual estar aquí en el departamento metía en Internet. Oigo a los de 3ºA cantando sevillanas.
Se acaba. Lo que tanto ansiaba. Aunque habrá una segunda parte, pequeñísisma en enero, nada será igual.
Por eso teno esta extraña sensación agridulce de comprobar que llegó la hora del respiro, del descanso, de las vacaciones, de no hacer nada.
Si mi vida transcurriera con orden y normalidad, ahora me encontraría ente un corro de chiquillos cantando y jaleando, con ganas de disfrutar del almuerzo con compañeros y con unas fiestas prometedoras por delante.
En cambio, la perspectiva que tengo es de un vacío desolador. Y mira que me animo diciéndome que tengo montones de pelis por ver, que tendré tiempo libre para vaguear (sobre todo para vaguear sin cargo de conciencia).
Pero mi ánimo está gris como el cielo semiplomizo en vísperas de invernal que contemplo desde el ventanal.
2 Comments:
No estoy muy segura a qué te refieres cuando dices lo de orden y normalidad, no sabía que eso existiera hoy en día para nadie, medianamente normal.
Lamento la sensación de vacío desolador que sientes, por que estoy convencida de que sólo es eso, una sensación (osadía que cometo ante el desconocimiento de la causa que te lleva a ello)
Yo que no soy de esas personas que se contagian de la navidad, pero que siempre felicito estas fechas por pura cuestión de hacer con los demás aquello que creo que les puede hacer felices, sobre todo si a mi me cuesta poco, estoy convencida que es tan tópico intentar ser feliz a toda costa en estas fechas como el hecho de frustrarse por no conseguirlo.
Si te sirve de algo te diré lo que yo hago: no me dejo llevar, ni antes, ni durante ni después, dejo que la gente sienta lo que quiera sentir pero no permito que me obliguen a sentir y desear cosas que yo no siento ni deseo. Lo que siento lo hago siempre, no sólo en estas fechas y lo que quiero, pues también.
No quería darte un sermón, quería darte ánimo, aunque pueda parecer lo contrario.
A mi también me gustaría darte ánimos. Siento que tu ánimo esté gris y sientas un vacio en tu interior. Me gustaría que este mensaje pudiera llenar un poco tu vacio y hacer el gris más claro. Eso a pesar de que mis ánimos tampoco son los mejores y hace tiempo que renuncié en mi vida al orden y normalidad que tú dices y que, como dice Fe, en la mayoría de los casos brilla por su ausencia.
Bueno, esperemos que por lo menos mañana tengamos suerte en el sorteo de Navidad, jeje. Os deseo Feliz Navidad a todos los que leeis y escribís en este espacio de Zinquirilla.
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