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Siempre recibimos cuando damos.

Una canción

viernes, 9 de noviembre de 2007

La primera cana

Me he dado cuenta hoy en el espejo del probador de Amichi. No era necesario acercarme mucho pues destacaba el pelo. Corto y, formando una curva, de un color blanco vivísimo. ¿La primera? pensaréis. Pues sí. de las que me salen junto a la frente, de las que me veo como signo inexorable del paso del tiempo (aunque el estrés que acarreo en estas semanas me induce a pensar, "¡ea, los disgustos ya me hacen mella!").

Le doy mucha importancia tanto en lo físico como en lo mental. Sé que cuando yo sea una mujer madura, pongamos de 40-50 años, llevaré muy mal lo de la edad. Cada vez me gusta menos cumplir años, costándome eso de moveme en la treintena y dejar de ser la más chica en un círculo de conocidos/amigos/compañeros de trabajo.

Siempre he pensado que tardaré en tener el pelo encanecido. La verdad es que es algo de herencia. Mi hermana con 37 años está como siempre, mi abuelo Diego conservó pelo oscuro a sus 97 años, mi padre también tardó y mi madre aún tiene el pelo en su mayoría negro. Es que no me gusta nada. ¿Y a quién sí? incluyo a los hombres: no me va nada el rollito ése de hombre maduro cuyo sex appeal se ve incrementado por las hebras plateadas que arrancan desde las sienes. Nada me van los clooneys y geres de marras. además como me van los rubiancos, éstos no las muestran tan claramente. Mi ex, treintañero él entonces, ya tenía algunas canas pero apenas se veían, por algo era rubianco.

Y yo que tengo el pelo castaño claro siempre he confiado en enmascarar las canas que llegaran. Me río recordando como me quedé un buen rato con la camisa (monísima) a medio poner mirando fijamente al espejo en un esforzado intento de imaginación para verme con la testa nívea (así me veía en el
relato). Las mujeres sí que tenemos que sufrir éso de que quede horroroso tener canas por mucho que algunas mujeres luzcan primorosos mechones o así de espectacular lucía Meryl Streep en El Diablo viste de Prada:


Claro que el pelo mío ya es de por sí horroroso. lo detesto, sí, francamente. no llego a odiarlo pero cada vez lo aborrezco más. las personas que me conocen están más que acostumbradas a verme con una coleta baja que recojo en gomillas de colorines, como las que suelo llevar en la muñeca (ésa es otra, desde cuándo no me pongo pulsera; sólo la plateada fina a juego con el anillo de fantasía que me pongo un sábado de año en año; el otro día qué aburrimiento de profesoras contando batallitas de donde se habían comprado tal o cual pulsera; qué pena que no pueda lucir las alhajas de mi madre, bueno el aderezo de pulseras de oro será mío por ser regalo de mi nacimiento pero yo a mí siemrpe me gustó el bracelete de corales).

Un pelo recogido que me sienta fatal porque la cantidad de pelo y lo gordo que lo tengo consiguen el deplorable objetivo de: a) no poder ponerme coletas altas y por tanto mas chulas; b) parece siempre quw la gomilla no aguanta tanto pelo y se me acaba saliendo por la nuca con un efecto feísimo y el coñazo de continuamene hacerme la coleta de nuevo. ¿saben que yo he tenido dos looks -básicos- en mi vida? pues sí. hasta los 13 años lleaba una trenza y desde la universidad esta coleta. entre tanto he variado de largo, unos reflejos rubios prácticamente imperceptibles y un tinte natural cobrizo muy chulo, en la época del 2004 (happy year :) con un corte muy chulo también por las capas que tenía. Pero es que no tengo "arte" para peinarme. en serio. para empezar la cantidad de pelo no me deja muchas opciones y tengo un pelo tela amorfo en serio. por ej adoro los flequillos (años queriendo llevar uno a lo Audrey y se pone de moda) pero tengo un remolino que mejor no contar (en la foto imitando a Brenda la de Sensación de vivir se ve :D). Ah! también tengo "pico de viudita" (vaya con el nombrecito, ¿a quién se le ocurriría la comparación?. Y para terminar, se me cansan los brazos. en serio, debo tener un gen así por ahí.

Por eso voy muxo a la pelu, en la mayoría de ocasiones para peinarme y en un día cualquieras sin ningún motivo especial. es que también me encanta. a diferencia de lavarme el pelo en mi keli que es tó un trance para mí porque me aburre y se me cansan los brazos (para muxas un ritual; conozco una xica que usa 7 productos diferentes en cada sesión capilar casera), me encanta que me laven el pelo (es que adoroooooo que me lo toquen, acaricien, masajeen, revuelvan, todo!! jaja y si es un xico, me deja prendada (aparte de sobada, por ser mi mejor -prácticamente único- somnífero).

Aunque la amorfa también soy yo. me he acostumbrado tanto a la coleta que ya me molesta el pelo en las orejas y la cara. una mini anécdota-chorra pa concluir. yo siemrpe me arreglo en entrevistas y estrenos laborales. pues bien, este año con el cole, me puse una pinza porque me dije, "total, si a los tres días voy a volver a las andadas"

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