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jueves, 2 de agosto de 2007

Las Hijas de Marian

Cuando pasaba por las mesas de la librería de ese almacén de libros de nombre inglés, mucho antes de que abrieran la biblioteca que vende libros y con un panorama bibliófilo desalentador en mi ciudad, me llamaban, mucho, la atención, unas portadas coloristas de unos libros que abundaban incluso en bolsillo. Delante de fondos chillones había nombres de chicas (Claire, Rachel, ...) y todas tenían una misma alumbradora: Marian Keyes. Hasta su nombre aparecía escrito con letra informal imitando una firma. Ni idea de que fueran novelas, llegué a confundirlas con libros de autoayuda (Claire se queda sola, Rachel se va de viaje, ...).

Unos años después, me compré (impulsivamente, ¡bendito ímpetu!) otro llamativo libro, aunque en tonos apagados sobre una chica y un chico. Era "Finalmente juntos", de la pareja Emlyn Rees y Josie Lloyd (aún hoy los confundo). Me la leí enseguida y me gustó mucho, muchísimo, tanto que sigue ocupando el primer podio de mis novelitas intrascendentes. ¿Por qué les puse ese apelativo? Pues claramente por distinguirlas de novelas de literatura. Por cierto lo que no es literatura no lleva -L- también les he puesto otro apelativo, novelas de estrógenos cuando leí La paseadora de perros, pero ésa la leí más recientemente y deja un poco que desear.

A mi hermana le descubrí un día en la librería del salón Lucy Sullivan se casa, en bolsillo pero con esa mujercita rubia que entrelazaba sus manos contra la cara soñadoramente. Me extrañó mucho que la tuviera y en realidad era regalo de una amiga. Mi hermana no me lo había comentado porque supuso que la desdeñaría.

Me la leí enseguida y me gustó. Ciertamente apenas la he releído porque sigue siendo de mi hermana pero la historia me pareció divertida y estaba escrita con un estilo directo, muy ágil, se notaba a leguas la vidilla de la autora.

Entonces... ¿quién diantres era esa Marian Keyes? Cuando aún Internet era para mí un recién nacido y googlear estaba sin aparecer en mi vocabulario, decidí rastrear por las librerías y claro topé con las susodichas tapas de colorines. Me compré un par de ellas de un tirón y no les puse fecha, por una extraña razón aunque algunas como Por los pelos (creo q mi nº2) es del 2004. En cambio sé que Nadie es perfecto es de Reyes del 2003. Se había cruzado la colección de la editorial emecé (ahora Salamandra) con colores suaves, predominantemente cálidos, en contrapartida. En la estantería de mi casa forman un pasteloso arcoiris.

Me aficioné por entero a estas novelitas.

Nota: en sucesivas entregas seguiré hablando de las hijas de Marian.

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